HABLAMOS CON JOSÉ
MARÍA MONTILLA DECANO DE LOS MATADORES DE TOROS CORDOBESES AL CUMPLIRSE EL 57
ANIVERSARIO DE SU ALTERNATIVA
Ladislao
Rodríguez Galán
Señor y elegante en la plaza y en su vida
privada, pero sobre todo: torero siempre. Así se puede definir al diestro José
María Montilla, decano de los matadores de toros cordobeses que este mes de
Mayo cumple 57 años de alternativa. Fue una carrera brillante y exitosa en la
que toreó con los más grandes toreros de la época viviendo momentos
inolvidables.
Pero hablemos de su alternativa. Como la
recuerda en el tiempo?
- Tengo presentes todas y cada una de las
sensaciones que viví esa tarde del 26 de Mayo de 1962. Vestí un terno azul
celeste y oro, y me convierto en matador de toros de manos de Julio Aparicio que me cede los
trastos con Jaime Ostos de testigo. El toro del doctorado, lo mismo que todo el
encierro, pertenecía a la ganadería de Francisco de Mora Figueroa (Jerez de la
Frontera), era negro zaíno, marcado con
el nº 66, de 465 kilos de peso y atendía por “Avefría”. A este toro le
corté las dos orejas y al que cerró plaza de nombre "Argelino", una.
Salí por la puerta grande en medio de una gran ovación.
- Por
esta completísima actuación fue declarado triunfador absoluto de la feria
y ganador del preciado trofeo municipal
“Manolete”..
-Efectivamente, para mí fue increíble.
Piense que en esa feria actuaron, Julio Aparicio, Jaime Ostos, Victoriano
Valencia, Juan García Mondeño y Pco Camino. El trofeo "Manolete" lo
tengo en casa en lugar preferente.
- Y después de este bombazo su carrera se
disparó...
- Claro, este triunfo, añadido a los que
había conseguido en otras plazas, me sirvió para dar un magnífico rumbo a mi
carrera y me permitió torear con los grandes toreros de la época como Antonio
Ordóñez, Paco Camino, Jaime Ostos, Julio Aparicio, Diego Puerta, “El Viti”,
Curro Romero y, cómo no, con el V Califa Manuel Benítez “El Cordobés” del que
fui, incluso, testigo de su alternativa.
- Y
que recuerda de la alternativa del V Califa, de la que se cumplen ahora 56
años?
- Fue uno de los doctorados con más expectación
de la historia del toreo. Es más yo diría que la de más ambiente de todas. Para
ese día se acabó el papel casi un mes antes y había reservas de Inglaterra,
Francia, Portugal e Hispanoamérica. Yo dejé amigos sin atender porque no había
localidades ni posibilidad de encontrarlas. Fue impresionante, nunca vi nada
igual.
- Y como
entra Vd. en ese cartel?
- A mi me apoderaba El Pipo, que se hizo
cargo de mi carrera la misma tarde que me clavé una banderilla en el píe, aquí
en Córdoba (7-6-1959). Cuando al año siguiente apodera a Manuel Benítez, toreamos
juntos muchas tardes. Recuerdo que en 1961, en Málaga y Murcia, le brindé un
novillo a Manuel Benítez y a ambos les
corté los máximos trofeos. El Pipo lo tenía todo hecho, pero antes de la fecha
de la primera alternativa (12-10-1962) que se suspendió por la lluvia, Benítez
y El Pipo rompen su relación profesional. Eso a mí me perjudicó bastante porque
dn. Rafael me había asegurado torear entre doce o catorce corridas de toros con
"El Cordobés", otras tantas en América y figurar en el cartel de la
presentación en México. Cuando se organiza la alternativa para mayo de 1963,
"El Cordobés", al que ya administraban otras personas, respetó el
compromiso del Pipo y me incluyó en el cartel.
-
Guardará recuerdos imborrables de aquella tarde...
- Inolvidables. Haciendo el paseíllo me
emocioné. La gente echaba la plaza abajo aplaudiendo. Manolo estaba haciendo
historia porque había revolucionado el toreo con su valor inaudito y su estilo personal y
además estaba el maestro Antonio Bienvenida. Me sentí muy feliz por estar esa
tarde allí. Hubo un gesto que quiero que se sepa, esa tarde se lidió una
corrida muy seria de Samuel Flores y la cuadrilla ya en el hotel, después del
sorteo, me comentó que "El Cordobés" había pedido el toro de más trapío y de mas encornadura.
Los anti hablaban de que toreaba toros chicos y
él quiso demostrar que podía con
todo. El toro, descarado de cuerna y buenas hechuras, de nombre "Lamparilla", salió en sexto
lugar y Manolo le formó un lío muy gordo cortándole las dos orejas y el rabo.
Estuvo enorme. Otro recuerdo que guardo con todo cariño es el vestío que
estrene esa histórica tarde, grosella y oro. Cuando lo veo en casa me emociono
recordando la tarde tan maravillosa e irrepetible que viví con él.
-
Prácticamente desde que Manuel Benítez comienza a torear Vd. forma cartel con
el ¿Cuando se dio cuenta que "El
Cordobés" podía ser un torero de época?
- Yo ya estaba viendo la que formaba tarde tras tarde,
pero mi convicción fue toreando en Valencia una novillada de Peralta. Le cogieron muchas veces. Estaba ensangrentado,
echaba sangre por la nariz y la boca y seguía con el novillo. Le habían dado
los dos avisos y me acerqué para decirle que lo dejara y me contestó, con esa
raza que le ha caracterizado siempre: "Como me quites la espada te
mato". Ahí me di cuenta que estaba ante un torero diferente con un valor
inigualable. Nadie había pisado ese terreno inverosímil ante el toro. A pesar
de salir por los aires volvía una y otra vez a la cara del toro. "El
Cordobés" superó la fantasía que El Pipo creó en torno a su figura. Por
eso volvió locos a los públicos de todo el mundo, porque con él la emoción en
la plaza estaba asegurada.
José María fue un
torero importante. Su popularidad le llevó a actuar en el cine protagonizando
la película "El Paseíllo" en 1967. Lo hizo de la mano de la
realizadora Ana Mariscal y con “El Puri” como compañero de reparto.
- Desde la perspectiva del tiempo transcurrido añora
usted sus años de torero?
- Más que añorarlos
es que los recuerdo con mucho cariño. Viví experiencias inenarrables. Me sentí
respetado y querido por el público y eso no se olvida jamás.
BREVE HISTORIA TAURINA DE JOSÉ MARÍA
MONTILLA
Aunque el diestro José María Montilla nace
en Gerena (Sevilla- 9-5-1941) se considera cordobés porque a los dos meses su
familia se traslada a Córdoba donde reside desde entonces. En nuestra ciudad
comienza a relacionarse con gente del mundillo taurino y el hecho de ver torear
a Luis Miguel Dominguín, el torero de moda entonces, le decide a intentar ser
torero. Con quince años debuta ante el público en la plaza de toros de Priego
de Córdoba ( 1956), y no es hasta el 31 de marzo de 1957 cuando hace su
presentación sin picadores en Córdoba compartiendo cartel con Manolo Cansino, de Sevilla, Francisco
Camino, de Camas (Sevilla) quien luego llegaría a máxima figura del toreo, y el
cordobés Antonio Tejero Conde, lidiando astados del hierro de Isaías y Tulio
Vázquez. El debut con picadores tiene lugar en Córdoba (26-Abril-1959) junto a
Manuel Jiménez Viruta y Enrique Vega con ganado de Germán Hervás.
En 1960 se afianza como novillero de postín
logrando cortar dos orejas en su presentación en La Maestranza sevillana.
También se presenta en Madrid con una excelente actuación. En 1961 logra torear
45 novilladas con un magnífico balance artístico que le catapulta a la alternativa
para la temporada siguiente en la que antes de convertirse en matador de toros
en la feria de mayo torea ocho novilladas.
Breve, aunque intensa, fue su carrera
taurina pues la tarde del 28 de mayo de 1966 en Córdoba decide retirarse de los
ruedos. Esa tarde se lidiaron ocho toros de Ramón Sánchez completando el cartel
Andrés Hernando, Carlos Corbacho y Agustín Castellano “El Puri”.
Montilla,
que nunca ha dejado de ser torero, emprendió otro rumbo profesional que le
permitió vivir holgadamente y sacar a su familia adelante. De una manera u otra
siempre ha estado vinculado a la Fiesta de los Toros. En “Los Califas” fue
asesor artístico en varias etapas y, posteriormente, como comentarista taurino,
supo aprovechar sus conocimientos para, desde sus programas de radio y TV,
conectar con el público e inculcarles los valores de esta Fiesta sin par. Ha
formado parte, en numerosas ocasiones, como miembro del jurado del Trofeo
Municipal Manolete y otros premios. Infinidad han sido, también, las
conferencias y charlas taurinas en las que ha participado a lo largo y ancho de
nuestra geografía.
El prestigio que
alcanzó ante el toro, ha sabido cultivarlo fuera de la plaza, por eso se siente
querido y respetado por todos los estamentos taurinos a nivel nacional. En Córdoba es una institución.