ANIVERSARIO LUCTUOSO
HACE UN AÑO QUE MANUEL RODRÍGUEZ REQUENA NO ESTÁ CON NOSOTROS
Ladislao Rodríguez Galán fotos: Ladis
Se
cumple el primer aniversario del fallecimiento de Manuel Rodríguez Requena,
valiente matador de toros, pero sobre todo una excelente persona, amigo de todo
el mundo y ejemplo de generosidad. Los que lo quisimos, sin paliativos, lo
recordamos con cariño y lo echamos de menos.
Manolo, como quería
que se le llamara, no nació en Córdoba pero en esta tierra echó raíces y entre
nosotros estuvo ( siempre acompañado de su querida Carmen) cerca de cincuenta
años.
Manolo y Carmen nos hicieron el honor, a Ana y a mi, de ser padrinos de nuestro enlace matrimonial.
Y en la fiesta taurina que siguió a la boda, fue el primero que, muleta en mano, se hartó de torear. Nunca le abandonó su tremenda afición y en los numerosos tentaderos que fuimos juntos siempre salía a dar unos muletazos.
Hay que recordar que
Manolo se vio obligado a dejar la profesión a consecuencia de la tremenda
cornada que recibió el 22 de junio de 1969 en la localidad gallega de Sarriá,
alternando con "El Cordobés" y Palomo Linares. Salvó la vida de
milagro y necesitó cerca de tres años para recuperarse totalmente.
Hoy, en un día tan
significativo, quería escribirle unas letras como homenaje a su memoria, pero
pensándomelo mejor, creo sinceramente, que el mejor homenaje que le podemos
ofrecer Ana y yo, lo he encontrado en mi archivo. Y estoy convencido que, desde
donde quiera que esté, lo verá con más
agrado que unas letras tristes y llenas de melancolía. Como optimista que era, no quería que nadie estuviera triste.
PEROL TAURINO POR SU ONOMÁSTICA
Como saben la festividad de Manuel se conmemora el día 1 de enero. En esa fecha de 1993, los queridos Manolo y Carmen, organizaron una fiesta taurina en su finca de La Cigarra. Entre el grupo de invitados se encontraba, como no, su compadre Manuel Benítez "El Cordobés" que también celebra su santo en la misma fecha. Los dos "Manueles" comenzaron su carrera juntos, saltando cercados por las noches, y después toreando infinidad de veces compartiendo cartel.
Manolo toreó a su novillo estupendamente y como colofón hundió el estoque hasta la cruz (siempre fue un tremendo estoqueador) y tras recibir los máximos trofeos, dio una triunfal vuelta al ruedo acompañado de su compadre.
Y luego a comer, y como estábamos en el campo cada cual se buscó su rinconcito soleado en plena naturaleza.
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