Ladislao Rodríguez Galán
Terminó la pírrica
feria taurina de Córdoba. En ella se pone en juego como viene sucediendo desde
1950, el Trofeo Municipal Manolete. Muchos son los toreros que lo lucen en sus
vitrinas considerando que es un orgullo para ellos haberlo conseguido porque
saben que este trofeo, carente de bases y siendo un jurado nombrado al efecto
el que decide, prestigia a quien lo conquista.
Manuel Benítez V Califa
del Toreo lo ha logrado en dos ocasiones aunque pudieron y debieron ser tres
por ley y justicia pero el tercero se lo ningunearon inexplicablemente.
El primero lo
conquistó la misma tarde de la alternativa. Su tremenda actuación, en la única
corrida que toreó en la feria de 1963, cortando cuatro orejas y un rabo le
hicieron ganador indiscutible del preciado galardón.
El Alcalde Guzmán
Reina se lo entregó dos días después en las dependencias del Museo Taurino de
Córdoba en un acto que reunió a la prensa acreditada y a numerosos aficionados que se acercaron a saludar al ídolo de Palma del Río.
Y allí mismo Manuel Benítez donó
el traje, el capote de paseo, la montera, las medias y las zapatillas que uso
esa histórica tarde para que quedara expuesto en las dependencias del Museo.
Petición que cayó en
saco roto, pues al día de hoy solo se expone el vestío y el estoque, sin ninguna
explicación que indique el visitante que es con el que tomó la alternativa el V
Califa del Toreo.
El segundo trofeo
también lo consiguió un 25 de Mayo, pero siete años después, en la temporada de
1970. Esa tarde se lidiaron seis toros de Juan Mari Pérez Tabernero Montalvo
para Paco Camino, Manuel Benítez "El Cordobés" y José Luis Parada.
Manuel Benítez obtuvo cuatro orejas y un rabo.
Y el tercero, que
pudo ser y no fue, tuvo su historia el 2 de Junio de 2002, fecha en la que
Manuel Benítez decide cortarse definitivamente la coleta.
Este año había
comenzado toreando en Guillena, Palavás (Francia) y Pozoblanco y quiso que la
despedida fuera en Córdoba, y nada mejor que hacerlo dando la alternativa a un torero paisano en
la plaza de "Los Califas". Tenía Manuel Benítez 66 años cumplidos.
Efectivamente el
corte de coleta tuvo lugar en la última corrida del ciclo ferial de Mayo
(séptima de abono). En este histórico
cartel figuraban Manuel Benítez "El Cordobés", Juan Mora y
Enrique Reyes Mendoza que tomó la alternativa, con ganado de María José Barral.
La plaza pasó de media entrada. Un torero que llega y otro que se va.
Esta fue la tercera
alternativa que otorgó "El Cordobés" en la plaza de los Califas. Se da la circunstancia que esta alternativa también fue la última que otorgó Manuel Benítez en la plaza cordobesa en su dilatada carrera taurina. Y es muy significativa por que aconteció la tarde de su retirada y además hizo doctor en tauromaquia a un torero de nuestra tierra.
Hay que recordar que la primera alternativa en Los Califas fue al matador de toros de Bujalance Agustín Castellano "El Puri", en la feria de mayo de 1965, que además figura en los anales de la plaza como la primera alternativa que se concedió en ella.
La segunda alternativa que otorgó en Los Califas fue a su hijo Julio el 25 de
Mayo de 2007 (cuando ya estaba retirado del toreo y asistía como espectador en
un burladero). Esa tarde estaba anunciado en el cartel que el padrino fuera "Finito de Córdoba" actuando como testigo "Cayetano".
En el momento de entregarle la muleta y el estoque, Juan llamó al ruedo al padre de Julio y así, vestido de paisano y entre el aplauso general Manuel Benítez hizo matador de toros a su hijo pequeño. No recordamos que algo así haya sucedido en la historia del toreo. Muchos padres, matadores de toros, han dado la alternativa a sus hijos, pero vestidos de toreros. Esta imagen insólita, además de curiosa, se ha convertido en histórica.
En cuanto a matadores que mas doctorados han
otorgado en la plaza de toros de Córdoba, empatan Manuel Benítez y Enrique
Ponce con tres ahijados cada uno.
Volviendo a la corrida que nos ocupa, la de la despedida, hay que reseñar que el balance de este festejo de despedida fue triunfal para
Manuel Benítez, ya que fue ovacionado, saludando
desde el tercio en su primero y cortó las dos orejas y el rabo en el cuarto.
A este toro que
atendía por "Potrero",
marcado con el número 71, negro burraco y de 475 kilos le realizó "El
Cordobés" una completísima faena con series largas por ambos pitones con
temple y mando y la plaza entregada sin condiciones. Estuvo valentísimo
aguantando parones y con desplantes de rodillas.
La personalidad de
Benítez estuvo presente en toda la faena donde no faltó el salto de la rana, marca
de la casa, realizado hasta en tres ocasiones. Entregado sin paliativos como un
novillero que comienza y necesita el triunfo.
Y rizando el rizo de
lo increíble Manuel se tiró a matar sin muleta. Las dos orejas y el rabo fueron
a sus manos tras petición unánime de un público que deliraba en el tendido.
Dos vueltas al ruedo
apabullantes y cuando el festejo concluyó su hijo Manuel le cortó la coleta en
medio del ruedo rodeado de toreros de todas las épocas que quisieron acompañar
al gran torero en este momento tan importante.
Y, como había
sucedido tantas veces, "El Cordobés" salió en olor de multitud por la
puerta de Los Califas.
En el ruedo había
quedado una leyenda del toreo. El mito se agrandaba. La historia de este hombre
que rompió moldes y alcanzó cotas de fama y éxito inimaginables quedaba escrita
con letras de oro.
Y como todos los
años, al terminar el ciclo ferial, se reúne el jurado del Trofeo Municipal
Manolete y tras la deliberación deciden dejar desierto el Trofeo. No voy a
entrar en la objetividad del jurado para valorar la actuación del V Califa, pero
si me pregunto lo siguiente: ¿Después de cortar un torero dos orejas y rabo,
superando en calidad y trofeos a los
demás participantes en el ciclo ferial, no es acreedor a conseguir por ley este
trofeo?.
¿Con 66 años de edad y entregándose de principio a fin no hubiera sido
un digno broche a una carrera insuperable en la historia del toreo? ¿Con que rasero se le midió?.
Que poca
sensibilidad por parte del jurado que no supo, o no quiso, ver la grandeza del
toreo de esa tarde, realizado por Manuel Benítez "El Cordobés" que meses después sería proclamado con todos los honores V Califa del Toreo..
Con un toreo extraordinario y con una entrega tan
absoluta, de principio a final, hasta tirándose a matar sin muleta y con toda
la plaza puesta de acuerdo solicitando los máximos trofeos, ¿Qué más se puede
pedir?.
Dice el viejo refrán
que nadie es profeta en su tierra, pero esto contra Manuel Benítez, ya no es
cuestión de profeta es cuestión de ser objetivo y tener sensibilidad con el
hombre que se ha entregado en cuerpo y alma, como si su carrera dependiera de
la actuación de esa tarde, jugándose la vida sin miramientos.
Nunca llegué a
comprender por qué razón no se le concedió el Trofeo Municipal
"Manolete" a quien lo ganó sin miramientos.
En este caso,
evitando agravios comparativos, me acordé de otras muchas tardes de la historia
de este trofeo que se concedió a algunos toreros cortando menos trofeos. También, inexplicablemente, se dejó desierto cuando
estaba en mente de todos los aficionados y de manera clara, que sería para tal
o cual torero.
La Córdoba de mi
alma nunca dejará de sorprenderme.
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