Plaza: (30-5-2019). "Los Califas", menos de un cuarto de entrada.
Ganado: Cinco toros de Virgen María y uno de
Santa Ana (misma casa ganadera) lidiado en tercer lugar. Desiguales de
presentación, justos de raza y sosos en general.
Antonio Ferrera: Estocada caída ( petición y vuelta) y
media estocada en el sitio (oreja tras aviso).
Emilio de Justo: Estocada caída (ovación con saludos)
y pinchazo y estocada (ovación con saludos).
Ginés Marín: Estocada trasera y tendida (oreja) y media estocada y descabello (silencio).
Incidencias: La corrida duró dos horas y media.
Ladislao
Rodríguez Galán
En la corrida inaugural del miniciclo ferial se sumaron
varios factores para hacerla insufrible: su duración, su pesadez y el mal juego del ganado. En los ambientes
taurinos se comentaba que esta corrida no era atractiva suficiente para Córdoba
(¿Y cuál lo es?). No se esperaba respuesta suficiente como para motivar a los
toreros, pero el escaso público que asistió sorprendió a propios y extraños. Se
dio la paradoja que el tendido dos, el de la propiedad, estaba casi lleno y
reunía más gente que el resto de la plaza, cuando normalmente este espacio del
coso suele mostrar grandes huecos. Toda la tarde el escaso público se mostró a favor del éxito del espectáculo
ovacionando a los toreros a lo más mínimo que hicieran. Había esperanzas de que
la corrida rompiera, pero no se pudo cuajar ni un toro.
Pero en fin, con un sol de justicia, las cuadrillas hicieron el despeje tras los alguacilillos,
uno de los cuales, José Manuel Molina, cumplía 26 años como tal.
Antonio Ferreras que siempre ha venido a Córdoba entregado y
bullidor, lo vimos ayer abúlico y cubriendo el expediente sin más. Seguramente
el escaso ambiente hizo mella en su actitud. Sus dos faenas fueron de un corte
parecido, extremadamente largas y vacías de contenido con algunos pasajes de
calidad, pero tan distantes unos pases de otros y tan teatralizadas que no
dejaron huella, aunque el hombre se animara constantemente a sí mismo en una
labor sin poso.
Emilio de Justo venía precedido de una estela de triunfos y de buen corte en su
toreo, pero ayer se estrelló con el ganado que no colaboró en absoluto con el
torero. No le faltaron deseos ni intentos por agradar, pero su primero acabó
desfondado y no pudo lucirse y en el quinto, otro animal de corta
embestida, impidió que la labor tomara
vuelo. Emilio de Justo pasó inédito por culpa del ganado.
Por su parte Ginés Marín se topó con el toro mas repetidor,
su primero, al que comenzó a torear hincado de rodillas con unos pases muy
ajustados. Ya erguido siguió toreando, en series cortas para no agotar al
animal, y con el tendido jaleándole. Sin embargo el animal acabó por
desentenderse cada vez mas de la franela y aunque cortó una oreja de ley, su
labor no acabó de hervir.
En el sexto tampoco pudo Ginés montar faena porque su
oponente, que acabó derrumbado, no colaboró en absoluto. Lo intentó por ambas
manos pero fue inútil.
Así que, dos horas y media después de haber comenzado,
concluyó la primera corrida, sin historia y sin nada que archivar.
LA PRIMERA MUJER
ARENERA
Como anécdota reseñar que debutó en Los Califas la primera
mujer arenera en los cincuenta y cuatro años de vida de la plaza. Se trata de
Marta Martín de Bernardo, de Talavera de la Reina, que se encuentra en Córdoba
estudiando 2º de Ingenieros Agrónomos. Me comenta que este es su primer trabajo
y lo aceptó porque es una gran aficionada a los toros y era una oportunidad de
asistir a los festejos. Quede el dato para la historia.
ESTUVIERON EN LA PLAZA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario