Ladislao Rodríguez Galán
La Peña Taurina
Cultural de Bujalance, que dirige el prestigioso aficionado Juan Antonio Barco,
es una de las instituciones taurinas más
activas de la provincia y, como todos los años, para concluir el curso celebran
una jornada de convivencia en una ganadería brava. Esta vez ha sido en la
ganadería de Castillo de Azuel.
Desde primeras horas
de la mañana y con una organización perfecta, programada al detalle, los
miembros de la Peña, acompañados de Ángel Luis Carmona y del mayoral Francisco,
tuvieron la oportunidad de recorrer la finca contemplando las cercas de los
cerdos ibéricos, los boxes de caballos y los cercados del ganado bravo. Un
entorno maravilloso donde la encina reina en todo el entorno. Sierra Morena en
todo su esplendor.
Una vez terminado el
recorrido por la finca, y antes de la comida de hermandad, comenzó la fiesta
campera. Se tentaron tres excelentes becerras: una para el matador de toros
Juan Ortega y las otras dos para Carlos
Fernández, Álvaro Alfonso, "Joselito de Córdoba" y Manolito Román,
alumnos de la Escuela Taurina de Córdoba que demostraron sobradamente sus
cualidades para poder caminar con firmeza por esta dura profesión.
Los cuatro
chavales fueron los auténticos protagonistas del tentadero, pues sus estilos
muy diferentes y personales cautivaron al personal.
La labor de la
Escuela Taurina es enseñar a los alumnos a manejar los trebejos, a torear y a
saber andar con soltura por la cara del toro, pero sin interferir en la
personalidad de cada uno y, claro, en cuanto que se juntas varios para torear, el
resultado es un cóctel de estilos variados que calan enseguida en los
espectadores.- (fotos facilitadas por la Peña).-
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