domingo, 6 de octubre de 2019


EL CÍRCULO TAURINO DE CÓRDOBA CELEBRA SU TRADICIONAL FIESTA  CAMPERA DE HERMANDAD
LOS CHAVALES DE LA ENTIDAD SALIERON A TOREAR

Ladislao Rodríguez Galán
El Círculo Taurino de Córdoba viene celebrando tradicionalmente una fiesta campera de camaradería y hermandad en la que no falta el buen toreo y como viene sucediendo los últimos años se volvió a elegir la "Hacienda El Cordobés" para celebrar el evento. Y es que este lugar, enclavado en un lugar de privilegio en Sierra Morena, reúne todas las comodidades para pasar un día completísimo.
Cuando todo el personal estaba ya ubicado en la finca, el presidente Alfonso Téllez dirigió la palabra a los asistentes agradeciéndoles su entrega al Círculo en el curso pasado e instándoles a que sigan colaborando para que la entidad mantenga la categoría adquirida a través de los años.
La jornada comenzó con la celebración de la Santa Misa, oficiada por el Rvdo. Ángel Roldán, párroco de Ntra. Sra. de la Asunción (Parque Figueroa), y una vez que concluyó se dió suelta a la becerra preparada para la ocasión. El animal salió muy corretón y una vez que la paró Luis, un socio muy taurino, se hizo cargo de ella Manolito Román (Alumno de la Escuela Taurina de Córdoba, dependiente del Círculo Taurino,  que como es bien sabido no recibe ninguna subvención oficial y se mantiene gracias al apoyo de los socios, quienes durante más de 40 años luchan denodadamente por mantenerla). 
Pues bien, después de este chico salieron Pedro Romero, Fernando Albuger, Rafael Álvarez, Pepe Herreo y otros más e incluso el presidente Alfonso Téllez, que momentos antes de tomar la muleta me había comentado que no torearía por un problemilla en una rodilla... 
pero le pudo más su pasión por este noble arte y allá que se fue camino de la gloria. 
Y estuvo bien, como lo estuvo el presidente de la Tertulia Taurina "El Castoreño", José María Portillo que no pierde ocasión de torear, sea como sea de grande el morlaco. Bien por ambos, afición así crea escuela.
Se le dio un descanso al animal y mientras tanto se degustó un sin fin de magnificas delicatessen servidas por un personal atento y servicial de un catering contratado para la ocasión. La rúbrica la puso el clásico arroz cordobés, tras el cual se volvió a la placita para que los jóvenes del Círculo demostraran de lo que son capaces ante la fiera.
Música, flamenco y buen ambiente puso el broche de oro a una fiesta perfectamente organizada para que todos se sintieran cómodos y bien atendidos.
JÓVENES TOREROS DE LA ENTIDAD








 




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