BOCANEGRA,
NOVILLERO CORDOBÉS SIN CABALLOS, TRIUNFA EN SU ENCERRONA DE MONTORO.
OCHO OREJAS Y UN
RABO AVALAN SU ACTUACIÓN EN UNA TARDE LLUVIOSA
Plaza: Montoro. Un cuarto
de entrada.
Ganado: cuatro novillos de
Enrique Ponce de floja presentación, pero de buen juego en general. El tercero
fue aplaudido en el arrastre.
David Gavilán
"Bocanegra":
estocada, dos orejas: media estocada, dos orejas: estocada dos orejas y rabo y
pinchazo y estocada, dos orejas.
Incidencias: Comenzó a llover
al despeje de la plaza y se mantuvo así hasta el final del festejo. Bocanegra
salió de la plaza a hombros.
Ladislao
Rodríguez Galán
fotos: Ladis
La cantera cordobesa de toreros no cesa. Nunca han faltado en el panorama nacional de la tauromaquia una representación de nuestra tierra y una parte fundamental de ese logro es la Escuela Taurina de Córdoba (la más antigua de España). Estos chavales que surgen de ella con paso firme y superándose día a día, justifican la buena labor que se ejerce. David Gavilán Bocanegra es uno de esos toreros que se forjaron en ella (ahora inscrito en la de Jaén). Y como su trayectoria ascendente le va cuajando y despejando el horizonte, se propuso encerrarse con cuatro novillos como demostración latente de que estamos ante una promesa del toreo. Y acertó el chico, pues disfrutó toreando a placer a un lote que se dejó y que no le puso nunca en aprietos. Lástima la poca presencia del ganado, pues creemos que David está para empresas mayores. Las cuatro faenas, del mismo corte, entusiasmaron al respetable y llevaron calor a los tendidos en tarde desapacible. Fueron series por ambas manos de buen corte y con gusto, siempre arropado por el público con sus olés constantes. Al cuarto lo recibió a porta gayola y en la suerte de banderillas, haciendo collera con Rafael Fandila, primer sobresaliente, salió apuradillo. El otro sobresaliente fue Blas Márquez, ambos de la Escuela Taurina de Jaén.
En resumen entretenida tarde de toros aunque pasada por agua (pero
bendito sea el líquido elemento). Bocanegra salió a hombros por la Puerta Grande
entre el delirio de la concurrencia.
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