viernes, 24 de abril de 2020


LA OPINIÓN DE LA AFICIÓN
RAFAEL ARANDA TAMAYO
SECRETARIO GENERAL DEL COLEGIO PROFESIONAL DE PERIODISTAS DE ANDALUCÍA



Ladislao Rodríguez Galán
Rafael Aranda Tamayo, estudio Ciencias de la Información (rama Periodismo) en la Universidad Complutense de Madrid. También cursó estudios de derecho en la Universidad de Córdoba y de Lenguaje y Comunicación Audiovisual en la Universidad de Tulane, en Nueva Orleans (EEUU).
A la plantilla de diario Córdoba se incorporó en 1986 y actualmente es Redactor Jefe, pero antes fue Jefe de las Secciones de Deportes, Información General, Suplementos y de los periódicos gratuitos "La Crónica". Ha sido también el máximo responsable de la Edición Digital de Diario Córdoba y productor ejecutivo de la emisora de televisión local del rotativo Onda Mezquita.
Además ha llevado la corresponsalía en Córdoba de los periódicos "El Independiente" y "As" y de las agencias de noticias Europa Press y OTR Press.
Durante su estancia en EEUU colaboró con las ediciones en castellano de "Los Ángeles Times" y "La Voz de las Américas" en Miami.
Rafael Aranda dio sus primeros pasos en el periodismo en Antena 3 Radio y colaboró en Radiocadena Española de Madrid cuando aún estudiaba la carrera en la capital de España.
Aunque no se considera un entendido en el mundo taurino, si  un buen aficionado que ha visto toros no solamente en Córdoba, sino también, en Las Ventas de Madrid, La Maestranza de Sevilla y La Malagueta en Málaga, entre otras plazas diseminadas por nuestra geografía.
Rafael Aranda recuerda con cariño cuando iba a la desaparecida plaza de "Los Tejares" de la mano de su padre que era un gran aficionado. De hecho fue testigo presencial de la cornada mortal a "Manolete" en Linares y ha conservado la entrada de aquella tarde como una reliquia. Entrada que ahora guarda Rafael con todo el cariño del mundo.
Posteriormente, dentro de sus responsabilidades en el diario Córdoba estaba la coordinación de las páginas de la sección de Toros.
Desde el año 2019, que hubo elecciones, es Secretario General del Colegio Profesional de Periodistas de Andalucía.
Como casi todos los profesionales de este País, Rafael Aranda y su esposa, también periodista, Carmen Aumente, no saben de la tranquilidad del confinamiento. Desde casa están conectados con la realidad del día a día por que el periódico ha de llegar todas las mañanas a los kioscos con la actualidad más palpitante y para eso los periodistas han de estar a la que salta.
Son días de trabajo sumamente agotadores, porque conllevan un plus de esfuerzo al que, además, se añade la ansiedad de no acabar de ver el regreso a la normalidad, si es que alguna vez retornaremos a la rutina que nos hacía tan felices a todos.
Con el charlamos brevemente sobre el problema del coronavirus, que nos tiene confinados en casa, y su incisión en la Fiesta de los Toros.
  
- Esta temporada va a ser un auténtico desastre para la Fiesta de los Toros. ¿Cómo ve Vd. la situación?.
-Los efectos del covid-19 van a hacer que en el futuro esta temporada taurina se recuerde como la que pudo ser y no fue. ¿Y qué es lo que pudo ser? A falta de verlo plasmado sobre el albero, partíamos de una interesante declaración de intenciones para intentar levantar la fiesta en Córdoba, que hace tiempo que habita en el fondo. Es difícil que vaya a menos en calidad y número de festejos. Pues bien, ya el mero relevo de empresa al frente de Los Califas con la llegada de José María Garzón había encendido un halo de esperanza, porque todo tiempo de cambio implica una ruptura, en este caso con el negativo pasado más reciente. Los toros en Córdoba están necesitados de un impulso para la búsqueda de nuevos proyectos, que después pueden que cuajen o no. Pero hay que intentarlo. Y un mero traspaso en la gestión debía ser sinónimo de cambios. Por contra, como consecuencia del estado de alerta, ya han quedados suspendidos los carteles de la feria de mayo, que ni siquiera han llegado a ver la luz, y las futuribles corridas coincidiendo con cruces o patios que también eran objeto de estudio han quedado en imposibles a corto plazo. Así las cosas, el posible retorno a un ciclo en septiembre, como adelantó Garzón, queda como única oportunidad para que Córdoba no se quede sin toros a lo largo de todo un año, algo inédito en décadas. Y es difícil que ese ciclo de septiembre se haga realidad, porque todo apunta a que las aglomeraciones en espectáculos van a hibernar hasta pasado el otoño, y corridas sin público carecen de sentido. La situación, por tanto, es causa de desazón y, tal vez, una oportunidad perdida.
 - Hemos visto atónitos, por inusual, como se han suspendido las ferias taurinas más importantes ¿Que repercusión piensa tendrá en la economía de España?.
 -Las ferias taurinas, siempre que conlleven calidad en los carteles, son un incontestable generador de recursos económicos. Más allá del daño que acarrea en la economía doméstica de las miles de personas que tienen en el sector taurino su modo de vida profesional, la suspensión de la temporada supone una importante brecha en la línea de flotación de empresas que suministran productos en la logística de la organización de las corridas y causa daños a terceros irreparables en el turismo y la hostelería, dos pilares imprescindibles para Córdoba, una ciudad que ha apostado casi todo su oxígeno económico en el sector servicios y hostelero. Ojo, más allá de los efectos del coronavirus, subrayo también la premisa que apunto en el arranque de esta respuesta: siempre que conlleven calidad en los carteles. 
 - Como ve que las principales ferias (Valencia, Madrid, Sevilla, Córdoba...) se celebren en el verano y otoño, fuera de su fecha habitual?.
 -Puede ser la salvación o la muerte. La celebración en verano de las principales ferias implica invadir el saturado calendario de las fechas que históricamente han ocupado otros ciclos menores. Quizás de ser así se esté salvando a las potentes mientras que otras menores, que queden a la sombra, se vean asfixiadas y paguen la factura. Es complejo. Sería una posibilidad siempre que se cuadre un calendario respetuoso entre unas y otras.
 - Es necesario en este momento, más que nunca, que el Gobierno apoye a la Fiesta?.
 -El Gobierno en estos momentos tiene que centrarse en salvar las vidas de los ciudadanos, todo lo demás es secundario. Después deberá aplicar fórmulas para rescatar la economía del país en los sectores primarios que afectan al mayor número de familias, y, por último, analizar posibles vías de rescate para todos aquellos colectivos que se hayan visto lesionados.
 - Cree que esta crisis repercutirá en el futuro inmediato de la Fiesta de los Toros?.
-La fiesta de los toros ya había tocado fondo antes de la agresión del virus. Esta crisis no va a hacer sino agravar la situación. Y quizás el futuro pase por aplicar medidas que, no ahora, sino hace tiempo que la Fiesta estaba clamando. 
 - Confía que  dentro de un año todo vuelva a  ser como antes?.
 -En lo que se refiere a la Fiesta de los Toros en Córdoba, si soy sincero, ojalá no. Y lo digo rotundamente y aunque pueda parecer una afirmación antipopular. Y digo que ojalá dentro de un año no volvamos al escenario más cercano en el tiempo porque la fiesta en Córdoba estaba más que enferma, encefalograma plano. Entonces, en lo que confío es en que dentro de un año se atisbe ya vida, emerjan figuras de la tierra con las que se identifique la afición y que el coso de Ciudad Jardín vuelva a ser el escaparate de las principales figuras del escalafón nacional; en suma, que se haya regenerado la ilusión ahora en cuarentena. Ojalá que Los Califas vuelva a ser el escenario sostenido de una espectacular fiesta y no el espacio de una resignación tras otra. Pero insisto, esa asignatura ya estaba pendiente antes del coronavirus.
 - Que es lo primero que va a hacer cuando pueda salir a la calle?.
 -Ir al reencuentro personal con mi hermana y, a riesgo de lo que conlleve, fundirme con ella en un abrazo.

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