Ladislao Rodríguez Galán.
La plaza de toros de
Camas, dependiente del Ayuntamiento y utilizada habitualmente por la Escuela
Taurina de la localidad, fue el escenario donde se desarrolló la II Becerrada
de Selección (en clase práctica) del XXIII Ciclo de Becerradas organizado por
Fomento de Cultura Taurina de Andalucía con el patrocinio de la Consejería de
Presidencia de la Junta de Andalucía y Canal Sur TV.
El domingo de Resurrección
amaneció con un cielo azul limpio y
despejado, después de una Semana Santa envuelta en negros nubarrones, que
condicionaron su desarrollo. El festejo dio comienzo a las once de la mañana y
ese buen tiempo hizo que la plaza presentara un lleno total en sus tendidos
para contemplar como media docena de chavales rivalizaban en conseguir un éxito
que les permita alcanzar la final. Todo fue positivo menos el uso de las
espadas que impidió que la mitad de los aspirantes se tuvieran que conformar
con la ovación del respetable.
"Los
Millares" enviaron a Camas un encierro de bonitas hechuras, bien
presentado y sobre todo, excepto el primero, de buen juego. Con este material
los toreros pudieron demostrar sus conocimientos y aprendizaje en una localidad
mito del toreo por ser la cuna de dos grandísimas figuras del toreo: Curro
Romero (El Faraón de Camas) y Paco Camino (El Niño Sabio de Camas) y ante un
público complacido que les animó constantemente.
Desde Córdoba se
desplazó un buen puñado de aficionados para ser testigos del debú, ante el
público, del alumno José Antonio Díaz "Joselito de Córdoba" que en
sus pruebas en el campo había conseguido siempre nota alta. Y la verdad es que
el chaval no defraudó. Lidió en cuarto lugar, pero en el quite que le hizo al
tercero ya se atisbó que venía con ganas y a por todas. Y en su turno, y ante un buen ejemplar,
desarrolló su lidia, con los lógicos altibajos de un debutante, aunque siempre
bien colocado.
Con este buen material y su decisión consiguió excelentes series
por ambos pitones, rematadas siempre con detalles muy toreros. Se le vio muy a
gusto y relajado y cuando todo iba como el chico había soñado, llegó el momento
de montar la tizona y ahí se desmoronó toda sus ilusión. Necesitó de varias
entradas y con el verduguillo se eternizó. Y lo que podía haber sido un grato
recuerdo de triunfo, quedó en una cariñosa ovación a la que correspondió desde
los medios.
Pero no pasa nada, a
todo se aprende. Es cuestión de práctica. Lo importante es haber dejado buenas
sensaciones, y eso quedó patente en su labor. Es un chico muy joven y tiene
todo el tiempo del mundo por delante.
Abrió el festejo
Francisco José Ortiz, de la Escuela Municipal de Tauromaquia de Écija, que le
tocó en suerte el becerro menos potable del encierro. El chaval estuvo por
encima del animal y de no aperrearse con los aceros hubiera paseado un trofeo.
Se le premió con una fuerte ovación.
En segundo lugar intervino Alejandro
Gordillo Gómez, de la Escuela Municipal de Tauromaquia de Camas, que tuvo suerte
en el sorteo al corresponderle uno de los dos mejores becerros de la mañana. El
chaval estuvo muy en torero y su labor, muy correcta y variada, tuvo el premio
de una ovación al echarlo todo a perder con la espada.
Le siguió en el orden de
lidia el representante de la Escuela Taurina de Sevilla- Amate, Lolillo Soto
que cortó la primera oreja de la jornada por su buen toreo y acierto con el
acero.
En quinto lugar intervino Manuel Jesús Carrión, de la Escuela Municipal de Tauromaquia de La Algaba, que también tocó pelo al hacer una faena cargada de torería y buen son.
En quinto lugar intervino Manuel Jesús Carrión, de la Escuela Municipal de Tauromaquia de La Algaba, que también tocó pelo al hacer una faena cargada de torería y buen son.
Cerró el festejo Diego Bastos, representante de la
Escuela Cultural de Tauromaquia de Sevilla que tuvo la suerte de encontrarse
con el otro excelente becerro del encierro y estar a la altura con pases
ligados por ambas manos. Mató bien y paseó una oreja.
Hay que felicitar a los seis participantes y a la organización, porque en estos festejos está el futuro de la tauromaquia.
Hay que felicitar a los seis participantes y a la organización, porque en estos festejos está el futuro de la tauromaquia.
La cantera hay que cuidarla y es meritoria la labor de las Escuelas Taurinas de Andalucía en este menester. Otra cosa que nos agradó sobremanera fue la masiva presencia de gente joven en las gradas. Todo un síntoma.
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