domingo, 12 de enero de 2020


SEMILLA DE UN FUTURO AFICIONADO
ANTONIO, HIJO DE SERGIO SANZ, ESTÁ DEMOSTRANDO UN CARIÑO ESPECIAL POR LA FIESTA

Ladislao Rodríguez Galán.
Hace muchos años que me une gran cariño y una sincera amistad con Antonio Sanz Llergo, un gran aficionado que ha pasado por todos los estamentos de la Fiesta de los Toros. Cariño y amistad que extiendo a sus hijos.
En su juventud quiso ser torero y se probó en varias ocasiones, las suficientes para comprender que su servicio a este espectáculo sin igual no estaba en la arena.
Luego fue empresario y apoderado y hasta ha sido presidente de festejos menores en Los Califas. Sin olvidar su paso por la Federación Provincial Taurina a cuyo frente estuvo más de doce años con un balance muy positivo, pues unas de sus prioridades fue conectar a la gente joven con la Fiesta de los Toros. Por eso organizó para ellos certámenes de literatura y pintura en torno al toro. Se puede decir con total rotundidad que Antonio Sanz es un "todoterreno" en el mundo taurino.

La última vez que le vi torear fue en la finca "La Cigarra", en el bautizo de su nieto Antonio, hijo de Sergio. 
Como la becerra era tan noble y brava, el abuelo echó mano de una muleta y salió del burladero muy dispuesto. Y sin enmendarse un ápice le enjaretó una serie con la derecha que le valió una gran ovación del numeroso respetable.
Antonio y Conchi tienen cuatro hijos; José Claudio, Pilar, Sergio y Antonio. De ellos , Sergio y Antonio, vistieron de luces con gran satisfacción del progenitor que les ayudó cuanto pudo en sus respectivas carreras.
Antonio, hijo, que toreaba con gracia y donaire no llegó a la ansiada meta porque encauzó su camino hacia otros menesteres profesionales. Yo que le vi torear ( y le veo en las fiestas camperas) pienso que se perdió un gran torero.
Sin embargo su hermano Sergio, torero con mucha técnica y acreditado valor , alcanzó el doctorado, incrementando así  la nómina de matadores de toros que ha dado esta bendita tierra.



Y si no consiguió altas cotas en esta difícil profesión fue debido a los imponderables que siempre marcan el camino de cada cual. Pero la honradez, profesionalidad y entrega de Sergio nunca se quedaron en el esportón, todas las tardes hicieron el paseíllo con él.
Hoy está felizmente casado con Magdalena, una encantadora mujer que le ha dado dos hijos y el mayor, Antonio, que ronda los tres años, acompaña al padre a todas las faenas camperas. 
El peque está muy conectado a la fiesta de los toros y tal como nos pasó a todos, desde chiquito está comenzando a querer esta Fiesta tan nuestra y tan incomprendida, por desconocida.
El otro día, cuando la nueva empresa de Los Califas citó a familias enteras en la plaza de toros para participar en una serie de programas de ocio para los más jóvenes, el bueno de Sergio acudió con el pequeño Antonio para que el chiquillo,  disfrutara lo más grande.
Lamentablemente no coincidí con el por qué, al filo de las dos de la tarde, me fui ya que tenía que hacer la información para diario CÓRDOBA. Pero ahora me acaba de mandar esta fotografía tomada con su móvil donde se aprecia al chico en un temerario desplante con total tranquilidad. Buena semilla que se irá desarrollando con el sabio consejo del padre.
Mirando la foto he enhebrado estas líneas que espero que agraden a esta familia tan querida por Ana y por mí.
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