Mientras existan
peñas taurinas, y en Córdoba y provincia las hay con mucha solera y desarrollando
una buena labor por engrandecer la Fiesta.
Ganaderos románticos de reses bravas, aficionados taurinos y sobre todo
toreros, la Fiesta Nacional perdurará en el tiempo.
Algunos políticos
aficionados o no, deben saber que jamás conseguirán hacerla desaparecer, porque
a ellos no les guste o no la entiendan. No se quieren dar cuenta que el toreo
es la profesión más honrada del mundo. Porque con el toro nunca se podrá poner
de acuerdo nadie para triunfar. Porque el toro no habla, no fuma, no bebe
alcohol, no hace el amor ni se acuesta tarde. Siempre sale con la edad
reglamentaria.
Y además hay un juez supremo que es el público que acude a las
plazas que dicta sentencia sin ser sobornables para aprobar o desaprobar lo que
ha sucedido en el ruedo cada tarde.
La profesión de
torero es distinta a otras profesiones. Por ejemplo en el boxeo te puedes poner
de acuerdo con el contrario y en otros deportes pueden arreglarse entre ellos.
Con el toro no. La carrera de un torero es tan honrada que jamás se puede prever
un triunfo o un fracaso, estando el toro de por medio, por eso en la profesión
de torero no se puede programar nunca algo que no fuera honesto.
Yo que soy
matador de toros puedo dar fe de todo esto. Cada tarde es un riesgo.
Vamos a dejar de atacar tanto a la Fiesta, que crea puestos
de trabajo, salvaguarda las dehesas donde se cría el toro bravo y está
enclavada en las raíces de nuestra tierra.
Además, ¿No se han dado cuenta éstos, los
políticos, que la Fiesta de los toros es la segunda empresa que más aporta en
recaudación de impuestos a las arcas del Estado?.
No hay peor ciego que el que no quiere ver.
A los chavales que quieren ser toreros les animo a seguir. Es
una carrera muy dura porque son muchos los llamados y poco los elegidos para
ser figuras del toreo, pero merece la pena intentarlo.
¡Qué bella es la democracia cuando se respeta la forma de ser
y sentir de cada persona
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