sábado, 30 de mayo de 2020


COMIENZA LA TEMPORADA
TENTADERO EN LA GANADERÍA DE HNOS. COLLADO RUIZ
LOS ALUMNOS DE LA ESCUELA TAURINA DE CÓRDOBA DISFRUTARON CON LA CALIDAD DEL GANADO

Ladislao Rodríguez Galán                                                  fotos: Ladis
El último tentadero al que asistí tuvo lugar en el mes de enero de este año. Tenía previstos varios más para fechas siguientes, pero llegó el confinamiento y todo se fue al garete. Han sido unos meses tremendos de angustiosa espera, deseando  que llegara el momento de poder disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor. Y este momento, por fin,  ha llegado hoy sábado día 30 de Mayo.
En tres coches, con cuatro ocupantes cada uno y con los permisos oficiales correspondientes para cruzar la línea imaginaria entre las provincias de Córdoba y Jaén, nos pusimos camino de la localidad de Vílchez, en cuyo término esta la finca "El Cotillo", donde pastan las reses de Juan Collado Ruiz, que cuenta con dos líneas ganaderas: una puro Jandilla y la que lidia a nombre de Hnos. Collado Ruiz, procedencia Bernardino Piris.
A primeras horas de la mañana dejamos la carretera y enfilamos el carril que da acceso a la finca y el paisaje se volvió precioso con las siluetas de los toros recortadas entre el verde de un campo tranquilo, turbado de vez en cuando por la carrera fugaz de algún gazapillo.
Al llegar a la finca, cuyas instalaciones son una maravilla, nos recibió el propio ganadero y su hijo Agustín.
Enseguida, tras un cambio de impresiones, los alumnos  Carlos Fernández, José Antonio Ortiz de Llera, David Gavilán Fuentes "Bocanegra", Andrés Membrives, Javier Merino y Manuel Román, junto a Álvaro Vicario (este último miembro de la  Escuela de Camas, que asistió como invitado), fueron rápidamente a ponerse la ropa de "faena" pues estaban ansiosos por volver a coger capotes y muletas tras tanto tiempo toreando de salón, a un toro imaginario,  cada cual en su casa.
Antes de comenzar el tentadero se hizo la obligada foto de recuerdo, posando junto al ganadero y los toreros, el director de la Escuela Rafael González "Chiquilín" y el profesor "El Califa", y raudo  cada uno ocupó los correspondientes burladeros manteniendo, siempre,  la distancia de seguridad.


En el caballo Agustín Collado, hijo del ganadero, que cumplió perfectamente con su cometido.
Se tentaron tres eralas, serias y fuertes, que dieron un juego extraordinario, con su pique, y permitiendo que los chavales se hartaran de torear.


 De las tres vacas, la que se soltó en primer lugar fue la más completa, por brava, noble y clase en la embestida. Cumplió con el caballo y en la muleta fue un dechado de  calidad. El encargado de su lidia fue Carlos Fernández que la recibió con el capote moviendo muy bien los brazos y dejándola en el lugar marcado por el ganadero para su primera entrada al caballo. Y lo hizo hasta seis veces, con una distancia cada vez más alejada del equino.
Con la muleta fue increíble, humillando y repitiendo y viendo nada más que la tela. Con mucha clase. La torearon a placer,  además de Carlos, José Antonio Ortíz de Llera y Álvaro Vicario.


La segunda vaca, a la que paró con el capote José Antonio Ortíz, fue también con alegría y fijeza al caballo y con la muleta, con una poca de mas tralla que su hermana, la torearon, aparte de Ortíz, Javier Merino y "Bocanegra" y les sirvió muchísimo pues al ser más exigente, los puso a prueba y los chavales respondieron como se esperaba de ellos. Los pases, por ambas manos, surgieron de uno en uno y tuvieron calidad y temple.



La tercera vaca la torearon Andrés Membrives y Manuel Román que se encontraron un animal del corte de la vaca anterior: brava, encastada y exigiendo, pero con mucha nobleza. Rompió en la franela, y tanto Andrés como Manuel le cogieron el aire y disfrutaron con la calidad del animal.

Hay que destacar la generosidad del ganadero que dejó que los chavales se hartaran de torear antes de devolver a los animales al campo. Ganado como este merecía la pena aprovecharlo a tope.
Al final todos contentos, el ganadero y los toreros.
Y camino para Córdoba que el calor comenzaba a apretar.
Tengo que reconocer que me lo he pasado muy bien, pues sin toro no hay toreros y viceversa. Y hoy en "El Cotillo" ha habido calidad de toros y toreros.
La barrera se ha levantado. Ya vendrán más tentaderos. Y yo se los contaré encantado.

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