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CUMPLEAÑOS TAURINO

EL NOVILLERO MANUEL CASADO REÚNE A FAMILIARES Y AMIGOS EN LA FIESTA DE SU VEINTE CUMPLEAÑOS

Ladislao Rodríguez Galán                                  fotos: Ladis

Desde que era un niño estaba obsesionado con ser torero. Manuel Casado es nieto de Diego Casado "El Veloso, novillero puntero en los años setenta y empresario cuando se cortó la coleta. El caso es que amparado por esta afición familiar el chico se crió en un ambiente taurino de alto voltaje. Comenzó su difícil andadura, toreando en tentaderos en ganaderías de su zona de influencia (Lora del Río, que es donde nació y reside) para acabar perteneciendo a la Escuela Taurina de Granada (por cuestión de estudios). Ha participado en las novilladas  televisadas de las Escuelas Taurinas de Andalucía, alcanzando la semifinal y donde este año volverá a competir, y siempre ha dejado la impronta de un toreo de raza, apoyado en un valor a prueba de bomba. Es pinturero con el capote, en banderillas  certero y eficaz y con la muleta es dominador. Un combinado explosivo que prende enseguida en el tendido.

Pues bien este torero pundonoroso, ha cumplido veinte años y, como es natural, la mejor forma de celebrarlo es con una fiesta taurina. Su abuelo Diego se encargó de atar todos los cabos y, aunque el resultado no fue como se esperaba, por culpa del eral que le regaló el abuelo, la reunión constituyó un ejemplo de hermandad y camaradería en la que participaron familia, amigos del torero y los miembros de la Tertulia Taurina Burladero del Arte que siguen a Manuel allá donde torea.  También estuvieron al lado de Casado sus compañeros de fatigas Carlos Fernández, Rafael Fandila y Manuel Osuna. Y de Córdoba nos acercamos a Lora del Río Fernando Sacromonte, Ángel Larrea y quien escribe estas líneas.

El día  amaneció radiante y la reunión organizada una oportunidad para compartir una jornada con el torero y hablar de los proyectos de esta temporada 2022.

Luego en la plaza privada del abuelo, denominada "Las Banderas", el eral que aguardaba salió mansurrón, violento y con embestida incierta, que aunque al principio se dejó, a las primeras de cambio reculó a chiqueros impidiendo el éxito del chaval cuando todo pintaba bien. El toreo tiene estos riesgos.

Pero eso no mermó un ápice la alegría de la reunión que culminó bien entrada la noche.

Felicidades Manuel y ojalá esta temporada compitas en la final de las novilladas televisadas y si es posible, seas el triunfador. Nos alegraremos todos.

LA CÁMARA ESTABA ALLÍ