EL MUNDO DEL TORO PIERDE UN PERSONAJE
IRREPETIBLE: UN SEÑOR
José Luis Prieto Garrido foto: Ladis
Se fue Paco Dorado, el Comandante Dorado, posiblemente uno de los últimos románticos del toreo. Un taurino que en los años noventa marcó un hito en la fiesta de los toros, no solo en nuestra Córdoba, por entonces revolucionada con la aparición de una figura que marcaría una ilusión con la aparición de Manuel Díaz, el nuevo Cordobés, sino en todo el orbe taurino nacional.Personalmente, el Comandante Dorado
fue siempre un señor. Nos remontamos a los años noventa, cuando yo integraba ya
el equipo veterinario de Los Califas. Jamás tuvo una palabra malsonante con los
equipos gubernativos y veterinarios por entonces establecidos. Acataba
decisiones cuando las consideraba adecuadas y justas, y si no las estimaba,
siempre trataba de establecer ese vínculo de entendimiento que solo, los
verdaderos empresarios, e incluso me
atrevería a decir, genios en lo suyo, saben establecer.
Paco Dorado ya forma parte de la
historia del toreo, de sus personajes. Posiblemente una persona irrepetible.
Protagonista de historias que, muy probablemente darían para novelas e incluso
libros increíbles, pero que, casi con seguridad se llevará el viento cuando se
marchiten sus memorias.
“Después de cuarenta años en el toro me he retirado sin tabaco. Económicamente no me ha compensado nada, pero personalmente mucho. He apoderado a muchos toreros, y si volviera a empezar haría lo mismo”... y dicho esto se fue con su cazadora al hombre.
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