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miércoles, 19 de junio de 2019

"EL CORDOBÉS" INAUGURA LA PLAZA DE TOROS DE MORÓN Y MARCA OTRA FECHA PARA LA HISTORIA DE SU IMPRESIONANTE TRAYECTORIA TAURINA



Ladislao Rodríguez Galán
En 2001, con 65 años, Manuel Benítez "El Cordobés" marca otra fecha para la historia. El día 10 de Marzo, encabezando el cartel, inaugura la plaza de toros de Morón de la Frontera, acompañado en el paseíllo por Enrique Ponce y Julián López "El Juli" con toros de Núñez del Cubillo y  un lleno de no hay billetes con cientos de personas en la calle sin poder entrar.


 La expectación en torno a "El Cordobés" fue impresionante. A Morón se acercaron, como enviados especiales,  infinidad de medios de comunicación que no querían perderse este acontecimiento.


 Y tal como se esperaba Manuel Benítez no defraudó a nadie. Estuvo impresionante toda la tarde. Con su personalísimo estilo sorprendió a un enardecido público que comprobó el buen estado de forma y que la casta y la raza que le acompañaron siempre seguían intactas en su afán de superación y no le habían abandonado. No se dejó ganar la pelea desde el primer momento y por su entrega y disposición se le rindieron los tendidos. 


Unos graderíos repletos de aficionados, cuya mitad de ellos, en los  años sesenta,  lo auparon a la gloria. El público nuevo del año 2000 había oído hablar de "El Cordobés", pero no lo había visto torear. Esa tarde se enteró bien y comprendió porque revolucionó el toreo y estuvo tantos años de número uno por encima de tantas figuras como había en el escalafón.


En Morón disfrutó tanto toreando que incluso dio el salto de la rana Una novedad para gran parte del respetable.


El ganado salió muy colaborador y propició el triunfo de los tres toreros que abandonaron la plaza a hombros acompañados del empresario y propietario del nuevo coso Manuel Morilla.
No me resisto a contarles una ocurrencia de Benítez esa tarde. Todos ustedes saben, porque lo han visto en algunas tardes de toros, que cuando un torero va dando la vuelta al ruedo y un espectador le echa  un gallo, se forma una buena de carreras por aquí y por allá porque nadie es capaz de coger al animal que se escabulle entre capotes y manotazos.


Pues cuando Manuel daba la vuelta al ruedo le echaron un gallo (que bien pudo ser el gallo de Morón) y en vez de intentar atraparlo con el capote o acorralándolo en un burladero, se tiró encima, como el que se tira a la piscina y lo atrapó. 


Los tendidos estallaban de risa. Son detalles y ocurrencias de este torero genial.



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