ANIVERSARIO
LUCTUOSO
SE CUMPLEN 57 AÑOS DE LA CAIDA DE UN AUTOBUS DE AUCORSA AL RIO GUADALQUIVIR
Ladislao Rodríguez
Galán foto: Ladis
El día 26
de Abril de 1964, Córdoba vivó un
enorme sobresalto cuando por los barrios de la ciudad cundió la noticia de que
un autobús de línea urbana de Aucorsa había caído al rio Guadalquivir a la
altura de la Cruz del Rastro. Pocas noticias había sobre cuantos y quienes
podían ser los usuarios del autobús, pues esta línea, que comenzaba en la calle
Pío XII del Campo de la Verdad y cruzaba el centro hasta el estadio de El
Arcángel, transportaba a muchos
aficionados. Esa tarde jugaba el Córdoba C.F. contra la U.D. Levante. El
autobús siniestrado era uno de refuerzo y tras este itinerario, concluido el
servicio, debería dirigirse a cocheras. No fue así, pues su recorrido terminó
trágicamente cuando se precipitó al río Guadalquivir, tras romper el pretil.
El bus continuaba sumergido y nada se sabía
del número de personas que había en el interior.
La noticia del accidente, que vistió de
luto a la ciudad, fue portada en la mayoría de los periódicos españoles y buena
parte de la prensa extranjera se hizo eco del dramático accidente.
Del interior del autobús solo pudieron salir
con vida el cobrador, Miguel Espinosa Priego (casado con Rafaela Caballero
Salvador, padre de dos hijos y esperando un nuevo retoño) que sufrió rotura de
clavícula y múltiples magulladuras, precisando ingresar en la residencia Noreña
y José Vázquez Fernández (usuario) con herida inciso contusa en región
superciliar derecha y traumatismo cerebral y toráxico. Tras ser curado pasó a
su domicilio.
No tuvieron la misma suerte once cordobeses
más que quedaron atrapados dentro del bus y al no tener posibilidad de salir
encontraron la muerte. Entre ellos
Wenceslao Gracia Arroyo, chófer del autobús con un expediente de excelente
conductor, que nada pudo hacer por evitar la catástrofe. Estaba casado con
Teresa Díaz Serrano y tenía tres hijos. Algunas de las víctimas eran muy conocidas, por regentar establecimientos
de hostelería muy céntricos, como Mariano Carrasco Ruiz (Bar Correo, casado con
Rafaela Roldán González y padre de cuatro hijos) y Alfonso Pérez Quero (jefe de
cocina del restaurante Imperio, de la calle la Plata, casado y con tres hijos)
ambos solían esperar a última hora para tomar el autobús.
Cuando realicé este reportaje contaba yo con 16 años de edad, y fue el primero de los muchísimos impactantes que tuve que fotografiar tras 61 años en activo, al día de hoy.
LA CÁMARA ESTABA ALLÍ
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