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SE CUMPLEN 25 AÑOS DE LA RETIRADA DEL TORERO CORDOBÉS FERMÍN VIOQUE

 EN LA FERIA DE 1984,  QUE SE DOCTORÓ, CONQUISTÓ EL TROFEO "MANOLETE"

Ladislao Rodríguez Galán

Fermín Vioque nacido en la localidad serrana de Dos Torres, tomó la alternativa en Córdoba el jueves 24 de Mayo de 1984 de manos de "El Yiyo", que sustituía a Luis Francisco Esplá, y con "El Soro" como testigo. Esa tarde se lidiaron tres toros de Los Guateles (primero, segundo y quinto) y tres del Marqués de Domecq (tercero, cuarto y sexto). El toro del doctorado (Los Guateles) atendía por "Jareto", negro zaíno, marcado con el número 18 y de 533 kilos de peso. Esa tarde Vioque consiguió dos orejas.

Tan buena imagen dejó, que al día siguiente, viernes, volvió a torear Fermín en "Los Califas". En esta ocasión sustituyendo a Emilio Muñoz que resultó herido el día anterior en Madrid. Alternó con Paco Ojeda y "El Soro" con toros de Antonio Arribas. El balance de Vioque fue de vuelta al ruedo y oreja.

Por su actuación en esta feria, con un balance de tres orejas en el esportón, le fue concedido a Fermín Vioque el preciado Trofeo Municipal "Manolete".

Diez años estuvo Fermín en activo. Fueron temporadas duras donde hubo de luchar lo indecible para poder codearse con las máximas figuras de la época.

Harto ya de pelear y teniendo su futuro puesto en otros horizontes, decide retirarse del toreo.

Y lo hace en la plaza de Pozoblanco, su tierra, un anhelo siempre soñado, el día 28 de septiembre de 1994.

Esa histórica tarde se lidia un encierro de Ramón Sánchez, bien presentado y juego desigual, compartiendo cartel con Miguel Báez "Litri" y Jesús Janeiro "Jesulín de Ubrique". 

El veterano torero da la vuelta al ruedo en su primero y en el cuarto ( el último toro de su vida), animal de embestida brusca y violenta, ante el que expuso mucho, logra cortar una oreja tras dejar una estocada entera. 

Culminada la triunfal vuelta al anillo, el matador de toros Agustín Castellano "El Puri", que asistía al festejo como espectador, le corta el añadido en medio del ruedo y arropado por una fuerte ovación.

Se fue un torero honrado que mereció mejor espacio en la historia del toreo y cuya principal tarjeta de visita era el valor y su entrega cada tarde.