RAFAEL COBO PREGONA MAGISTRALMENTE LA
SEMANA SANTA DE PRIEGO DE CÓRDOBA
EL PREGONERO FUE PRESENTADO POR SU
HIJA LAURA
El periodista Rafael
Cobo Calmaestra ha pregonado la Semana Santa de Priego de Córdoba de una manera
tan magistral que ha dejado el listón muy alto para ediciones venideras.
Conocerse la Semana
Santa al dedillo permite narrar el itinerario de esta particular pasión realizando un
sentido recorrido por las Hermandades locales y situando a las figuras bíblicas
en los maravillosos rincones que habitualmente recorren.
Y en ese sentido Priego es el lugar ideal por
el encanto de sus calles y recovecos.
Y si además, hay un
prieguense que acompaña, con voz grave y sentida, a todas y cada una de las
cofradías marcando el recorrido y deteniéndose en los sitios emblemáticos, la
Semana Grande luce con muchísimo más esplendor.
El salón del Teatro Victoria, con su olor a incienso, se lleno de devoción por un público atento que desde el primer momento se metió dentro del Pregón.
Ese fue el quid del éxito de Rafael Cobo, saber captar (sin soporte de diapositivas) la atención de todos y cada uno de los que abarrotábamos la sala. Y eso tiene mérito. Mucho mérito.
Como es bien conocido Rafael Cobo es un periodista multi terreno que ha estado muchos años en la emisora local y desde hace unas décadas dirige Tele Priego, y quizás esa soltura ante el micro le ha servido para realizar este "paseo por las ondas" de su querida Semana Santa.
No hay que olvidar que nuestro pregonero es Cofrade desde la cuna. Pasión que le inculcó su querido padre y él ha sabido mantenerla hasta convertirse en Hermano Mayor de Ntra. Sra. del Mayor Dolor.
Me agradó que, con suprema maestría, supiera poner el énfasis adecuado en cada palabra, con los silencios oportunos llenos de profundo misterio. Escucharlo fue un placer y no recuerdo siquiera cuanto duró el
Pregón, porque Cobo supo engancharnos a todos desde la primera frase.
Una frase que no sé cómo pudo enhebrar porque al dar el abrazo a su presentadora, su querida hija Laura (cofrade como él) pensamos todos que se derrumbaría por la emoción.
Padre e hija fundidos en el escenario. Pero no fue así. La profesionalidad pudo más que el sentimiento. Aunque la procesión fuera por dentro (nunca mejor dicho).
En resumen, debo reconocer, que el Pregón fue una obra de arte realizada con el corazón. Y el corazón de Rafael Cobo da para mucho en el mundo cofrade.
Enhorabuena querido
amigo. Fue un placer escuchar tu pregón. Pero que sepas que, sin pretenderlo,
se lo has dejado muy complicado al próximo pregonero. Esa es la consecuencia de hacer las cosas bien.
LA CÁMARA ESTABA ALLÍ
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