CORRIDA DE
FERIA EN CABRA (6-9-2019)
UN DIEGO VENTURA ESPECTACULAR
MARCA LA DIFERENCIA
LOS DOS
REJONEADORES SALIERON A HOMBROS
Plaza: Cabra. Media
entrada en tarde con lluvia intermitente en los tres primeros toros.
Ganado: Toros de Soto de
la Fuente reglamentariamente despuntados y de buen juego en los primeros
compases de la lidia perdiendo fuelle en el último tercio. El sexto fue
aplaudido en el arrastre.
Rui Fernándes: metisaca y rejón
(petición de oreja insuficiente), rejón fallido y rejón trasero (oreja) y rejón
perpendicular (oreja).
Diego Ventura: rejón contundente (
dos orejas), pinchazo y rejón (silencio) y dos pinchazos y pie a tierra un
descabello ( dos orejas).
Incidencias: El festejo quedó en
un mano a mano a mano tras caerse del cartel Andrés Romero que presentó un
parte médico con rotura de clavícula. Los dos rejoneadores salieron a hombros.
Ladislao
Rodríguez Galán
Quizás no fuera un viernes laborable el día
idóneo para anunciar un festejo taurino. Sus motivos tendría la empresa para no
esperar al sábado o incluso el domingo. Sea por lo que fuere el caso es que a
esta adversidad laboral hay que sumar la caída del cartel de Andrés Romero por
causa más que justificada. La tarde, pues, quedó en un mano entre dos estilos
muy distintos de concebir el toreo a caballo.
Por actitud, alegría y aciertos se llevó la
palma Diego Ventura que sabe, con su toreo fresco y espectacular, conectar con
el público y volver las lanzas cañas. Su actuación de hoy, sin ser rotunda, si
ha sido acertada en todos sus aspectos. Se puede decir que hasta la salida del
sexto toro Ventura estaba toreando sin despeinarse. Pero en este toro, el de
más peso del encierro y al que supo extraerle lo poquito que llevaba dentro, ha
sacado a relucir todo su artillería y su labor ha sido apoteósica. Tanto en los
rejones de castigo, clavando al estribo y en banderillas con sus cites, con el
pecho del caballo, para clavar al quiebro, lograron las mayores ovaciones de la
tarde. Pero el número especial llegó cuando le quitó al caballo el cabezal y llevándolo
con la cintura clavó dos espectaculares pares de banderillas a dos manos que
pusieron la plaza a hervir. Continuaron unas cortas colocadas al violín en una
"perra gorda" y dos más ( que quizás sobraron) antes de precipitarse
con el rejón de muerte. Creemos que quizás pensó que el animal se le iba a
echar y por eso no calibró bien la distancia ni el terreno. Necesitó de dos
agresiones y echando pie a tierra acabó con el animal de un certero descabello.
La plaza se nubló de pañuelos blancos en un apoteosis sin final. El presidente
concedió dos orejas y el respetable, embriagado por el delirio que había
vivido, pidió insistentemente el rabo. Pero ya estaba dictada la sentencia.
En sus dos toros anteriores, del mismo
corte como toda la corrida, mientras pudo se lució con banderillas largas y
cortas y en los quiebros muy ajustados consintiéndole mucho al toro. En su
segundo colocó tres cortas a toro parado de gran vistosidad. Cosa que ya había
realizado en su primer enemigo en un carrusel interminable para colocar los
garapullos en un sitio inverosímil. En este toro además de torearlo de
costadillo, lo citó con el caballo rodilla en tierra. Fueron unos efectos muy
agradecidos por el público. Ventura clavó siempre al estribo.
Rui Fernández abría el cartel y la verdad
"pelearse con un león" como Ventura permite pocos miramientos. Es
buen caballista y su larga experiencia hace que consiga complicidad con los
tendidos a base de muchas miradas y brindis con los palos en los cites. Su
primer astado ya reflejó lo que sería el resto del encierro: toros de fuelle
suficiente en los primeros tercios y venidos abajo en el último. Toreó de
costadillo y tras algunos certeras colocaciones de banderillas al quiebro, sumó
algunos desaciertos que hicieron que el presidente no atendiera la petición,
que a la postre fue insuficiente. En su segundo consiguió una oreja a pesar de varias
pasadas en falso en los quiebros. Sumaron más los aciertos que las colocaciones
de garapullos a la grupa.
Y la segunda oreja la cortó al quinto toro tras una
labor que tampoco consiguió levantar vuelo con muchas vueltas alrededor del
toro para provocar su embestida. En este tuvo que cambiar al animal en pleno
proceso de colocar banderillas cortas, al hacer el babieca un renuncio. En
general su actuación no fue
decepcionante, muy al contrario capeó el vendaval Ventura como mejor pudo...y
otro gallo hubiera cantado de no tener frente a este figurón del toreo a
caballo que lo eclipsó todo.
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