OBITUARIO
”JOSELITO TORRES” NOVILLERO, PROFESOR DE LA ESCUELA TAURINA Y MOZO DE ESPADAS, FALLECE A LOS 77 AÑOS
Ladislao Rodríguez Galán fotos:
Ladis
El pasado domingo día 30 de abril, a los 77
años de edad, falleció en nuestra ciudad José Torres Castro más conocido por "Joselito
Torres" novillero y posteriormente
mozo de espadas de "Chiquilín" durante toda la carrera del
torero de Santa Marina.
José era muy conocido en Córdoba porque su
simpatía y su sentido del humor no le hacían pasar desapercibido en cualquier
reunión y si a esa manera de ser unimos su disponibilidad para ayudar a todo el
que le hiciera falta hacen de él un personaje que vamos a echar de menos.
HISTORIA
Tras salir del colegio Salesiano de Córdoba
se matriculó en la Escuela de Comercio. Estuvo allí poco tiempo y enseguida se
colocó de conserje en un hotel. Tampoco duró mucho en el puesto pues sus
correrías por las ganaderías y los pueblos para torear colmaban a los jefes.
Aprovechaba cualquier momento para salir pitando con su hatillo al hombro en
busca de las parillas de las plazas a esperar su turno. Su afición le hervía en
las venas y solo pensaba con ser torero.
En estas lides contó siempre con la
incondicional ayuda de su padre, aficionado de pro, que fue quien le inculcó al
muchacho el amor por la fiesta de los toros. El caso es que comienza su
peregrinar por las diferentes ganaderías y plazas con una sola idea en mente: ser torero.
Era la época en que la Fiesta estaba sufriendo un revulsivo con la figura de un joven de Palma del Rio apodado “El Cordobés”, espejo donde se miraban todos los chicos que querían triunfar en esta dura profesión. Y, en esa ansia de ser alguien en esto del toro, el primero era “Joselito Torres” nombre guerrero con el que se dio a conocer en los carteles.
Debuta de luces en Cabra ( 4-9-1961) en una
novillada mano a mano con Manuel Cano “El Pireo”, dándose la curiosa
circunstancia que los dos novilleros y el sobresaliente, Alfonso Rodríguez,
vestían el mismo terno: azul celeste y oro.
Como eran las postrimerías de la temporada,
ya no vuelve a torear hasta la siguiente, pero ese invierno hizo mucho
campo y estaba muy bien preparado.
En la plaza de Los Tejares se presenta,
junto con Fernando Tortosa, en la parte seria del espectáculo Cómico Taurino
Musical El Bombero Torero.
Después vino Almodóvar, Belmez, Pozoblanco,
Fitero, Portugalete, todas las plazas catalanas y las de la Costa del Sol.
Fueron muchos los triunfos sonados que saboreó recordando con más agrado la
tarde de Almadén que cortó tres orejas y un rabo y lo contrataron para la
temporada siguiente.
Todo marchaba estupendamente hasta que la tarde del 25 de Julio de 1965 recibió una cornada gravísima en la plaza de toros de Cabra. Eso le dejó secuelas que le obligaron a renunciar a su brillante palmarés de éxitos.
Pero antes de venirse abajo, como lo suyo era
el toro, y al estar recién creada la Escuela Taurina de Córdoba lo reclaman
como profesor y en eso mataba el gusanillo.
Un día ingresa como alumno un chaval al que apodaban “Chiquilín” que apunta muy buenas maneras para ser torero. Entonces cambia el carnet de novillero por el de mozo de espadas y se echa de nuevo a las plazas, pero esta vez dentro del callejón.
Al servicio de Rafael González “Chiquilín” estuvo toda su carrera taurina visitando plazas de España, Méjico, Colombia y Venezuela.Cuando el torero da por terminada su etapa
profesional se reintegra a la Escuela Taurina y allí sigue dando consejos a los
chavales, actuando además como mozo de espadas en las clases prácticas y faenas
camperas.
Como dato histórico apuntar que es José,
con más de sesenta novilladas sin caballos lidiadas, el novillero cordobés que más ha toreado de
la historia en esta categoría.
Era Joselito Torres un hombre simpático y
ocurrente que supo ganarse el cariño de los alumnos y de cuantos le trataron
porque a su enorme calidad humana hay que sumar que era honrado, muy servicial
y amigo de sus amigos, y en el mundo del toro eso es imprescindible para que te
valoren y respeten.
La familia taurina cordobesa le despedirá
en un responso en el tanatorio de Las Quemadas el martes a las diez de la
mañana.
Su esposa Toñi y demás familia reciban
nuestro pésame más sentido. Descanse en paz este buen hombre, optimista, que
siempre presumió de ser cordobés.
José tenía memoria para recordar infinidad
de anécdotas con las que divertía a sus amigos en cualquier tertulia. Pero hay
una, que creo que es única en la historia del toreo, que no me resisto a publicarla,
narrada por el mismo en una de las varias entrevistas que le hice.
"En el año 1959, coincidiendo con la
festividad de San Juan Bosco, los Salesianos organizaron una serie de
actividades entre la que figuraba un festejo taurino en el colegio. Para tal
fin se habilita en el campo de futbol una placita de toros. Se traen dos vacas,
una pequeñita para los alumnos y otra con más envergadura para mí, como antiguo
alumno y por ser un chaval que prometía en esto del toro. Contaba yo entonces
con catorce años. Como desde siempre yo tenía problemas con la vista, para
paliar este problema, usaba unas lentillas que me daban muy buen resultado. El
caso es que me desenvolvía muy bien en el ruedo. Yo me puse un traje corto para la ocasión y aquello comenzó.
Me coloco ante el toril a “portagayola”
hincado de rodillas, capote desplegado a los pies, esperando al animal para
darle una larga cambiada. Se abre el portón de toriles que era una larga
tronera hasta el camión que traía a los animales, instalado en un patio
contiguo. Un rato allí y la vaca no salía. Pasaban los minutos y el público se
impacientaba. Para que el asunto no fuera a mayores un cura jovencito con
sotana negra salta y se mete en la tronera a ver qué pasa. De momento la vaca
se le arranca desde el fondo y el cura sale de estampida. Yo veo venir una cosa
negra envuelta en una polvareda, me creo que es la vaca y le di una larga
cambiada al cura que no se la quitan ni aunque llegue a Papa. El cura salió por
la derecha toreado y la vaca por la izquierda".
HOMENAJES
José recibió muchos homenajes y
reconocimientos a lo largo de su vida, pero solo voy a recoger en estas líneas
dos de ellos.
El día amaneció con lluvias torrenciales
pero a pesar de eso se dio el festejo ya que a la hora de comienzo clareó un poco (esta novillada ya se había aplazado el día 24 por
el mismo motivo). Hicieron el paseillo Juan de Dios de la Rosa,
"Machaco" y los hermanos mellizos Juan y José.
Al finalizar el paseíllo José recibió un
trofeo como recuerdo de esta fecha.
Por su parte la Tertulia Taurina "La Montera" le nombró aficionado ejemplar en una comida homenaje a la que asistieron cerca de un centenar de aficionados y los matadores de toros Manuel Rodríguez Requena, Fernando Tortosa, Rafael González "Chiquilín" y Cayetano de Julia, el novillero Juan Antonio García "El Califa" y representantes de diversas peñas taurinas.
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