viernes, 20 de diciembre de 2019


NOTA DE PRENSA DE AFOCO

  HOMENAJES A LOS FOTÓGRAFOS ANTONIO ARENAS Y LADISLAO RODRÍGUEZ "LADIS"

 NOTA DE PRENSA DE AFOCO
 AFOCO celebró su tradicional Cena de Navidad a la que asistió el Alcalde de Córdoba, José Mª Bellido Roche acompañado de su esposa, y en la que además de entregar los premios de Fotografía y Cine a Fidel Comas y José Luis Caballero, respectivamente, se rindió homenaje a los fotógrafos Antonio Arenas Babiano y a Ladislao Rodríguez Galán "Ladis" a quienes la asociación nombró Socios de Honor. El Alcalde les entregó el título y la insignia de oro de AFOCO en un emotivo acto en el que los homenajeados estuvieron acompañados por familiares y amigos, agradeciendo la distinción con emotivas palabras.
De esta manera la asociación cierra la temporada habiendo desarrollado un amplio programa de exposiciones de autores nacionales y proyecciones de cortometrajes de realizadores cordobeses.


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GALERÍA DE FOTOS DE LA GALA















 
 




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REFLEXIÓN ANTE UN PREMIO DE UNA INMENSA CATEGORÍA

escribe: Ladislao Rodríguez Galán - Socio de Honor de Afoco

Comienzo dando mis más emotivas gracias a todos cuantos nos acompañaron a Antonio Arenas y a mí en la cena de entrega del título de Socio de Honor de AFOCO.
En primer lugar al  señor alcalde José María Bellido y a su distinguida esposa Verónica que nos honraron con su presencia,  socios de AFOCO, amigos y familia, señoras y señores. 
Todos compartimos una reunión fotográfica de muy altísimo nivel, donde se  distinguió también a otras personas merecedoras de diferentes premios. A todos mi más sincera felicitación.
Quiero que sepan que esa noche fui el hombre más feliz del mundo, por la distinción de que he sido objeto por una Asociación tan prestigiosa como AFOCO.
Porque si Asociaciones fotográficas hay muchísimas, como la cordobesa  muy pocas.
AFOCO, cuyo nacimiento está fechado en 1981, cuenta con un historial tremendo, fíjense, el año 2020 convocan la XXIII edición nacional del Premio Mezquita. 
Un premio por el que pugnan los más selectos y mejores artistas de la cámara fotográfica de nuestro País. Y eso significa mucho a la hora de valorar la categoría de un galardón.
Enhorabuena  a los responsables de AFOCO por seguir en la lucha anual de mantenerlo, aunque no podemos olvidar la parte de reconocimiento al Ayuntamiento que lo apoya y subvenciona, sabedor que este premio es un embajador de Córdoba de muchos quilates.
Bien, una vez esta breve reflexión, quiero que sepan la satisfacción personal que me supuso la llamada telefónica del presidente de AFOCO Pepe Gálvez para comunicarme que me habían nombrado Socio de Honor.
Me sentí honradísimo que una Asociación de tanta categoría se acordara de un sencillo reportero gráfico, que todo lo que ha hecho en la vida ha sido tratar de llevarse bien con todo el mundo y tratar de contar, con la cámara, lo que sucedía día a día.
Mi querido compañero y amigo personal Antonio Jesús González, que nos acompañaba esa noche, sabe muy bien lo que es ser fotógrafo de prensa.
Y eso que ellos han encontrado una época dorada con las tarjetitas, internet y mil inventos más puestos al servicio de la información.
Aunque, bien es verdad, que también vivieron la etapa de la fotografía química.
Y es que la fotografía, como todo invento, tuvo su ABC.


Les recuerdo que el invento de la fotografía en el siglo XIX causó un impacto impresionante en la sociedad de la época, pues solo existía el retrato al óleo, el grabado, la litografía y el dibujo a  plumilla o a lápiz.
 Por tanto la imagen real de los grandes personajes eran totalmente desconocidas por el gran público porque no había imágenes exactas y fidedignas. Un cuadro, un grabado o un dibujo podía ser más o menos perfecto, todo dependía de la calidad del autor del mismo.

Por ejemplo del Gran Capitán no existe ni un cuadro, ni grabado, ni dibujo ni nada. Por eso Mateo Inurria le puso la cabeza de "Lagartijo" ( que fue Gran Capitán de los toreros) a la estatua del militar que hoy está en la plaza de las Tendillas.

Toda la sociedad del siglo XIX  se aprovecha de la irrupción de la fotografía; artistas, políticos, escritores...Y como es natural los toreros (auténticos héroes del pueblo) a los que se les conocía por el nombre, pero no por su imagen.
Todos ellos  no tardan en ver en la fotografía una enorme oportunidad de darse a conocer   a las masas y a sus seguidores.
Pasan de ser artistas sin rostro real a verse en ilustraciones y revistas, 

así que aprovechan la proliferación de los estudios de artistas venidos de fuera, como el francés Jean Laurent, uno de los más importantes fotógrafos que trabajaron en España en el siglo XIX,   que se instala en Madrid en 1843, con 28 años, comenzando como jaspeador y como fabricante de lujosas cajas y encuadernaciones.
En 1855 comenzó a interesarse por la fotografía  tomando vistas panorámicas de ciudades, paisajes, monumentos, obras públicas, ferrocarriles...


Laurent recorría las localidades con su carromato que usaba como laboratorio improvisado.
Llegó a alcanzar tanta fama que fue fotógrafo oficial de la reina Isabel II, entre 1861 y 1868.
Durante los treinta años que ejerció como profesional dejó un legado de 12.000 placas,  sobre todo un enorme e histórico archivo de su gran pasión: la Fiesta de los toros.
Igualmente otros fotógrafos se instalan en otras ciudades como Sevilla, Barcelona, Granada, etc... y  toreros, artistas y aristócratas acuden a estos platós para realizar tarjetas de visita.
En el caso de los toreros, se vestían totalmente y posaban solos o con la cuadrilla en sesiones interminables.
Por ser todavía una técnica muy precaria, era imposible conseguir una fotografía con la mínima calidad fuera del estudio porque se necesitaban largas exposiciones para plasmar la imagen.
Y aunque las cámaras disponían de  obturador  este carecía del  mecanismo necesario para cerrase y abrirse en décimas de segundo.
Por tal motivo, al principio,  había que tomar las fotografías cuando la acción estaba detenida y para ello los fotógrafos se valían de un soporte en el que se apoyaba la persona para que el titileo del cuerpo no vibrara y una vez realizada la foto lo  eliminaban con el retoque.
Esta  foto que les muestro es otro ejemplo de aquella época. Está tomada en la plaza de toros de Málaga el 16 de julio de 1885. Los toreros van a iniciar el paseíllo y el fotógrafo les va a hacer una foto. Para ello marca con una raya el ruedo y les avisa de que cuando lleguen a ella se detengan y no se muevan.
Eso hacen y el artista desde el tendido de enfrente, les toma la placa. Y a una señal rompen filas y continúan andando.
Pero de entonces acá todo ha cambiado mucho, y lo sigue haciendo día a día.
Por ejemplo la diferencia entre el fotoperiodista de hoy y la etapa que me tocó vivir, consiste, principalmente, en la manera de tratar la información, la forma de trabajar, la calidad de las cámaras y la comodidad en la difusión.
Hasta que llegó el telefoto, yo tenía que ir a la estación con un sobre conteniendo las fotos del futbol, toros, visita de un Ministro, actos sociales, etc. y esperar que viniera el primer tren para Madrid, que casi siempre venía con retraso, y se lo entregaba al jefe de tren o al maquinista.
 Una vez en la estación de Atocha en Madrid lo recogía un empleado de la agencia y le pagaba la cantidad que fuera al portador.
Esa costumbre se eliminó cuando ETA comenzó a mandar cartas bomba.
Por la seguridad se prohibió a los jefes de tren y maquinistas transportar cualquier tipo de paquete o sobre.
Hoy los satélites de comunicación permiten la interconexión de la imagen con los receptores de TV y redacciones de las grandes Agencias de noticias de todos los países y nos ofrecen al instante lo que sucede en la otra parte del mundo. 
Además hoy con los móviles todos somos fotógrafos y hay pocos temas que se escapen a ser inmortalizados. Pero a pesar de tantos avances, la fotografía de prensa sigue siendo fundamental en la información escrita.
Para que una foto nos guste ha de estar bien hecha, bien enfocada, bien encuadrada, con buen color, etc. en resumen, tiene que tener calidad.
Sin embargo en la fotografía de prensa, prima más la oportunidad que la calidad. Porque no hay posibilidad de repetición.

Ahora bien, en una cosa seguimos coincidiendo los fotógrafos de antes y los de ahora: tenemos que estar allí.
 Si la cámara no está no hay documento gráfico que muestre la noticia o la foto curiosa..

Sin embargo si el periodista no está, lo resuelve después por teléfono y lo cuenta como si hubiera estado presente.
Pero si hay un accidente u otra cosa imprevista a las tantas de la madrugada el que tiene que coger el equipo y salir pitando es el fotógrafo.
Pero a pesar de todas las incomodidades e inconvenientes de nuestro trabajo como las bullas, los conflictos, las negativas de las fuerzas del orden, etc...yo me he sentido siempre muy reconfortado con mi trabajo.


Mi padre Ladis, que fue mi maestro, guía y consejero, comenzó a aficionarse al mundo de la fotografía cuando adquiere esta cámara Baby Brownie , americana que se fabricó en 1934 y se comercializó hasta 1941. Luego, en 1946, se dedicó de lleno a la fotografía en general y a la prensa a partir de 1948.


Y a mí, en 1957, cuando yo tenía diez años, me dio esta Kodak Retinette que yo  llevaba a todas partes. Una costumbre que sigo manteniendo.
Porque yo puedo salir a la calle sin llaves, sin gafas, y hasta sin pantalones, pero sin una cámara en el bolsillo nunca jamás.



Esa bendita costumbre me ha permitido tomar fotos irrepetibles, porque en el mundo de la prensa la foto surge y no hay otra posibilidad de conseguirla porque no se repite, o la haces en ese momento o la pierdes para siempre.
Mi envenenamiento con la fotografía de prensa data de 1960 cuando veo publicada mi primera fotografía. Eso me espoleó hasta tal punto que hoy, cuando el año próximo cumpliré 60 años de aquella fecha, sigo con la misma ilusión que entonces, porque tuve la suerte de trabajar en lo que me gusta y con el mejor maestro posible. Y eso ya es un tanto a favor.
Ustedes, componentes de AFOCO, son artistas que cultivan la fotografía desde un ángulo maravilloso pues muestran la belleza de las cosas desde mil perspectivas diferentes, a cual más hermosa, pero los fotógrafos de prensa tenemos que intentar captar la noticia y reflejarla en un espacio reducido. Y muchas veces sin ángulo posible.
 Y además, todos los días y sin un programa preconcebido. La mayoría de los días no sabemos que nos deparan las horas.

Mi primer gran reportaje fue el 23 de abril de 1964 cuando cayó al río Guadalquivir un autobús de línea urbana que iba al campo de futbol. Yo tenía 17 años.
Murieron 11 de las trece personas que llevaba.
Y mi último gran reportaje fue en octubre de 2014,  cuando yo tenía 67 años.
En el vial ardió  un autobús, también de línea urbana.
No hubo que lamentar víctimas porque el conductor y los viajeros tuvieron tiempo de desalojar el vehículo.
Es curioso que mi primer reportaje y el último, hasta ahora, cincuenta años después, tuvieran como protagonistas a dos autobuses de Aucorsa.
Me ha gustado siempre la foto humorística, la foto  curiosa, la foto callejera y el fotomontaje ambas las he cultivado con placer. Me he divertido haciéndolas.
Aunque también he tenido que hacer accidentes.
Y sobre todo me siento cómodo tomando foto taurina.

FOTO HUMORÍSTICA



- En 1985 la Asociación Nacional de Informadores Gráficos de Prensa me concedió el primer premio "Mario Moreno Cantinflas" por esta foto de un orador subido en una caja de cervezas porque no llegaba al micro.
- Estas cabras bien aparcadas a la sombra.

- Este niño orinando sobre el árbol.


- O este grupo de ancianos sentados a las puertas del Polideportivo del Sector Sur.

FOTO CURIOSA


- La perra que amamanta a una becerrita cuya madre la repudió al nacer.

- O el 600 con su antirrobo particular.


- O el mono tomándose un rico helado.



- O el obispo de Córdoba en los corrales de la plaza de toros de Los califas cuando la visitó tras bendecir la capilla.

- O esta palmera que cayó sobre un coche aparcado en el paseo de la Victoria. Sucedió de noche y no hubo que lamentar desgracias personales.
- O El Cordobés entrando en hombros en la iglesia el día de su boda.

FOTO CALLEJERA



- El nazareno que va a la iglesia en bicicleta.


- O estas chicas sentadas en un banco público, entrándoles el fresquito por detrás.


- O el Cristo de los Faroles sin faroles porque unos desalmados se los robaron por la noche.

- Esta grúa de una obra de Gran Vía Parque cayó sobre un coche aparcado. No hubo que lamentar ningún daño físico. Pero al dueño  le haría maldita la gracia.

- Cuando el partido de Adolfo Suárez cayó en picado. Debajo de su sede un comercio de Córdoba que ocupaba los bajos del edificio colgó este cartel que casualmente voceaba el futuro inmediato del partido. La imagen no deja de tener su maldad y duro significado.

- Dos sacerdotes, de los de antes, paseando por la ribera.

FOTO TAURINA


-  Niño bajito subido a una silla para no perder detalle.


- Toro saltando sobre torero.

- Cuando salta el toro al callejón hay que salir pitando..

- El toro quiere salir por donde no debe y se atasca.

- El toro quiere besar al torero.

- Contraluz de un picador derribado tratando de mantener el equilibrio.

ACCIDENTES

  Y en cuanto a accidentes en tantos años de profesión he tenido que fotografiar muchísimos.
- Pero no siempre los accidentes han de ser trágicos, muchas veces ocasionan momentos jocosos como este coche que tras derrapar en una curva quedó colgado de un árbol.

- O esta grúa que fue llamada para sacar del agua a un coche que quedó atrapado y  ella también  quedó atrapada.
- O este camión que se empotró en un bar del Carpio. No pasó nada pero el dueño del establecimiento y  a los clientes que había en la barra  se les atragantaría el medio de vino y todavía recordarán el susto.


- Y bastantes veces la casualidad salva muchas vidas. La Iglesia de Santiago se derrumbó por la noche y eso evitó una tragedia tremenda.

FOTOMONTAJE

Otra faceta fotográfica que cultivo con gran placer es el fotomontaje. Durante muchos años publiqué en Diario Córdoba la foto inocentada del 28 de diciembre.
- Una vez me llevé en una grúa el caballo de las tendillas.



- Otra vez aprovechando que estaba en Córdoba el circo de Bárbara Rey, metí un elefante en la Mezquita provocando un estropicio. Lo justifiqué diciendo que se había escapado cuando lo llevaban al río a bañarse.

- Otra vez le puse una compañera al hombre río.
Como saben perfectamente el nivel de calidad del fotomontaje que se consigue hoy con el foto schop no tiene nada que ver con este.
Es lo que se podía hacer en el laboratorio.

Pero fíjense  lo del fotomontaje no es de ahora. De ahora es la calidad en hacerlo.
Les voy a mostrar un ejemplo de fotomontaje de 1946 teniendo a "Manolete" y su novia Lupe Sino como protagonistas.


En este año de 1946 "Manolete" decide no torear en España y se refugia con su amada en Sayatón, un  pueblo de Guadalajara, ya que ella era oriunda de este pequeño pueblo castellano.
El torero y Lupe Sino salían con frecuencia a pasear por el campo y bañarse en una laguna cercana. Un día, ella y su hermana, van montadas sobre un borriquillo y "Manolete", andando delante, va tirando del animal.  La chica va sentada desenfada, mostrando   sus piernas y un generoso escote y cubriéndose del sol con una sombrilla. Un fotógrafo les hace una serie de fotos.

Hasta ahí bien, pero la  feroz censura de la época considera que la exhibición de las piernas de la actriz y el escote es frívola y no es aceptable y la foto que se publica es esta que les muestro. 
Manipulada y vestida con un traje chaqueta. La imagen no tiene credibilidad ninguna porque ya me dirán Vds. que señora va al campo a pasear montada sobre una borriquilla vestida con traje chaqueta.
Esta absurda manipulación se debió más a un problema de censura que a hacer un fotomontaje divertido.
Lo torpes y mendrugos que eran los señores de la censura. !Hay Dios¡.

FOTOMONTAJES TAURINOS

Para una exposición que una entidad taurina quiere montar, he preparado una colección de fotomontajes taurinos.

- En el paseíllo se cuela este buhíllo.


- El torero citando a un elefante.

- Pase por alto a un tigre.

- El rejoneador con un escarabajo enorme.

- Doblándose con un rinoceronte.

- El recortador saltando un cocodrilo.

- Los alguacilillos entre los ñues.

- O este señor, al que apodan "El Fideo" indicando a una piara de toros el camino que deben seguir.

En fin, he pasado de puntillas por mi trabajo, eligiendo fotos divertidas dando de lado a las fotos duras, que también las tuve que hacer. Y demasiadas veces.
 Decirles, para terminar, que la profesión de fotoperiodista te estresa y te roba muchas horas con la familia.
Por eso quiero mandar públicamente un cariñoso saludo a mi esposa Ana y a mis hijos que sufren la cantidad de horas que les privo de estar juntos..
Y a todos los miembros de AFOCO que me han distinguido, por unanimidad, con este prestigioso galardón, mi más sentida gratitud y decirles que este nombramiento ha supuesto para mí como si hubiera recibido el Premio Nobel.
Lo digo de corazón, y mi corazón es sincero.
Muchas gracias.

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