“ESTOY PREPARANDO UNA GRAN EXPOSICIÓN EN CÓRDOBA
PARA EL PRÓXIMO OTOÑO”
LA PERIODISTA Y PINTORA CORDOBESA, MARIAN SACO
ESTÁ MUY ILUSIONADA CON ESTE PROYECTO
Ladislao Rodríguez Galán fotos: Ladis
Mª
Ángeles Saco de Larriva, es una cordobesa que desde la cuna ha estado rodeada
de arte, ya que su padre el novillero Rafael Saco, torero artista y elegante,
le inculcó, desde niña, que el arte es una expresión de vida. El arte abre
todas las puertas. Por tanto el arte es un enorme campo de posibilidades.
Esta
joven madre cordobesa se expresa,
perfectamente al alimón, con el teclado y con los pinceles, sobre todo dando
prioridad al tema taurino. Su gran pasión.
- Cuándo comenzó su relación con la pintura?.
- Desde
muy pequeña he tenido la necesidad de expresarme a través de la pintura y la
escritura. Mi padre siempre decía, cuando hablaba de personas de gran valor,
que eran auténticas y que tenían ‘arte’. Por ello, la palabra ‘arte’ siempre ha
estado presente en mi vida, desde edad muy temprana, como sinónimo de amor a la
vida y a este mundo en el que vivimos.
- Como la puedo llamar pintora, artista plástica,
etc…
- Me
puede llamar Marián, soy lo que ve cuando me mira, no hay más. Madre, hija,
pintora, docente y periodista. Para mí ha sido una gran fortuna amar tanto mi
profesión y me siento tremendamente orgullosa cuando alguien me denomina de
alguna de estas formas. Hay personas que se pasan la vida intentando saber cuál
es su camino. Yo siempre tuve claro que quería ser periodista para comunicar a
través de la palabra, tanto para contar aquello que ocurre y es importante para
la sociedad; y pintora, para dar forma y color a aquello que amo: mi tierra, mi
cultura, mis raíces cordobesas y taurinas.
- Mis
primeros trabajos no fueron, curiosamente, de pintura, si no de poesía. Guardo
cuadernos de cuando era muy pequeña con piezas muy bonitas que aún hoy me
sorprenden cuando las leo, y me cuesta reconocerme a mí misma, tan pequeña, en
ese inexperto e irregular dominio de la lírica.
La
pintura llegó después, más adelante. Pinté mucho desde edad temprana. No soy
capaz de recordar qué pinté primero. Pero en óleo y en grandes dimensiones, sí
que lo recuerdo. Fue un árbol de la vida, del maestro Gustave Klimt. Si se
fija, tiene mucha relación con mi filosofía de cómo es la vida. De tus raíces
nace todo aquello que dará lugar a las personas con las que compartirás tu vida
llena de experiencias, a veces oscuras; otras, de infinidad de colores, cuya
mezcla creará finalmente esa maravillosa composición que es, para cada uno de
nosotros, la historia de nuestra vida.
- De toda su obra de cual se siente más
satisfecha y orgullosa?.
- De
‘Lo Llovido’. Tras la colección de Sangre de Lidia, de 6 cuadros de grandes
dimensiones cuya leyenda artística estaba relacionada con momentos que vive el
torero en soledad dentro de sus pensamientos, pinté ‘Lo llovido’ fue una obra
pequeña, nada que ver con las anteriores, sin grandes pretensiones, pero muy
importante para mí. Ya que mostraba a mi padre, Rafael Saco Bejarano, vestido
de chaqueta, toreando con un pase al natural, ya entrado en los 60, fecha en la
que ya comenzaba a estar enfermo. Ese movimiento de cintura, las venas
de sus manos, su rostro expresando el sentimiento… A esta obra le acompañó el
escrito ‘Una vez fui’ . Es algo que suelo hacer, tengo la necesidad de expresar
con la pintura y completar la obra con su leyenda artística. No entiendo la una
sin la otra. Cada una de mis obras va vestida con una composición escrita.
- ¿Me puede definir su estilo y especialidad?
- Pinto
al óleo (técnica mixta) sobre lienzo o tabla y escribo a la libertad. La figura
humana y mi Córdoba hermosa son para mí la raíz y el centro de mi obra.
- Quien es su pintor de referencia?
-
Esa pregunta es muy difícil de contestar. Al igual que en la vida real, creo
que cada uno de nosotros somos un compendio de cada una de las personas que han
pasado y han significado en nuestra vida; con la pintura, es algo similar. Creo
que un pintor crece y va forjando su interior con un poquito de cada uno de los
maestros que le significan. Pero, ya que hablo de lo mío, me ceñiré a Córdoba,
donde tenemos grandísimos artistas. Me dejo algunos algunos grandes por el
camino, así que como no puedo mencionarlos a todos, hablaré de Manolo
Castillero y Fernando García Herrera. Para mí, dos profesionales
impresionantes, que llevan años luchando, sin descanso, por dejar patente su
talento y situarse en lo más alto, que es donde merecen estar. Haber
sido testigo de cómo han ido creciendo como artistas a base de esfuerzo y
estudio en lo suyo los hace muy grandes.
- Por qué prefiere la imagen taurina en todas sus
vertientes?.
- Cada
uno pinta a lo que le tiene pasión y yo se la tengo a mis raíces. Amo todo lo
que tiene que ver con Andalucía, y por ende a mi Córdoba. Mis padres nos
enseñaron, desde muy pequeños, a respirar el olor de la sierra de Córdoba, a
vivir sus calles y sus fiestas populares, las cruces, los patios, las romerías...a crecer yendo a caminar a las
Ermitas a rezarle al Sagrado Corazón, a vestir el traje de faralaes o de
cordobesa y subir a lomos de un caballo, a degustar los productos de nuestra
tierra y a celebrar como celebran los cordobeses, en familia y con amigos. Es
lo que echo de menos ahora que estoy fuera, y pintarlo me hace sentir muy
orgullosa de mis orígenes y me acerca a lo mío.
- Hasta
hace poquito tenía mi estudio abierto al público. En él conservaba expuestas
algunas obras. Siendo madre de tres niños y trabajando en el mundo de la
comunicación es complicado mantener el estudio abierto, por lo que ahora, que
casi toda la producción está vendida a colecciones privadas, sólo se pueden ver
de forma virtual o en las diferentes exposiciones en las que colaboro durante
el año.
De
hecho, ahora estoy muy ilusionada porque, si todo va bien, para finales de este
2024 y se podrá ver en Córdoba, en una galería de arte que está emergiendo con
fuerza ahora. Será en noviembre y expondré casi toda la colección de ‘Córdoba
hermosa. Aires de mi tierra’.
- ¿Había expuesto anteriormente su obra?
- Si,
en numerosas ocasiones, pero aún no tenía la satisfacción de haberla podido exponer
en Córdoba. Tener la oportunidad de exponerla ahora es muy emocionante. Tras la
exposición de noviembre en Córdoba, en
abril se podrá ver en Castellón, lugar
en el que resido por cuestiones profesionales desde el año 2021.
- Córdoba
es sinónimo de arte, de historia, de patrimonio. Sus artistas de cuna siempre
han destacado por dejar un legado impresionante en todas las disciplinas
artísticas, incluida la pintura y, a día de hoy, sigue siendo así. Me siento
tremendamente orgullosa del lugar que me vio nacer.
- Es
de nuevo una pregunta difícil de responder para mí. De nuevo destacar el papel
tan importante que están ocupando los artistas contemporáneos cordobeses.
Cualquier obra de García Herrera es para mí un monumento al realismo
contemporáneo cordobés. Haber experimentado ese crecimiento y dominio de su
técnica, le ha permitido innovar en sus composiciones e introducir elementos
que hasta hace poco eran difíciles de conciliar. Esto lo hace único a él y a
sus obras. Si tuviera que destacar alguna serían, La Piedad, impresionante;
Purísima y Oro y cualquiera de las dos obras monumentales que decoran La Casa
de Manolete Bistro.
- Si
le soy sincera, es algo que tengo pendiente, la catalogación de mis obras. Hoy
por hoy, no le puedo decir el número exacto. Pero, muchas. Ya puedo decir que
voy creyéndome eso de ser “pintora” jajaja.
- ¿En qué proyecto está enfrascada en este
momento?
- En
estos momentos estoy inmersa y totalmente dedicada a dos proyectos. Uno de
ellos, terminar de dar forma a la exposición del próximo mes de noviembre en
Córdoba. Es mi proyecto más ambicioso, ahora mismo, por la responsabilidad que
me impone hacer una gran exposición en mi tierra por primera vez; y el otro,
dos libros. Uno de ellos recogerá las leyendas artísticas de cada una de las
obras, así como su galería fotográfica y se presentará, si Dios quiere, el día
de la inauguración de la exposición; el otro… es una sorpresa.
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