EL CÍRCULO TAURINO
DE CÓRDOBA CELEBRA SU TRADICIONAL FIESTA CAMPERA DE HERMANDAD
LOS CHAVALES DE LA
ENTIDAD SALIERON A TOREAR
Ladislao Rodríguez
Galán
El
Círculo Taurino de Córdoba viene celebrando tradicionalmente una fiesta campera
de camaradería y hermandad en la que no falta el buen toreo y como viene
sucediendo los últimos años se volvió a elegir la "Hacienda El
Cordobés" para celebrar el evento. Y es que este lugar, enclavado en un
lugar de privilegio en Sierra Morena, reúne todas las comodidades para pasar un
día completísimo.
Cuando
todo el personal estaba ya ubicado en la finca, el presidente Alfonso Téllez
dirigió la palabra a los asistentes agradeciéndoles su entrega al Círculo en el
curso pasado e instándoles a que sigan colaborando para que la entidad mantenga
la categoría adquirida a través de los años.
La
jornada comenzó con la celebración de la Santa Misa, oficiada por el Rvdo.
Ángel Roldán, párroco de Ntra. Sra. de la Asunción (Parque Figueroa), y una vez
que concluyó se dió suelta a la becerra preparada para la ocasión. El animal
salió muy corretón y una vez que la paró Luis, un socio muy taurino, se hizo
cargo de ella Manolito Román (Alumno de la Escuela Taurina de Córdoba, dependiente
del Círculo Taurino, que como es bien
sabido no recibe ninguna subvención oficial y se mantiene gracias al apoyo de
los socios, quienes durante más de 40 años luchan denodadamente por
mantenerla).
Pues bien, después de este chico salieron Pedro Romero, Fernando
Albuger, Rafael Álvarez, Pepe Herreo y otros más e incluso el presidente
Alfonso Téllez, que momentos antes de tomar la muleta me había comentado que no
torearía por un problemilla en una rodilla...
pero le pudo más su pasión por
este noble arte y allá que se fue camino de la gloria.
Y estuvo bien, como lo
estuvo el presidente de la Tertulia Taurina "El Castoreño", José
María Portillo que no pierde ocasión de torear, sea como sea de grande el
morlaco. Bien por ambos, afición así crea escuela.
Se le
dio un descanso al animal y mientras tanto se degustó un sin fin de magnificas
delicatessen servidas por un personal atento y servicial de un catering
contratado para la ocasión. La rúbrica la puso el clásico arroz cordobés, tras
el cual se volvió a la placita para que los jóvenes del Círculo demostraran de
lo que son capaces ante la fiera.
Música,
flamenco y buen ambiente puso el broche de oro a una fiesta perfectamente
organizada para que todos se sintieran cómodos y bien atendidos.
JÓVENES TOREROS DE LA ENTIDAD
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