viernes, 16 de agosto de 2024

 

78 AÑOS DE UN ARCHIVO SORPRENDENTE

ESTE AÑO SE HAN CUMPLIDO 68 AÑOS DE LA MUERTE DEL PICADOR DE TOROS CORDOBÉS “EL TIGRE”

VALERIO MERINO “EL TIGRE” FALLECIO COMO CONSECUENCIA DE CAERSE DEL CABALLO CUANDO PICABA AL TERCER NOVILLO DE LA TARDE. 

Ladislao Rodríguez Galán                         fotos exclusivas: Ladis

Infinidad de veces, rebuscando en nuestro archivo, encuentro fotografías de tremenda carga histórica. Esta mañana me he topado con un documento gráfico de gran calibre, obtenido por mi querido padre Ladis, que como es conocido era un artista de la cámara, especializado en el tema taurino y un fotoperiodista de lujo.

En los años cincuenta y sesenta, del siglo pasado, en la añorada plaza de Los Tejares se daban multitud de novilladas de promoción para que los chavales se curtieran en este duro oficio. El público asistía y el empresario de turno se animaba a seguir con los espectáculos.

La tarde del domingo  15 de abril de 1956 en la plaza de toros de Los Tejares se anunciaba una novillada para Manuel Ávila, Juan Jiménez “El Trianero” y el cordobés Manuel Cadenas Torres, que lidiarían novillos de Fermín Díaz “Tres Gallos”.

Hasta ahí todo bien, la plaza registraba una entrada aceptable, con sombra casi llena y sol ocupado en buena parte.

El festejo se desarrollaba sin novedad hasta que salió al ruedo el tercer novillo. Manuel Cadenas lo recibe a la verónica y tras unos buenos lances de recibo el presidente ordena el cambio de tercio.

Por turno le corresponde picar al varilarguero cordobés Valerio Merino Ramírez “El Tigre”. Se agarra bien pero el burel aprieta hasta que derriba al caballo. 

Entonces se produce la desgracia. “El Tigre” ( de 27 años) cae al albero y se le desprende el castoreño (sombrero que como ustedes saben va sujeto fuertemente por el barbuquejo y amortigua el golpe protegiendo la cabeza). El golpe con el suelo es tan duro que le produce la rotura del cráneo. Llevado inmediatamente a la enfermería, el jefe de la misma, el eminente doctor Antonio Ortiz Clot, ante la gravísima situación, ordena que venga un sacerdote y le de la extremaunción.

Trasladado al hospital recibió los cuidados necesarios pero lamentablemente falleció el lunes día 16.

Este hombre quería ser torero, pero ante las dificultades que encontraba, optó por hacerse piquero. Cosa que no aceptaba su madre (viuda) que pasaba muy mal rato y siempre se lo recriminaba. Por eso, la tarde que encontró la muerte, para que su madre no se enterara, entró de paisano y se vistió en casa del conserje que estaba situada en el patio de acceso.

Su fallecimiento causó en Córdoba gran pesar pues Valerio era un joven muy simpático y tenía muchos conocidos por que trabajaba en una compañía eléctrica.

Este año, en el mes de abril, se conmemoró el 68 aniversario de aquella fatídica tarde.

Descanse en paz.

 

 

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