TENTADERO EN
"LOS RODEOS"
JAVIER MERINO SE
MUESTRA MUY CAPAZ Y RESOLUTIVO ANTE EL BUEN NOVILLO QUE LE CUPO EN SUERTE
Ladislao Rodríguez
Galán
Demostrando un progreso muy positivo y un
estilo muy personal, Javier Merino, el tercer alumno que participó en el
tentadero de "Los Rodeos" dejó de manifiesto el alto grado de
preparación de los chavales de la Escuela de Córdoba.
De este chico, al que vimos en su debut
ante las reses no hace muchos meses, nos sorprendió el desparpajo y la
resolución que demostró tanto con capote como con la muleta. Es muy
reconfortante comprobar cómo las enseñanzas recibidas por el profesorado son
asimiladas por los alumnos cuando llega la hora de enfrentarse al ganado bravo.
Javier compartía conmigo un burladero y
esperaba ansioso que terminara la lidia del novillo anterior para que llegara su turno y siempre que
fue menester su presencia en un quite...allá que estaba. Era un resorte cuando un
compañero precisaba de un capote al quite, y eso dice mucho de la afición y
ganas de los chavales.
Y cuando salió su oponente, un novillo de
buena presencia y con nobleza y bravura, enseguida se hizo con él con el
capote. Fue un ramillete de verónicas con gracia y empaque.
El animal cumplió perfectamente en el
caballo y ya con la muleta se dobló con él, sometiéndolo por ambos pitones,
hasta que retirándose unos metros, en la distancia justa, comenzó a torearlo en
redondo. Fueron varias series muy bien hilvanadas.
Y cuando estaba más relajado
y con el animal metido en la canasta, sufrió un volteretón tremendo que,
afortunadamente, solo quedó en el susto, pues la caída fue muy fea.
Todos preocupados y el chaval se levantó
como un rayo y cogiendo la muleta se fue hacía el burel y se hincó de rodillas
para darle una tanda por ambos pitones, de mucho mérito.
Buena actitud si se quiere llegar arriba.
Los buenos toreros ni se miran siquiera.
Continuó toreando hasta que atacó con la
tizona. Necesitó de varias agresiones porque era la primera vez que utilizaba
la espada y ya se sabe que la práctica es fundamental para ir perfeccionando.
Recibió la felicitación de todos, ganadero
incluido. Y lo más importante quedó en todos nosotros el regusto de una faena
bien hecha y sobre todo la disposición de otro joven más que indica que la
cantera cordobesa es inagotable.
Nuevamente la labor de Rafa Figuerola con
el percal y Zapata con la vara, volvieron a ser sobresalientes.