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martes, 14 de abril de 2020


COLABORACIÓN
ARMAS DE DOBLE FILO

Antonio Sanz Llergo/ aficionado

Se usa este dicho popular como parangón de algo que por un lado nos  beneficia y otro nos perjudica.
Este es el efecto que puede producir las indiscriminadas retransmisiones de festejos taurinos. Es decir, por una parte es totalmente positivo la divulgación de nuestra Fiesta Nacional, a la vez que su ilustración que realizan sobre ella los comentarios que realizan los profesionales sobre el desarrollo de la lidia.
El lado negativo puede estar en la masividad con que se produzcan, pues sabido es que, lo que se prodiga con desmedido exceso puede redundar en monotonía, jactancia y desinterés. Además también repercute negativamente en la concurrencia a las taquillas, que al fin y al cabo son el tente en pie de la Fiesta. Es de  comprender, que cuando se anuncia un cartel que estamos saturados de ver en TV, es normal que no se  sienta ilusionado en acudir, tanto más, cuando ha de “rascarse” el bolsillo.  
Naturalmente hay que sacar de este contexto a las ferias de Madrid,  Sevilla y Pamplona, que no han de ser el paradigma, ya que están apoyadas en movimiento social y turístico, sin embargo, en temporada normal no suelen cubrir su aforo, como el resto de plazas.
Soy yo el primero en agradecer la instauración en el Canal Plus, del programa de toros, pero claro, a mi será difícil hartarme de ver toros.
 Pero hay que meterse en la piel de los demás y comprender que tal saturación pude ser nociva y producir el  efecto no deseado. Claro que, alguien va a pensar que existe el canal futbol y los estadios se llenan.  Ya hemos analizado anteriormente este fenómeno, llegando a la conclusión de que el éxito de este espectáculo está propiciado por ser competitivo donde se produce un vencedor y un vencido,   determinado numéricamente por los goles conseguidos. Esto es lo que enardece a las masas, que sufren o disfrutan según resultado de su equipo preferido.
Por lo contrario esto no existe  en el toreo, donde vamos a contemplar  una actuación entre una animal y un hombre, que mediante la emoción que produce el eminente peligro,
 se crea una manifestación artística plena de pureza, elegancia y tecnicismo que demuestra la supremacía de la inteligencia humana sobre la fiereza y fuerza de ese bello animal que es el toro. Para los que sentimos la Fiesta nos basta con contemplar dicha maravilla, sin que nuestras pretensiones vayan más allá de concursos, si no, valorar la profesionalidad y pundonor  de los actuantes.
Me reafirmo en el lado positivo de las retrasmisiones taurinas, pero si quiero fomentar acudir a la plaza a ver este gran espectáculo, ya que, no tiene nada que ver el ambiente que se vive, el olor a albero recién regado, el mormullo de comentarios, y porque no, la música con interpretaciones tan españolas como es el pasodoble. Todo ello constituye un gozo indescriptible que debe ser probado.
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Este escrito (algo más extenso) fue publicado en la revista Córdoba Taurina en 2006, editada por la Federación Provincial Taurina de Córdoba.
Al día de hoy (14 de abril 2020) hay que darle a este discurso un giro de 360 grados.
Por las circunstancias que en la actualidad acontece, me lleva a pensar que, la continuidad más inmediata de la Fiesta de los Toros, está precisamente en retrasmisiones taurinas. Las noticias que nos llegan del control de la pandemia no son, ni mucho menos optimistas. Por lo tanto se ve bien lejana la normalidad y aun llegada esta, se presiente ciertas dificultades en poner en práctica los festejos, ya que las aglomeraciones de personas en un tendido no es aconsejable. Con estos argumentos y ante cierta incertidumbre en que las ferias aplazadas puedan realizarse, que sería nuestro deseo, es por lo que, pienso que la continuidad de Fiesta estaría momentáneamente en las mencionadas retrasmisiones, rellenando así el vacío que para nada es aconsejable.
Para la consecución de esto, es preciso el consenso de todas les partes implicadas en los festejos taurinos, canales de TV, toreros (matadores y subalternos), ganaderos, empresario, apoderados etc… Y muy importante la flexibilidad de la administración. Todos salvando las razones económicas, pero con un denominador común que es salvar nuestra Fiesta Nacional. Todo sea por ella.
   






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