Ladislao
Rodríguez Galán fotos: Ladis
"En
la plaza de toros de Córdoba he sido quien más veces ha hecho el paseíllo.
Cuando voy detrás de los caballos y suena el pasodoble "Manolete" se
me pone el vello de punta".
Quien habla así es Rafael Pérez Lamarca un cordobés de pura cepa nacido en el barrio
del Campo de la Verdad que en su juventud quiso ser torero y llegó a torear
incluso de luces en "Los Califas".
Se dio cuenta a tiempo de que no terminaría nunca de luchar por abrirse
camino en esta difícil profesión y lo dejó.
Pero, como suele ocurrir a quien ama a la
Fiesta, nunca se desvinculó de ella. Y al día de hoy es el hombre que mas
paseíllos ha realizado en nuestra plaza de toros, ya que lleva cincuenta años
como mozo de caballos, popularmente llamado monosabio.
Rafael es de esas personas que te agrada
hablar con ellas por la cantidad de historias que cuentan y porque es de esos
cordobeses que meditan la frase antes de decirla. Es, como solemos decir por
aquí, un cordobés cabal.
Y con este hombre apasionado de la Fiesta
de los Toros vamos a tomarnos una copita y charlar un rato...
- Como
es que quiso ser torero ¿Hay antecedentes en su familia?.
- Que va, todo comenzó cuando yo era un
niño. Un tío mío, muy aficionado, me
llevó una tarde a una novillada a la antigua plaza de " Los Tejares".
Todo ese ambiente y colorido me dejó fascinado. Desde entonces no pensaba nada
más que en volver a los toros y toreaba en casa con las toallas.
- Y
volvió otra vez a ir a los toros?.
- Si claro, este tío mío me llevaba de vez
en cuando. En Córdoba se daban muchas novilladas sin caballos para los chavales
a precios muy asequibles . Y claro la afición iba creciendo en mi de una manera
muy intensa. Y cuando tenía 16 años entrenaba con otros aficionados como
"El Mesías" y "El Coli" en un descampado que había en esta
zona de la ciudad.
- ¿ Cuando
se puso delante por primera vez?.
- Al matadero municipal llegaban de vez en
cuando vacas bravas viejas para su
sacrificio y en cuando que nos enterábamos esa noche saltábamos la tapia y les
dábamos algunos pases a la luz de la luna. Pero nos quedábamos con muchas ganas
de torear por derecho...
- Y
por primera vez en público?.
- Como ya tenía contactos con otros
torerillos y andaba merodeando por los mentideros taurinos, conseguí actuar en
la Becerrada Homenaje a la Mujer Cordobesa.
Fue gracias al alcalde Antonio Alarcón que
era muy amigo de este tío mío aficionado. Por esta amistad me incluyó en este
festejo, que entonces la organizaba el Ayuntamiento. En esta becerrada toreé hasta en cuatro ediciones.
- Y
después qué?.
- Pues poco después conseguí torear de
luces en la parte seria del espectáculo cómico del Bombero Torero. Y poco más,
la falta de apoyo económico y de padrino me hizo desistir en contra de mi
voluntad. Pero había que ser consecuente.
- ¿Y
por qué se hizo Monosabio?.
- Yo no quería desligarme del mundo del
toro. Torero no podía ser y de la única manera que podía pisar el albero era
como mozo de caballos o monosabio, así que no lo dudé.
- ¿Cuantos
años hace de eso?
- Pues calcule, hablo de la temporada 1969.
Son cincuenta años en "Los Califas" y en otros muchos ruedos pues he
trabajado con distintas cuadras de caballos
que me ha permitido estar en las plazas de Málaga, Salamanca, Oviedo,
Burgos, Oviedo, etc... y en numerosas plazas de pueblos y portátiles.
- ¿En
tantos años ha tenido algún percance?.
- Afortunadamente no. Si hemos vivido
situaciones desagradables. En Olot, por ejemplo, los antitaurinos nos tiraron
piedras mientras vestíamos los caballos
en los alrededores de la plaza.
Nuestra misión es proteger al caballo detrás y cuando el toro se viene
cruzado es peligroso. El susto más
grande fue en Belmez el toro se me venía encima pero me echó mano
"Joselito" y me metió en el burladero. Con el toro hay que andar con
mucho cuidado nunca se sabe su reacción.
- Vd.
ha acompañado a muchísimos picadores ¿recuerda el mejor puyazo que haya visto?.
- En tantos años he presenciado bastantes
y muy buenos, pero recuerdo muy
especialmente el de Carrasco en Córdoba, un picador que trabajaba a las órdenes
de Emilio Muñoz.
- ¿Y
percances de picadores ha sido testigo de alguno?.
- Caídas aparatosas muchísimas, pero todas
sin consecuencias. Es rara la tarde que no se produce el volteo de un picador.
En Bolaños de Calatrava un toro sacó de un burladero a un banderillero y le
infirió una cornada muy grave.
-
¿Podría calcular en cuantos festejos ha intervenido en tantos años?
- No lo sé, no llevo la cuenta, pero en
tantos años deben de ser varios centenares.
-
¿Seguirá Vd. en la tarea?.
- Este año, si hay toros en la feria de
Mayo, porque esto está durillo con el tema del virus, cumpliré cincuenta y un
años cruzando el albero haciendo el paseíllo. Creo que tardará mucho en
aparecer otro que supere esta cantidad de años haciendo el paseíllo en la misma
plaza.
- Una
última pregunta ¿Para monosabios o mozos de caballos hay cantera?.
- Mientras exista la necesaria e
imprescindible figura del picador, no faltara la colorida figura del monosabio
a su vera. Picador y monosabio van indisolublemente unidos y siempre habrá alguien dispuesto a ocupar
esta plaza histórica en la Fiesta de los Toros.
GALERÍA DE IMÁGENES PARA EL RECUERDO
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