miércoles, 19 de agosto de 2020

 

EN POS DE LA VACUNA CONTRA EL CORONAVIRUS

"INVESTIGAN SI LA LECHE INMUNE  DE VACA ES EFECTIVA CONTRA LA COVID-19"

UN EQUIPO DE CIENTÍFICOS BUSCA PROBAR LA UTILIDAD DEL ALIMENTO LÁCTEO, ESTANDO PREVISTO QUE LOS PRIMEROS ENSAYOS CON HUMANOS SE REALICEN EN SEPTIEMBRE

Ladislao Rodríguez Galán                                                    fotos: Ladis

El grupo de investigación AGR 149 de Enfermedades Infecciosas del Plan Andaluz de Investigación, Desarrollo e Innovación (PAIDI) en colaboración con el Colegio de Veterinarios de Córdoba trabaja en un proyecto para analizar la efectividad de la leche inmune de vaca frente al Sars-cov-2, así como en el desarrollo y aplicación de vacunas Autólogas como tratamiento frente a los casos más graves de Covid-19.

Para que nos informe sobre estas investigación nos hemos puesto en contacto con el presidente del Colegio de Veterinarios de Córdoba, Antonio Arenas Casas, que es a la vez Catedrático de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba y lleva trabajando en el diagnóstico y control de las enfermedades infecciosas, animales y humanas, desde hace más de 35 años. Tal vez por eso ha sido nombrado miembro del Comité de Seguimiento de la listeriosis y ahora de la COVID-19 por la Junta de Andalucía.

 - Decía Vd. hace unos meses, como experto en infecciosas, que en verano aflojaría la pandemia, pero vemos que el número de casos no solo no remite, sino que va en aumento

- En efecto, lo decía entonces, y lo mantengo ahora. No hay ninguna enfermedad infecciosa que no tenga una cierta estacionalidad, unas son más evidentes y otras menos. La estacionalidad viene regulada por factores que dependen fundamentalmente de los hospedadores, pero también de elementos medioambientales y en menor proporción del propio patógeno, en este caso el coronavirus. La mayoría de los estudios realizados demuestran que la temperatura y humedad más elevadas se asocian con menos casos, y viceversa, mientras que son determinantes que aumentan los casos los altos niveles de contaminación vírica y la baja velocidad del viento.

Si analizamos los casos actualmente comprobamos que se trata de brotes, es decir de casos con una relación epidemiológica entre ellos, que pueden ser rastreados, cosa que hace unos meses era prácticamente imposible debido a una amplia transmisión comunitaria. Nosotros mismos, como hospedadores, hemos modificado nuestras costumbres y así también hemos cambiado la epidemiología de la COVID.

- ¿Se puede achacar al ocio nocturno el actual incremento de casos, como algunos mantienen?.

- Bueno, es una forma muy simplista de decirlo. No cabe duda de que la desinhibición de las medidas de bioseguridad que produce el ocio resultan un factor de riesgo de primera magnitud. Cuando digo bioseguridad me refiero al distanciamiento social, uso adecuado de protección oronasal, limpieza, higiene y desinfección, etc.

- Vd. se quejaba hace unos meses de que el Gobierno no ha contado nunca con los veterinarios para luchar contra esta enfermedad

- En efecto. Excepto algunos Gobiernos autonómicos, como es el caso de Andalucía, en general no se nos ha incluido en los Comités de Seguimiento. Probablemente somos los veterinarios los profesionales que más experiencia tenemos en el control y erradicación de enfermedades colectivas, y la COVID es una enfermedad colectiva. Recordemos que enfermedades como la rabia, la peste bovina, la fiebre aftosa, el muermo, las pestes porcinas africana y clásica…, y un sinfín de ellas que sería prolijo enumerar aquí, han sido erradicadas desde hace años de todo el territorio nacional tras enormes campañas de lucha lideradas por los veterinarios. Debemos señalar también que enfermedades muy prevalentes en las personas hace unos años, como la brucelosis (o fiebres de Malta), las salmonelosis, la triquinelosis, la shigelosis, la tuberculosis y escrofulosis, la tularemia, el tétanos, el botulismo y un largo etcétera, hoy en día son enfermedades de presentación esporádica y con una prevalencia muy baja. Este trabajo de prevención y control, siempre callado, es realizado muy mayoritariamente por los veterinarios.

- Y actualmente que líneas de investigación están siguiendo?

- Mi grupo de investigación (AGR 149) viene trabajando en la epidemiología y lucha contra muchas enfermedades animales y también contra las zoonosis desde hace muchos años. Actualmente estamos trabajando también en la COVID-19. Por un lado, en un proyecto coordinado entre diferentes grupos de investigación a nivel nacional tratando de conocer la difusión del SARS-CoV-2 en diferentes especies animales, particularmente animales de compañía y especies silvestres. Por otro lado, en colaboración con el Colegio de Veterinarios de Córdoba estamos investigando la manera de prevenir, e incluso tratar, la COVID a través de alimentos funcionales. Estamos evaluando la efectividad de la leche inmune de vaca frente al SARS-CoV-2, así como también el desarrollo y aplicación de vacunas autólogas como tratamiento frente a los casos más graves de la COVID-19.

- Todos los grandes investigadores del planeta están devanándose los sesos buscando la fórmula ideal que acabe con esta pandemia, y Vd. me habla de leche de vaca?. Me puede explicar brevemente en qué consiste la investigación sobre la leche de vaca?

- Actualmente estamos obteniendo leche de vaca hiperinmune frente al Coronavirus bovino (BCoV), un Betacoronavirus serológicamente emparentado con el virus de la COVID-19. La idea es que el consumo de leche inmune ayude de manera decisiva a nuestro organismo en caso de infección con el SARS-CoV-2 mediante mecanismos de inmunidad cruzada. Queremos comenzar en septiembre con las pruebas en humanos en el caso de que todo vaya bien, en colaboración con Salud Pública.


- ¿Por qué fijaron su atención en la leche de vaca precisamente?.

- Muy sencillo y fácil de entender. Tampoco sería la primera vez que las vacas nos echan una mano en el control de una pandemia humana: ya lo hicieron con la viruela y de hecho por eso se les llama vacunas a las vacunas. Volviendo a la COVID, primero hay que saber que prácticamente todas las especies animales tienen coronavirus, virus que los veterinarios conocemos desde hace años; este conocimiento nos da una cierta ventaja a la hora de entender la patología comparada (entiéndase que los humanos somos una especie más). Algunos datos que hemos analizado sugieren que los vaqueros apenas se han visto afectados por la COVID, a pesar de que familiares cercanos sí la han padecido. Especulamos con que su sistema inmune es capaz de controlar el coronavirus del SARS-2 tras contactos previos con el BCoV. Esto ya se ha comprobado con otros coronavirus humanos endémicos del resfriado, como el HCoV-OC43, que por cierto se sabe que es el mismo virus bovino que dio el salto de especie y se adaptó a humanos. El BCoV y el HCoV-OC43 se incluían en el grupo serológico 2 de los coronavirus, donde también se han incluido los virus del SARS y MERS.

- Se produciría entonces la inmunidad de las personas bebiendo leche de vaca?

- Bueno, bebiendo “leche inmune” de vaca. Para ello, previamente hemos hiperinmunizado a las vacas y posteriormente se está analizando para ver qué niveles de anticuerpos conseguimos en leche. Hemos visto que se pueden alcanzar concentraciones de hasta unos 200 mg de inmunoglobulinas por vaso de leche. A esto hay que añadirle las propiedades de la vitamina A como reguladora del sistema inmune y regeneradora de epitelios mucosos.  

- ¿Y eso podría protegernos contra la COVID?

- Eso estamos investigando ahora. No cabe duda de que las inmunoglobulinas específicas o con una cierta especificidad ayudarían de manera considerable a nuestro sistema inmune a luchar frente al virus.

- Sería posible que esa leche sirviera para tratar a personas graves de COVID?

- No lo sabemos, pero altas dosis de inmunoglobulinas ayudarían mucho en la fisiopatología de la enfermedad. También debemos ensayarlo.

- Me ha comentado antes que también están investigando en vacunas contra la COVID ¿qué tipo de vacuna?

- Son vacunas autólogas. Nosotros tenemos mucha experiencia en este campo y las hemos empleado con bastante éxito para muchas enfermedades, tanto bacterianas como víricas del ganado. Se trata de recuperar el virus del propio enfermo, inactivarlo mediante métodos térmicos o químicos, concentrarlo e inocularlo por vía subcutánea.  

De la patogenia de la COVID sabemos que la multiplicación viral masiva en el endotelio alveolar causa daño celular y liberación profusa de citoquinas y quimioquinas proinflamatorias. Una segunda respuesta inflamatoria, activada por la aparición de anticuerpos neutralizantes, sería la responsable de los efectos más graves del COVID-19, provocando una infiltración inflamatoria celular extensa y consecuentemente un daño pulmonar significativo, es lo que se conoce como síndrome de dificultad respiratoria aguda (ARDS).

Con este tipo de vacunas esperamos que la reacción del sistema inmune a nivel subcutáneo ayude a desarrollar, primero la estimulación específica tras la inoculación de virus autólogos no infecciosos lo que podría dificultar la replicación viral a nivel pulmonar, pero también un efecto inmunoterapéutico inhibiendo el desencadenamiento de la infiltración inflamatoria incontrolada y apoptosis masiva a nivel pulmonar por la activación específica de macrófagos tisulares y CD4+ tipo 2, ayudando así al equilibrio general de la respuesta inmune de los CD8+. Digamos que quitamos el foco de las células proinflamatorias del pulmón al activarlas en el tejido subcutáneo. Bueno, esa es la idea; hay que investigarlo.

- Y en un momento tan delicado, en que hay que unir fuerzas para la investigación ¿están recibiendo ayuda de algún organismo oficial para estas investigaciones?

- Pues no, por ahora no. Solo el Colegio de Veterinarios de Córdoba está ayudando en las labores de campo, ya que se trata de aspectos relacionados con la salud pública, con la sanidad animal y con el sector primario. Entendemos que los resultados de esta investigación ayudarían enormemente al sector de la producción láctea en zonas ganaderas como el Valle de los Pedroches, así como a la población en general. Esa es la labor del científico.

 


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