REMACHAR EL MISMO CLAVO
DIEGO VENTURA ABRE LA PUERTA GRANDE Y
MORANTE Y AGUADO SON OVACIONADOS
Ladislao Rodríguez Galán fotos: Ladis
Córdoba, primera de abono. 20-5-2022
Ganado: Dos toros de María Guimor de Moura, manejable el
primero y superior el segundo, para rejones y cuatro toros de Juan Pedro Domecq
para lidia a pie, de poca presencia, descastados, con poca fuerza y deslucidos.
Diego
Ventura: pinchazo, rejón y dos
descabellos pie a tierra (palmas) y rejón (dos orejas).
Morante
de la Puebla: cuatro pinchazos y
estocada (ovación con saludos, tras aviso) y dos pinchazos y estocada
defectuosa (ovación con saludos, tras aviso).
Pablo
Aguado: bajonazo infame (silencio) y
estocada (palmitas).
Incidencias: tras el paseíllo se guardó un minuto
de silencio en memoria del matador de toros
Miguel Báez "Litri". La plaza, decorada con murales de los
cinco Califas y otros toreros, se cubrió en su mitad.
Comenzó la feria taurina con una respuesta poco convincente del público, pues la plaza no pasó del medio aforo en tarde de muchísimo calor y desencanto.
Un desencanto provocado por el encierro de Juan Pedro que una vez más en Los Califas no justifica su presencia en esta plaza. Es remachar el mismo clavo. Hasta el punto que el Ilustre Colegio de Veterinarios de Córdoba puso en juego un trofeo para premiar al toro más bravo y morfológicamente mejor presentado y tras varios años (pocos) de ponerlo en juego decidió, dos años ha, eliminar porque siempre son los mismos toros y al no haber variedad de encastes no hay posibilidad de que el juego sea diferente.
Qué le vamos a
hacer. Los toreros figuras quieren este ganado y claro, la gente comienza a
escamarse de que una y otra vez salgan de la plaza mosqueados.
Ya lo avisó con su
semblante Morante cuando al llegar al patio de cuadrillas (6,45) se asomó al
callejón y cuando vio el panorama fungió el seño como diciendo, malo, malo...
PABLO AGUADO
Pablo Aguado no acaba de pisar el acelerador y si bien es verdad que no tuvo colaboradores su ánimo debía haber sido diferente. Una cosa es querer y no poder y otra dejarse llevar por la desidia de un lote soso y sin posibilidades. Hasta el punto de que su segundo enemigo se echó antes de entrarle a matar. Una plaza de primera como la de Córdoba ha de ser estímulo suficiente para cualquier torero, tenga o no mimbres para hacer el cesto. Con el capote más entonado.
DIEGO VENTURA
Diego Ventura si supo aprovechar la calidad de su segundo toro y formó un lío de órdago. Su categoría en la doma y clavando quedó una vez mas de manifiesto en una exhibición de poder que puso la plaza en pié. Sobre todo al torear de costadillo con el toro pegado al estribo y dándole una vuelta completa al anillo. En una de esos descarados riesgos el toro hizo por la cabalgadura y trepó al noble animal y al jinete. Todo quedó en un susto. Ni el caballo ni el caballero sufrieron daño alguno aunque el toro se pudo ensañar con ambos. Eso espoleó más al jinete y a partir de ahí su actuación, que ya era colosal, subió enteros espoleada por las ovaciones del respetable. Un ajustado par a dos manos y las cortas en terrenos muy comprometidos acabaron por encender la mecha de una explosión que dejó al público más que satisfecho. Ventura encontró el sitio para el rejón definitivo y paseó dos orejas ganadas a ley para salir a hombros.
Fue lo más completo de la primera corrida de toros de
la breve feria taurina. En su primero, un toro menos colaborador, no acabó de
redondear su actuación.
EL SUSTO DE VENTURA
DECORACIÓN DE LA PLAZA
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