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miércoles, 12 de febrero de 2020


ELENA ROJANO SORIANO RECOGE EL TÍTULO DE "SEÑORA DE LAS TABERNAS 2020"

Ladislao Rodríguez Galán                                                   fotos: Ladis
 En la bodega de Antonio Figueras, sede del Aula del Vino, se ha celebrado el ceremonial de entrega del Título Honorífico de "Señora de las Tabernas 2020" que en esta edición ha recaído, por unanimidad del jurado, en Elena Rojano Soriano, alma y artífice del buen yantar en Taberna Bravo de Puerta de Almodóvar.
Como es tradicional la Bodega se llenó de un ambiente extraordinario compuesto por miembros del Aula del Vino y de amigos y clientes de la homenajeada.
El acto comenzó con el saludo de Manuel López Alejandre, Presidente del Aula del Vino que tuvo palabras muy cariñosas hacia Elena de la que dijo que su cocina es una maravilla y un ejemplo de cómo siendo joven se puede ser una artista de los fogones... Por eso nos congratulamos de que el Jurado, por unanimidad , haya considerado a Elena candidata y digna merecedora de este galardón que hace el número 21".

Acto seguido la Secretaria de la Entidad, Marisol Salcedo Morilla, leyó el acta de nombramiento y glosó la personalidad de la joven cocinera, desvelando que el jurado se presentó en la taberna Casa Bravo sin identificarse y consumieron una serie de platos especialidad de la casa y quedaron muy complacidos. Tanto-dijo- que en la reunión convocada para dilucidar la ganadora no hubo duda de que Elena era la candidata ideal para ostentar el título de "Señora de las Tabernas 2020".
Inmediatamente se le entregó el Título, por parte del presidente  del Aula entre el aplauso de los asistentes.

Por su parte la nueva Señora de las Tabernas, se mostró muy honrada con este nombramiento y achacó los éxitos de su cocina a lo aprendido de su madre y su abuela, de las que dijo que ahora son ellas las que le consultan recetas y detalles de la cocina.

Intervinieron también la Diputada Provincial Inmaculada Siles y la Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Córdoba Isabel Albás que terminó su alocución pidiendo una defensa de las tabernas, de sus platos y guisos, porque forman parte de la historia de Córdoba".

 
En la copa de vino posterior, no faltó la figura del venenciador que sirvió con habilidad el rico caldo de Montilla  a todo aquel que le puso en sus manos un catavinos.-
 LA CÁMARA ESTABA ALLÍ






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