XXIII
CICLO DE BECERRADAS
ÉXITO
ARTÍSTICO Y DE PÚBLICO EN LA TERCERA BECERRADA DE PROMOCIÓN EN ÚBEDA
SIETE OREJAS Y UN RABO BALANCE DE UN FESTEJO MUY ENTRETENIDO
Plaza: Úbeda (Jaén). Temperatura de 34 grados. Casi lleno en sombra y algunos valientes en sol.
Ganado: Añojos de Ruiz Palomares de
extraordinaria presencia y de buen juego en general. Destacaron los lidiados en
cuarto lugar, que fue premiado con la vuelta al ruedo, y el quinto aplaudido en
el arrastre. Los más complicadillos primero y segundo.
Rafael
Fandila: Vuelta
al ruedo, tras aviso..
Andrés
Membrives: Oreja.
Carlos
Hernández: Oreja.
Ángel
Delgado: Dos
Orejas y rabo.
Pedrito
Aparicio: Dos
orejas, tras aviso.
Dennis
Martín: Oreja,
tras aviso.
Incidencias: Al término del paseíllo se
guardó un minuto de silencio por las víctimas del Covid-19 y posteriormente se
interpretó el Himno Nacional. Se siguieron todas las normas de seguridad.
Ladislao
Rodríguez Galán fotos: Ladis
La histórica plaza de toros de Úbeda (donde tomara la
alternativa en 1865 Rafael Molina Sánchez "Lagartijo", I Califa del
Toreo) presentaba un aspecto extraordinario
para presenciar la tercera becerrada de selección en clase práctica de
los festejos de promoción de nuevos valores de las Escuelas Taurinas Andaluzas
dentro del XXIII Ciclo de Becerradas.
RAFAEL FANDILA
Abrió plaza Rafael Fandila ( de la Escuela Taurina
"Frascuelo" de Granada) que recibió a su oponente con la rodilla
genuflexa en unos lances muy ajustados para luego incorporarse y rematar con
una larga, también de rodillas, en medio del ruedo. De igual manera (rodilla en
tierra) comenzó su faena de muleta, iniciada al hilo de las tablas y continuada
hasta el centro del anillo donde el becerro se mostró más áspero y violento al
remate de los pases. Con todo y eso le tenemos apuntados algunos naturales y
redondos de bella factura. Mató de media y tras petición, que el presidente
consideró insuficiente, dio una aclamada
vuelta al ruedo.
ANDRÉS MEMBRIVES
Andrés Membrives, de la Escuela Taurina del Círculo Taurino de Córdoba, manejó muy requetebién el capote en un ramillete de ajustadas verónicas muy aplaudidas por el respetable. Muleta en mano, se ganó a ley el trofeo conseguido, tras una faena variada y lucida donde predominaron los naturales con la figura erguida llevando al animal cosido a los vuelos de la franela. Mató de media estocada y se le premió con una oreja.
CARLOS HERNÁNDEZ
Carlos Hernández, de la Escuela Taurina de el Puerto de Santa María, estuvo aseado con el capote y con la muleta realizó una faena con altibajos, en una labor muy trabajada y variada donde destacaron algunos naturales y redondos que calaron en el público por su torería. Mató de media estocada y paseó feliz una oreja.
ÁNGEL DELGADO
El cuarto añojo de la tarde fue un animal bravo y noble de una gran categoría. Enfrente tuvo a Ángel Delgado , de la Escuela Taurina de Úbeda, que lo entendió y se acopló con él desde el principio, en unas verónicas de recibo de mucho calado hasta plantarse en medio del ruedo para culminar con una media de cartel. La plaza se venía abajo. La buena sintonía continuó con la muleta, desde sus inicios, con unos doblones muy toreros y de mucho sabor. Y allí mismo, en el tercio, le enjaretó una faena de muchos quilates, llena de torería y empaque, donde el temple y el buen gusto fue su sello de calidad. Muy sobrado el chaval, se divirtió toreando, y lo principal, divirtió al respetable que se lo agradecía jaleándolo hasta la extenuación. Un pinchazo arriba precedió a una estocada y las dos orejas y el rabo fueron a sus manos entre el delirio general. Al animal se le premió con una ovacionada vuelta al ruedo. Bien por la sensibilidad del palco que supo reconocer la bravura y nobleza del animal.
PEDRITO APARICIO
Todavía nos relamíamos del buen momento vivido cuando salta al ruedo el quinto de la tarde, otro buen ejemplar, y lo recoge con el capote Pedrito Aparicio, de la Escuela Cultural de Tauromaquia de Baeza, igualmente alumno aventajado, que nos hizo pasar otro de los buenos momentos de la tarde. Y es que este chaval también está sobrado y cuenta a favor con ese toque especial que le hace diferente y transmite todo lo que hace al público que se siente identificado con la personalidad que imprime a su toreo. Pinturero, valiente y artista Aparicio se metió al público en el bolsillo durante toda su actuación, gracias a su disposición, técnica y la calidad de su labor. Banderilleó con muchísima decisión. Con la muleta encendió la plaza con su toreo limpio y estético, marcado por el temple. Mató de dos pinchazos arriba y media estocada y el palco se vio obligado a conceder dos orejas pedidas con mucha fuerza por el respetable. El becerro fue aplaudido en el arrastre.
DENNIS MARTÍN
La tarde, que marchaba aceptable, con la actuación de estos dos chavales se vino arriba de manera impresionante y por eso cuando saltó al ruedo el sexto de la tarde ( llevábamos ya casi dos horas y media de festejo) nadie se movía de sus asientos. Este animal correspondió a Dennis Martín, de la Escuela Municipal Taurina de Almería que lo recibió con una larga cambiada de rodillas y después, ya erguido, manejó muy bien los brazos en las verónicas de recibo. Banderilleó con gracia y precisión y eso fue antesala de una labor con la muleta, comenzada con doblones muy toreros, en donde destacaron las series por ambas manos llenas de torería y sabor. Mató de media estocada y se le premió con una oreja.
Hay que tener en cuenta que estas becerradas de promoción, para
muchos de los participantes, supone su debut ante el público y eso condiciona a
los chavales que quieren hacerlo todo para agradar, no solo al público que
siempre esta receptivo con la labor que desarrollan, sino también para el jurado que les ha de puntuar. Por eso hay
que disculparles.
En estos festejos de promoción se demuestra que la labor que
realizan las Escuelas Taurinas de Andalucía es de muchísima importancia porque
de estos grupos de alumnos saldrá la nueva generación de toreros que deben
incorporarse a los escalafones para que se produzca el necesario e
imprescindible relevo y la Fiesta siga adelante.
La becerrada fue presidida por Antonio Gámez Lamarca asesorado artísticamente por Francisco de la Blanca.
Bregó magníficamente bien, toda la tarde, en una labor soberbia
el director de lidia Juan Rojas. Su capote era un pincel que dibujaba en el
viento la trayectoria a seguir por el becerro.
El festejo fue amenizado por la Agrupación Musical Ubetense.