martes, 20 de octubre de 2020

 II CERTAMEN DE BECERRISTAS - 5ª SELECCIÓN

LA ESPADA  NEGÓ EL TRIUNFO A LOS CHAVALES 

OREJA PARA CARLOS HERNÁNDEZ Y VUELTA AL RUEDO PARA PABLO MATA

(Puerto de Santa María 17-10-2020)

Ladislao Rodríguez Galán                                             fotos: Ladis

La última becerrada de selección del II Certamen de Becerristas organizado por la Asociación Andaluza de Escuelas de Tauromaquia "Pedro Romero" y la Escuela Cultural de Tauromaquia "La Gallosina" del Puerto de Santa María, se ha celebrado en la plaza de toros del Puerto de Santa María.

Como es sabido este certamen está patrocinado por la Consejería de  la Presidencia, Administración Pública e interior de la Junta de Andalucía, y encuadrado en los Festejos de Promoción de Nuevos Valores de las Escuelas Taurinas Andaluzas.

Se lidiaron seis añojos de la ganadería El Rodeo, que como viene siendo habitual, estuvieron  muy bien presentados, siendo bravos y encastados hasta el punto que algunos de los chavales que actuaron se vieron superados por la casta del ganado. Cosa natural en unos chicos que están empezando y que han de ir superándose a sí mismos a la vez que vayan cogiendo sitio y se sientan cómodos. Solo es cuestión de tiempo que alcancen la madurez necesaria para avanzar en esta difícil profesión. Por tanto no hay que venirse abajo ni acusar el mal trago. Todos los figuras del toreo que en la historia han sido, pasaron por trances similares y luego, sin embargo, alcanzaron la fama y la gloria. Adelante chavales.

Juan Álvaro Casasola, de la Escuela Taurina Linense, encabezaba el cartel. Su labor fue muy variada y supo encontrar la distancia apropiada para realizar una faena correcta toreando con destreza pero que malogró con la tizona al necesitar de tres pinchazos y una estocada, tras aviso. Fue ovacionado.






Plata de Oliva, representante de la Escuela Taurina "Antonio Osuna", toreó muy requetebién y se encontraba tan a gusto con el becerrete que le tocó en suerte que perdió la noción del tiempo y ni siquiera las volteretas que sufrió le conminaron a concluir la faena. Y cuando por fin tomó la espada el tiempo había transcurrido inmisericorde. Necesitó de tres agresiones antes de colocar un buen espadazo. Y claro, el presidente ordenó que el cornetín sonara tres veces y el chaval abatido se refugió en el callejón. Sin embargo el público comprendió el momento y sonaron las palmas para mitigar el duro golpe en su moral.






Yeray González, de la Escuela Comarcal Taurina de Ubrique, se fue a  chiqueros para recibir  al añojo a portagayola. Airosamente cumplió y ya incorporado continuó hasta el platillo con ajustadas verónicas. Luego con la muleta comenzó su variada faena con doblones por abajo de mucho sabor. Las series por ambas manos se sucedieron encadenadas y llenas de torería y el tendido se fundió con el chaval en continuadas ovaciones. Lamentablemente  la espada no fue cómplice de su anunciado éxito y se aperreó en demasía hasta el punto que sonaron dos avisos antes de que doblara el animal. Fue muy ovacionado.






Álvaro Domínguez Losa "El Cumbreño",
de la Escuela Taurina "Rafael Ortega"  de San Fernando, estuvo muy animado y comprometido en su labor, lo que le supuso varias volteretas que no hicieron mella en su ánimo. Una y otra vez volvía a la cara del animal con una decisión encomiable. Nuevamente la espada se volvió a negar a entrar y tras varios intentos sonaron los tres avisos. Injusto premio para un chaval que anduvo con mucha solvencia ante el becerro. Pero no pasa nada, un sonado éxito mañana hace olvidar el traspiés de hoy. Al tiempo.







Carlos Hernández, representante de la Escuela Cultural de Tauromaquia "La Gallosina" de El Puerto de Santa María, recibió a su oponente con una larga cambiada de rodillas al hilo de las tablas para luego llevarlo cosido al capote hasta el centro del ruedo. La faena la brindó a sus tres compañeros de la escuela que hicieron las veces de subalternos. Con la muleta estuvo variado y en torero. Sufrió la clásica voltereta de los principiantes pero no se amedrantó. Siguió toreando muy bien y al matar de contundente estocada paseó la única oreja de la tarde.








En principio debía cerrar el cartel y el festejo Pablo Mata, natural de La Carlota (Córdoba) y alumno de la Escuela Municipal de Tauromaquia de Écija, pero se anunció por megafonía que el sobrero también sería lidiado. Así, pues, la becerrada constó de siete reses. Con una larga cambiada de rodillas recibió Mata a su oponente para luego salirse hasta los medios con ajustadas verónicas. Hemos visto a este joven desde sus comienzos y su proyección es ascendente. Con la muleta se fajó con el animal y firmó varias series con ambas manos de mucha enjundia y sabor. Cuando todo estaba hecho, se eternizó con la cruceta y sonaron dos avisos antes de que el becerro doblara. El público le obligó a dar una calurosa vuelta al ruedo. Poco premio para tanta entrega y tan completa faena, pero en sus manos estaba el premio y se le escapó...Imagino el cabreo.










Pues tal como informaron por megafonía el becerro que hacía el número siete del encierro, lo lidió
Felipe Villanueva, de la Escuela Cultural de Tauromaquia "La Gallosina" de El Puerto de Santa María. Con el capote estuvo muy bien y ajustado ante un becerro que embestía echando las manos por delante. Tras brindar a su maestro José Luis Galloso el chaval se entregó por completo a una labor llena de gracia y acierto. Por ambas manos toreó, entre oles,  con mucha torería llevando muy bien enganchado al animal. Tardó en matar y fue ovacionado.






En resumen tarde entretenida con los borrones ya señalados pero que no deben de hacer mella en los chavales. Estas becerradas, tal como su nombre indica, son clases prácticas y así hay que entenderlo. Ni más ni menos.

El alcalde de El Puerto de Santa María, Germán de Beardo asistió al festejo ocupando un burladero del callejón. También estuvo en el Puerto el maestro Francisco Ruiz Miguel.

La plaza cubrió el aforo permitido y se guardaron todas las medidas de seguridad sanitaria. La becerrada fue presidida por Jesús Neva que estuvo asesorado por José Gutiérrez.

Al entrar a la plaza hay un artístico mosaico con esta frase de Joselito "El Gallo": " Quien no ha visto toros en el Puerto, no sabe lo que es un día de toros". Qué verdad más grande, aunque haya sido una becerrada cargada con la ilusión de un puñado de chavales.


LA CÁMARA ESTABA ALLÍ







VOLTERETAS

 








MASCARILLAS


















PLAZA DE TOROS

 










 

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