sábado, 19 de abril de 2025

 

HACE 60 AÑOS QUE “EL CORDOBÉS” DONÓ LA ESTATUA DE SÉNECA A LA CIUDAD DE CÓRDOBA

SIN EMBARGO NUNCA HA LUCIDO UNA PLACA QUE EXPLIQUE ESE GESTO DEL GRAN TORERO 

Ladislao Rodríguez Galán                               fotos: Ladis

Del 7 al 12 de septiembre de 1965 se celebró en nuestra ciudad un Congreso Internacional de Filosofía en conmemoración del XIX centenario de la muerte de Lucio Anneo Séneca.

A este Congreso asistieron alrededor de doscientas personalidades del mundo de la Filosofía venidas de lugares tan dispares como China, EE.UU, India, Alemania, Francia, Brasil…etc, y se organizó en cuatro ponencias: Séneca y la idea de Sabiduría, Séneca y la unidad del Género Humano, Séneca en la Historia del Pensamiento y Séneca y el Cristianismo. Todas las sesiones se desarrollaron en el Salón de  Mosaicos del Alcázar de los Reyes Cristianos.

Con motivo de este Congreso el Ayuntamiento, presidido por Antonio Guzmán Reina, pensó erigir una estatua a Séneca (la primera que se le levantaba en su ciudad). La idea fue muy bien aceptada por toda la Corporación, pero había que buscar un espónsor que financiara parte de la obra.

El Alcalde pensó en Manuel Benítez “El Cordobés”, conocida su generosidad, y se puso en contacto con el torero para que aportara  parte de coste del monumento cuyo autor, el prestigioso escultor valenciano afincado en Córdoba, Amadeo Ruiz Olmos, cifró en algo más de doscientas cincuenta mil pts. (un dineral en aquella época).

Manuel Benítez no solamente estuvo de acuerdo sino que dijo que todo el importe lo sufragaba el y donaba la estatua a la ciudad de Córdoba.

Como no dio tiempo al artista a fundir la estatua en bronce,  y para descubrirla antes de que se marcharan los filósofos reunidos en nuestra ciudad, el escultor hizo una copia en escayola que fue la que se inauguró, hasta que se colocara la definitiva.

De aquella inauguración se van a cumplir sesenta años. La estatua sigue ahí, pero lo que no está por ninguna parte es una placa que indique al visitante que este Séneca, que preside la Puerta de Almodóvar y da entrada al barrio judío, fue una donación a Córdoba de uno de los toreros más importantes de la historia de la Tauromaquia.

 El Ayuntamiento no estuvo fino en aquellos tiempos y como agradecimiento entregó a Manuel Benítez una reproducción en miniatura de la estatua que el regaló a la ciudad. 
Pero eso no lo sabe nadie porque nadie lo ha explicado, ni siquiera una simple placa adosada al pedestal del monumento para indicarlo al viandante que le serviría de oportuna información. Así de fácil. Y se pondrían las cosas en su sitio. A Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César. 

ANÉCDOTA DE LA ESTATUA DE SÉNECA

El escultor Amadeo Ruiz Olmos, que tenía el taller en la calle Sánchez de Feria, se acercaba todos los días a la taberna Casa Rubio, en la puerta de Almodóvar, a tomarse su copita de vino.

El propietario del bar, José María Jiménez, le atendía y charlaba a diario con él. Un día el escultor le pidió permiso para utilizar su imagen como modelo para la estatua de Séneca que le había encargado el Ayuntamiento y que se colocaría solo a unos metros de la típica taberna.

El tabernero no tuvo inconveniente y Ruiz Olmos se trajo arcilla de su taller y en el patio de la taberna le fue modelando la cabeza y la cara y luego en unas sesiones en el estudio le sacó la expresión de la mirada y lo acabó.

Así que la cara de Séneca es la de José María Jiménez afamado tabernero cordobés.

Su nieto, Antonio Jiménez, conocido peluquero de la puerta de Almodóvar, me cuenta que cuando pasa delante de la estatua ”de su abuelo” se santigua y le musita una oración.



 

 

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