Ladislao Rodríguez Galán
La feria de 1989 anunciaba ocho festejos
desglosados así: cinco corridas de toros
y una mixta, dos novilladas picadas, los espectáculos cómicos "El Toronto
y sus monos toreros" y "El Bombero torero y sus enanitos" y
cerrando el ciclo la Becerrada Homenaje a la Mujer Cordobesa. La feria taurina
comenzaba el domingo día 21 y concluía el lunes día 29 con la mencionada becerrada.
Sin embargo la feria taurina de este año
estuvo plagada de inconvenientes y pasó a la historia de la plaza, no por la
calidad del ganado, sino por el trasiego de corrales y por el pobre nivel
artístico de los toreros participantes. El primer festejo anunciado el domingo
día 21, una corrida mixta con Curro Romero y los novilleros Julio Aparicio y
"Finito de Córdoba", que se presentaban en Córdoba con caballos, se hubo
de suspender por rechazarse los toros y los novillos por sospecha de
manipulación de astas y poco trapío. Se trajo otro encierro completo que
también fue rechazado y al final propusieron a Curro Romero torear dos toros de
García Galán, oferta que no cuajó. Los novilleros tampoco aceptaron un mano a
mano y no quedó más remedio que suspender el festejo.
Todas las corridas del ciclo fueron
"retocadas" por devolución de toros por el equipo veterinario. Solamente
se salvó del remiendo la que comentamos a continuación, motivo de este
reportaje.
Pero si la feria se deslizó, en su totalidad, al más oscuro olvido , si hubo
un festejo que acaparó portadas en la prensa nacional. Fue el martes 23, tercer
festejo de abono.
Ese día se anunciaba
una corrida de toros de Ramón Sánchez ( que no tuvo problemas en el reconocimiento)
para Francisco Ruiz Miguel, que se despedía del público de Córdoba, José Luis
Parada y Tomás Campuzano.
Esta corrida fue televisada por Canal
Sur, y aprovechando esa oportunidad el comité de empresa de Cenemesa, que
andaba de negociaciones para evitar el desmantelamiento de la fábrica, organizó
una protesta en el ruedo de la plaza.
Todo seguía el guión previsto, los
toreros y las cuadrillas salieron al redondel y cuando iban a comenzar el
paseíllo, un grupo de trabajadores irrumpieron en el ruedo con una gran
pancarta en la que se leía "Cenemesa no se cierra". Salieron por la
puerta del tendido dos y se dirigieron a las cuadrillas colocándose delante e
impidiendo su avance.
Gritaban consignas contra la dirección
de la empresa y su protesta en ningún momento fue violenta. Inmediatamente
fueron invitados por las fuerzas del orden a deponer su actitud y ante la
negativa tuvieron que ser empujados para desalojar el albero. Cosa que
consiguieron, no sin esfuerzo.
Ya daba igual, el propósito estaba
conseguido. Querían difundir su problema a través de las cámaras de TV y lo lograron.
Una vez despejado el ruedo la corrida pudo comenzar y se desarrolló sin más
complicaciones.
El
balance de la tarde hizo parangón con la tibieza de todo el ciclo. No se cortó
ni un trofeo, solamente Ruiz Miguel y Campuzano dieron una vuelta al ruedo. La
plaza registró media entrada.
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