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miércoles, 3 de junio de 2020



"MACHAQUITO": LA EMOCIÓN

A caballo de dos siglos desarrolló su actividad taurina Rafael González Madrid "Machaquito". Este año se cumplen 140 años de su nacimiento, 120 de su alternativa y 65 de su fallecimiento.


Autor: Antonio Portillo Peinado, escritor e investigador taurino

Nació Rafael, el 2 de enero de 1880, en la calle Adarve de Córdoba, situada a espaldas de la muralla que cerraba el arrabal de La Axerquía, de ahí su nombre. Se encontraba junto al viejo matadero, donde empezó a trabajar de niño, dado que era huérfano de padre, y tenía que ayudar a su hermano José, que era Zapatero y apodado por ello "Machaco", de ahí su apodo.
 El estar en el matadero, le llevó sin duda a dar los primeros quiebros y lances a las reses bravas en el patio grande.
Allí lo vió, por primera vez, nada menos que "Guerrita". Un día el maestro,  estando en su apogeo, se entrenaba en el patio toreando con el capote una vaca. Al terminar, dirigiéndose a la chavalería que lo estaban admirando, les gritó: <¡¡ A ver si hay aquí un torero!!>. De entre el grupo salió uno moreno de piel y con ojos vivos, armado con una blusa, toreó y sorteó con mucho valor a la vaca. Al verlo "Guerrita" exclamó: <Tu valeee pa er asunto>. Èste era "Machaquito".
Más adelante, tras los comentarios elogiosos de varios aficionados cordobeses volvió a verlo, y en esta ocasión sentenció que <era mu chico, y que pa matáa bien jase farta verle el morrillo a loo toroo>. Sin duda fue una de las profecías fallidas del ll Califa, pues nuestro torero demostraría una eficacia con la espada inigualable en la historia de la tauromaquia.
 El primer novillo que mató ante público fue en Palma del Rio en septiembre de 1895, cuando a petición del respetable, Antonio Haro "El Malagueño", a cuyas órdenes iba en su cuadrilla, le cedió la muerte del último de la tarde. 
 Desde muy jóvenes unen su afición y su amistad los dos Rafaeles, el nuestro y el hijo del gran peón Juan Molina, hermano de Lagartijo, Rafael Molina Martínez "Lagartijo Chico". La primera vez que actúan juntos vestidos de luces fue por iniciativa de D. José González Laguía, un buen aficionado cordobés, que consigue organizar una novillada en Granada con los dos incipientes toreros cordobeses el 23 de mayo de 1897, despachando utreros de la ganadería, también cordobesa, de D. Rafael Rodríguez.




Tras actuar juntos de nuevo en Valencia el 29 de junio, "Machaquito" se incorporó a la "Cuadrilla de "Niños Sevillanos", que capitaneaban "Revertito", hijo del valeroso "Reverte" y Rafael "Gallo", hijo de Fernando Gómez "Gallo", matador de toros con el que fue de subalterno "Guerrita" antes de doctorarse.
 "Caniqui", excelente banderillero cordobés, primo de "Pepete", que fue en su cuadrilla hasta que el Miura "Jocinero" lo mató de una cornada en Madrid, en el año 1898, al ver el valor de "Machaquito" y las buenas maneras de "Lagartijo Chico", creó con ellos a la cabeza, la "Cuadrilla de Niños Cordobeses".
Colocó de director al que fue buen torero, también cordobés, Rafael Sánchez "Bebé", hijo de un  primo hermano de "Lagartijo", que le cortaron una pierna por una gravísima cogida en Cartagena 10 años antes. Este año rivalizaron las dos cuadrillas de jóvenes toreros, la cordobesa y la sevillana. Se presenta la cordobesa en Córdoba el 10 de abril y en Madrid el 8 de septiembre, con gran éxito, al igual que en la mayoría de las plazas donde actuaron.


 A lo largo de 1899 y 1900 se suceden las actuaciones, que cuentan por triunfos. El 16 de septiembre de este último año toman simultáneamente la alternativa en Madrid. "Lagartijo Chico" de manos de Mazantini y "Machaquito" de manos de Emilio Torres "Bombita". "Lagartijo Chico" lo hace con "Jardinero" y nuestro torero con "Costillares", ambos como el resto de astados, de Veragua. Los dos novilleros llegaron a la alternativa nada menos que con aproximadamente 110 novilladas toreadas, que pudieron ser más en el caso de "Machaquito" de no haber sufrido los percances de Bilbao y Málaga.


De la corrida el famoso crítico "Don Modesto" resaltó la valiente actuación y sobre todo la extraordinaria estocada de "Machaquito" a su segundo toro "Zaíno". Unos días más tarde, el 5 de octubre recibe su primera cornada como matador de toros en Zafra.


En 1901 torea 60 corridas, sólo una menos que Antonio Fuentes, que encabezó el escalafón. El año siguiente, 1902, se produce un hecho notable el 29 de agosto en el pueblo cordobés Hinojosa del Duque. Esperaba "Machaquito" la salida del primero de los seis toros que se disponía a matar, cuando de forma casi simultánea salta el animal al ruedo al tiempo que lamentablemente se derrumbó una parte del tendido. Al quedar varias decenas de espectadores a merced del toro, nuestro torero inmediatamente se hizo con muleta y  estoque y le propinó un espadazo al toro, que, pese a que lógicamente estuviera entero, lo tumbó al instante, evitando con ello una importante desgracia. Por este heroico acto le fue concedida la Cruz de Beneficencia.
Torea este año 53 corridas

Al año siguiente 1903 supera a Antonio Fuentes que con 60 corridas encabezó el escalafón, ya que al terminar la temporada viaja a México donde se presenta en la plaza México DF, acompañado de su paisano "Bebé Chico", hijo de su director en la cuadrilla, el 15 de noviembre. Lo enfrentan a Antonio Montes, que tenía buen cartel en ese país, y tuvo que remontar un ambiente hostil. Su tenacidad, amor propio y valor le hicieron superar la prueba y toreó 14 corridas, que sumadas a las 54 de la temporada española (España, Francia y Portugal) dieron un total de 68.
 A partir de esa fecha y a lo largo de años sucesivos "Machaquito" actúa con éxito en numerosas corridas, en México y otros países iberoamericanos. Especialmente significativas son las cifras en número de corridas y éxitos obtenidos a lo largo de 1904. En la temporada española encabeza el escalafón con 80 corridas, que sumadas a la temporada americana 1904-05 casi alcanzó el centenar.


 Esta fue la temporada más importante para el bravo torero cordobés, que consolidó pareja taurina con Ricardo Torres "Bombita", hermano menor de Emilio, en detrimento de "Lagartijo Chico", que en los años anteriores desde la alternativa disfrutó de más atenciones, tanto de la crítica como de los aficionados. Su mucha mejor técnica, destreza y arte aparentemente lo justificaba, si bien su abulia, probablemente provocada por una temprana tuberculosis que lo llevó a la muerte seis años después, con tan solo treinta años, hizo que fuera bajando el interés hasta llegar a torear en esta temporada de 1904 sólo 38 corridas. Cifra que fue disminuyendo en los años siguientes. En otro momento escribiré un artículo sobre este interesante y subestimado torero. Esa temporada "Machaquito" mató 191 toros, de los que 109 los tumbó de una sola estocada, dato suficientemente significativo de su eficacia estoqueadora.
 En este año entabla amistad con D. Benito Pérez Galdós, con el que tuvo esta curiosa anécdota: No siendo Galdós aficionado, lo convencieron durante las fiestas taurinas de Santander para que fuera a ver a su amigo torear. El director del periódico El Cantábrico preparó la encerrona, pues cuando "Machaquito" fue a iniciar la faena le brindó el toro al autor de Los Episodios Nacionales. Éste no sabía qué hacer ni en ese momento, ni cuando tras una magnífica actuación del torero fue a recoger la montera. El periodista amigo llevaba preparado un obsequio ya que D. Benito no tenía ni idea de que tuviera que arrojarle algo. De hecho le preguntó: "¿Tan mal ha estado, como para arrojarle algo?. Le regaló una cajita de piel de Rusia, que llevaba escondida el periodista, que pudo ver cuando el torero abrió el paquete a requerimiento del respetable, como era costumbre en esa época, que coreaba: "que se vea...  que se vea..."

A lo largo de la temporada de 1905 siguen los triunfos, sobre todo por la eficacia en la suerte suprema. Torea 53 corridas, que pudieron ser muchas más de no haber sido herido en la mano por un toro en Murcia, que lo mantuvo inactivo un mes. Mató 126 toros con tan sólo 135 estocadas, posiblemente un récord, ni tan siquiera igualado, en la historia de la tauromaquia.
 La temporada de 1906 también fue importante para el torero por motivos profesionales y personales. En Santander el día 22 de julio mano a mano con "Bombita", se puso la tarde con un tiempo horrible. "Machaquito" le hizo una valentísima faena a uno de los "regalitos" de Miura que le tocó en suerte con un ruedo anegado por el agua de lluvia. Entrò a matar y colocó tres pinchazos en todo lo alto de los que salió trompicado y con la pechera hecha jirones y manchada con su propia sangre. Atacó de nuevo agarrando un estoconazo soberbio, que hizo rodar al duro animal sin puntilla. La plaza se volcó en aplausos y vítores al bravo torero cordobés hasta el extremo de arrojarle un sin fin de paraguas, desafiando la fuerte lluvia que caía.
En la segunda parte de esta temporada empezó a banderillear con más asiduidad, aunque no con demasiada destreza. Sin embargo, como a lo largo de toda su carrera, manejaba con soltura el capote, sobre todo en recortes y largas a una mano.



Termina esta temporada de 1906 toreando 65 tardes y encabezando el escalafón. Y puso el colofón a tan buen año casándose con la señorita Ángeles Clémentson el 3 de noviembre, matrimonio que felizmente duraría 49 años, hasta el fallecimiento del torero, y del que nacerían siete hijos. En primer lugar Angelita, después tuvieron un niño al que llamaron Rafael, que lamentablemente murió con tres años, a continuación vinieron al mundo Soledad, María, Rafael, María Luisa y Carlos. Terminó 1906 toreando 65 tardes y encabezando el escalafón.

En 1907, en concreto el 9 de mayo en Madrid, tras una gran faena al toro "Barbero" de Miura, lo estoqueó extraordinariamente bien, provocando el toro con el estoque hundido en el hoyo de las agujas y un girón de la pechera del torero en un pitón, una de las imágenes más emotivas de la historia de la tauromaquia. "Don Modesto" en su crítica en Sol y Sombra reclamó que dicha escena era merecedora de una escultura. Mariano Benlliure, que había presenciado la corrida, recreó de esa escena una de las más bellas esculturas sobre temática taurina de la historia, que tituló "La estocada de la tarde".


Pese a que en algunas estadísticas colocan a Bombita a la cabeza del escalafón en 1907 con 51 corridas, lo cierto al menos respecto a "Machaquito" es que toreó 60, que pudieron ser más porque el 17 de septiembre en Tomelloso sufrió una importante cogida que le obligó a dar por finalizada la temporada ese día.
 En la temporada de 1908 vuelve a tener otro importante triunfo en Madrid. Esta vez con "Baratero" un hermoso ejemplar de Veragua al que tras hacerle una gran faena, lo estoqueó como en él era costumbre, de una gran estocada.



Se empezaba a calentar el ambiente taurino en relación a la ganadería de Miura, y a lo largo de esta temporada de 1908 mucho mas, de forma que en su parte final se generó lo que se conoce como "El Pleito de los Miuras". En otro momento dedicaré un artículo específico a este asunto, por estar relacionado con un tema controvertido a lo largo de la historia, sobre todo desde Guerrita en adelante, que tuvo especial protagonismo con "Joselito el Gallo" y que ahora resulta ser un problema. Me refiero a las filias y fobias de los toreros por las ganaderías. En nuestro caso, lo cierto fue que por solidarizarse con otros compañeros, que al final se escondieron, quién más se perjudicó fue "Machaquito", que vio disminuir sus contratos al iniciar la siguiente temporada. Sin embargo en este 1908 pudo haber encabezado el escalafón en vez de su rival "Bombita" que toreó 63 corridas, dado que "Machaquito" que toreó 60, pudo haber llegado a 80, ya que perdió 20 corridas por los percances sufridos en Baeza y Bilbao.



Con ese mal ambiente afronta nuestro torero la temporada de 1909, que resultó ser la más haciaga de su historial taurino. Como digo, perdió bastantes contratos a resulta del Pleito de los Miuras, a lo que se sumó la grave cogida que sufrió en la plaza de Palma de Mallorca el 4 de julio por el toro "Gurripato" de Saltillo.
 La gravedad de la cornada se complicó con un tratamiento médico inadecuado para recuperar el riego sanguíneo en la pierna, que se temía hubiera que amputar. Una secuencia de hechos muy afortunados, hizo que se recuperara. Se decidió trasladar al torero a Barcelona para que lo tratara el Dr. Raventós, cosa que se hizo de milagro en el último barco que zarpò rumbo a la ciudad condal, antes de que se suspendieran las travesías con motivo de la Semana Trágica. Por estos motivos en 1909 baja el número de actuaciones a 29.
Desarrolló una importante actividad el año 1910, muchas fueron las actuaciones destacables, si bien la más significativa ocurrió en  la plaza de toros de Murcia (afortunadamente aún en pié) el día 7 de septiembre. Mano a mano con "Bombita", que se cae del cartel y lo sustituye Pepete lll, para matar una corrida de Parladé.  El primer astado llamado "Estudiante" en un quite cogió al valiente torero sevillano por la ingle con tan mala fortuna que le produjo la muerte desangrado en la enfermería. Pese a la impresión del percance el público no pensó en tan desgraciado final, en gran medida por la extraordinaria y profesional actuación de "Machaquito" en todos y cada uno de los seis toros que tuvo que torear, a todos y cada uno los desorejó, tras despacharlos con sólo siete estocadas . Terminada la corrida y al correrse la voz del fatal desenlace, el público rindió homenaje al cadáver de Pepete en la enfermería. A "Machaco" tuvieron que arrancarlo de allí desconsolado por la muerte de su compañero a las 2 de la madrugada, porque tenía que torear el día siguiente.¡Qué lección de profesionalidad y humanidad!



"Machaquito", a lo largo de su actividad taurina tuvo que rivalizar sucesivamente con una serie de toreros en una etapa de transición entre la hegemonía de "Guerrita" y la de "Joselito el Gallo". Primero fue con su compañero de inicios y paisano "Lagartijo Chico", casi coincidiendo con él Antonio Fuentes, ya en el declive de su carrera. Después y más claramente que ningún otro, "Bombita". A lo largo de este 1910, fundamentalmente la afición de Madrid colocó en ese lugar a Vicente Pastor, torero con una virtud compartida con el cordobés: la eficacia con el estoque. También era buen matador, pero sin el valor y la capacidad comunicativa de nuestro torero. El interés por tener una figura de la tierra que contraponerla a "Machaquito", dado que "Bombita" había bajado el listón, llevó al público madrileño a conceder la primera oreja en dicha plaza a Vicente Pastor el 2 de octubre de este 1910, mientras que "Machaquito" recuperaba cartel en toda España colocándose en la cabeza del escalafón con 62 corridas toreadas.




La recuperación de Rafael, tras el "Pleito de los Miuras", no sólo se refirió a aspectos cuantitativos, sino que también lo fue cualitativamente, al encontrarnos con un torero con mejor técnica y mayor repertorio, pues como he dicho llevaba tres temporadas banderilleando con una calidad en progresion. Todo ello sin menoscabo de su extraordinario valor y simpatía. Así aborda dos temporadas pletóricas, la comentada de 1910 y la de 1911, en las que encabezó el escalafón con 62 y 66 corridas respectivamente.
 En este año el día 17 de mayo en la plaza de toros de Madrid realiza, probablemente la mejor, y sobre todo más emocionante, faena de su vida. Volvió a encontrarse con Miura, esta vez con "Zapatero". La casta que tenía este cordobés de bien, le provocaba no quedarse atrás respecto a la oreja que Pastor había cortado unos meses antes, y eso junto a la bravura del toro y su valor lo llevó a un triunfo extraordinario cortando la oreja, segunda concedida en la plaza de Madrid.
 El crítico Don Pío resumió así sus impresiones sobre la faena: <Comenzó toreando de rodillas, para continuar con naturales, de pecho y altos "marca Machaco", muletazos en los que la ropa del valiente estaba más cerca de los cuernos del toro que de las carnes del torero>. 


Terminó esa temporada con el que pudo haber sido el más peligroso percance de cuántos tuvo al hacer un quite a un toro de Gamero Cívico, para congraciarse con parte del público, que le había expresado muestras de desagrado, según le había contado mi tío abuelo Rafael a mi padre, y mi padre a mí. Sufrió una aparatosa voltereta cayendo de mala manera al ruedo, que le provocó una fuerte distensión de ligamentos de las vértebras cervicales. Estuvo varios meses en recuperación escayolado el medio cuerpo superior con una prótesis de fijación del cuello. Una vez más, como tantas, un sector del público de Madrid influyó en el ánimo de figuras del toreo, tanto en negativas a torear, caso de "Guerrita", o en tragedias como indirectamente la de "Joselito", al día siguiente de una actitud hostil, e incidencias como ésta.


Las dos últimas temporadas de su trayectoria como matador de toros 1912 y 1913 mantiene el mismo nivel medio de las anteriores, superando cada una de ellas las 60 corridas, si bien con menos ímpetu consecuencia de haber tenido que rivalizar con tantos toreros como he descrito, y en esta última etapa con Vicente Pastor y los hermanos "Gallo". En la temporada de 1912 con Rafael que encabezó escalafón con 74 corridas y en 1913 ante un jovencísimo e imparable "Joselito" que ya ese primer año de matador de toros alcanzó las 80 actuaciones.
Sin duda el desgaste sufrido por nuestro torero tras una trayectoria de entrega y valentía sin límites, así como la apertura de una nueva y brillantísima etapa en el toreo que traía bajo el brazo "Joselito", que con tanta inteligencia supo ver nuestro torero, junto a lo que para Rafael González persona suponía una nutrida familia en formación, llevó a "Machaquito" a su retirada al final de la temporada de 1913. Tras haber toreado 63 corridas, doce de las cuales fueron en la plaza de Madrid. Allí fue a torear su última corrida el 16 de octubre para darle la alternativa a Juan Belmonte con toros de Gudalest y Rafael "El Gallo" completando terna.

Los 6 toros de Gudalest fueron rechazados por chicos y sustituidos por otros tantos de Bañuelos. La corrida, como ha ocurrido tantas veces en Madrid, fue un lamentable desfile de once toros de diversas ganaderías con varios de ellos fogueados por mansos, todo ello ante unas sonoras protestas e invasiones del ruedo, por parte del público. Del desastre, el mejor parado sin duda fue "Machaquito", que toreó su último toro  de nombre "Lunarejo" de Bañuelos, que fue uno de los condenados a banderillas de fuego. Si bien por cogida de Belmonte también tuvo que matar el último de la tarde, ya casi de noche.




A los cinco días, el 21 de ese mes de octubre en la habitación 184 del Hotel Palace de Madrid, solicitó unas tijeras y le pidió a su íntimo amigo Clemente Peláez que le cortase la coleta en presencia de su esposa y sus dos hijos mayores. Ahí acabó la vida profesional del gran torero cordobés.


Es difícil, por no decir imposible, encontrar una trayectoria taurina como la de "Machaquito". Representa, como pocos los valores de la honradez profesional, la tenacidad, el amor propio, la perseverancia y sobre todo el valor y la expresividad comunicativa, que transmitía al público una simpatía y sobre todo una EMOCIÓN arrolladoras.
 En su primera etapa fue un torero con bastantes limitaciones técnicas y artísticas al compararlo con "Lagartijo Chico" primero y "Bombita" después. El cordobés en su etapa novilleril y las dos primeras temporadas como matador de toros, y el sevillano desde 1902 hasta 1909. A ambos el público los colocó como sus rivales. Sin olvidar a Antonio Fuentes el primer año y a Vicente Pastor y "El Gallo" los dos últimos.

La comparación con "Lagartijo Chico" fue inevitable porque formaron pareja hasta para tomar la alternativa, y "Machaquito" tuvo que sobreponerse a los partidarios de "Lagartijo el Grande", que seguían contándose por miles, que trataron al sobrino con especial favoritismo, teniendo en cuenta además que éste reunía unas condiciones magníficas para ser un figurón del toreo. Técnica, figura, elegancia y unas excelentes condiciones artísticas, hacían muy atractivo al hijo de Juan Molina. Tuvo la desgracia, como ya he dicho, de contraer una tuberculosis que fue menoscabando no sólo su capacidad física, sino que además psicológicamente agravó de forma considerable su natural frialdad.
 Su toreo reposado y técnicamente correcto, al igual que "Bombita" era un muro aparentemente insalvable para un "Machaquito" nervioso, de excesiva movilidad y de escasa técnica y corto repertorio. Pero todo eso no fue suficiente para poderle a sus virtudes, y armado de ellas se sobrepuso a dichas limitaciones conquistando el reconocimiento del público porque les provocaba una EMOCIÓN como ninguno de los rivales y demás compañeros que tuvo a lo largo de sus 16 años de actividad taurina. 

Sin duda tuvo tres soportes básicos en los que apoyarse para esa conquista: En primer lugar un valor, que en muchos momentos llegó a ser temerario; en segundo lugar su simpatía que comunicaba una cercanía, llena de humildad al tendido; y en tercer lugar una eficacia con el estoque como no ha tenido torero alguno durante ese plazo de tiempo en la historia del toreo. Se puede discutir su técnica y  perfección ejecutoria de la suerte suprema, porque cuando estaba perfilado antes de arrancarse para el volapié daba un pasito hacia atrás que afeaba el estilo para los perfeccionistas. Pero amigo mío cuando se volcaba, llevando muy baja la mano izquierda y se dejaba muchas veces tiras de la pechera de su camisa en los pitones de los toros, y qué toros!!, el público no tenía más remedio que entregarse ante la EMOCIÓN que le provocaba el pequeño torero de estatura, pero muy grande de corazón. Esta cuestión en esa época era fundamental, habida cuenta que entonces sí era la SUERTE SUPREMA, se lidiaba fundamentalmente para ese momento, porque el ganado de la época, tampoco daba para mucho más.

Su afán perfeccionista y su perseverancia hicieron que superara muchas de sus limitaciones técnicas y de repertorio de su toreo, puesto que con el estoque, desde el principio hasta el final, no lo necesitó. Así lo vieron los críticos de la época que, sobre todo a partir de 1910 reconocieron una mejora extraordinaria de esas limitaciones, encumbrándolo en la cúspide en solitario sobre todo durante las temporadas de 1910 y 1911. Mantuvo, como he dicho, a lo largo de su carrera un buen nivel con el capote. Se superó  con la muleta, sometiendo más eficazmente a los complicados toros de esa época, y la limitación inicial que tuvo con las banderillas la superó con nota tal como recalcaron todos los cronistas de esos años, convirtiéndose en un gran banderillero. Las banderillas fue una suerte muy valorada durante el SXlX y hasta la edad de plata del toreo, es decir toda la época del toreo que se apoyaba en la movilidad sobre las piernas. A partir de Chicuelo y sus coetáneos de los años treinta, y sobre todo Manolete, el toreo se fundamentó sobre los brazos con el toreo en redondo pilar determinante para el que ha llegado hasta nuestros días.
 Su actitud para la suerte suprema quedó reflejada por los críticos de la época y por él mismo. Así "Dulzuras" escribió sobre "Machaquito": < De los toreros de esta época es el que más puntos de contacto tiene con el inmortal Frascuelo> . Se refería obviamente a la EMOCIÓN que transmitía el granadino con sus soberbias estocadas. Esa comparación le vino bien a nuestro torero al arrastrar a su favor lo que quedaba en Madrid de "frascuelistas".

Él mismo refiriéndose a como concebía la estocada dijo: < "Pá" ser "güeno", hay que "roar" por los morrillos". Y en otra ocasión, al final de su carrera, refiriéndose a cómo tenía que arriesgar para matar los toros, frente a la facilidad de otros, admitida por los públicos, para obtener buenos beneficios económicos, cuando un periodista le interpeló: <Aunque los toros llevan los billetes del Banco en el morrillo, no debe de ofrecer muchos peligros quitárselos> . A lo que "Machaco" contestó: <Eso según se mire, porque algunos se los quitan pinchándolos con la punta del estoque y otros, como yo, los cogemos con la mano> . Obviamente con esta respuesta, así como por lo demostrado a lo largo de su vida profesional y privada, se debe concluir que fue un hombre muy inteligente.

"Machaquito" inspiró a muchos artistas de la época. Literatos, escultores, pintores y fotógrafos, plasmaron a través de su obra y su relación con el torero un importante número de obras. Así ocurrió con su paisano Julio Romero de Torres que lo retrató.


 Igualmente pasó con su amigo Benito Pérez Galdós, como ya he referido o Mariano Benlliure, así como Roberto Domingo, al que inspiró para unos  magníficos cuadros en depósito del, criticado, con razón, Museo Taurino de Cordoba, pasando por excelentes fotógrafos como Tomás Molina, José Irigoyen, el gran Diego Calvache, Ruiz Vernacci, Alfonso, Miguel Martín etc y Ladis en su final.



 Retirado de los ruedos, tuvo una vida dedicada a la administración de sus propiedades, que había adquirido mediante recursos ganados con un esfuerzo difícilmente igualable, rodeado de una amplia familia. El corazón que tantas veces puso ante el toro empezó a fallarle allá por 1944.


El 1 de noviembre de 1955 ya no resistió más y dejó de latir ese gran corazón que tanto dió de sí como torero y como persona. Su entierro fue seguido por un importantísimo número de cordobeses y por una nutrida representación de toreros y profesionales del mundo taurino, como su ahijado Juan Belmonte, sus compañeros "El Papa Negro" padre de los Bienvenida y Rafael "El Gallo" o el que cogió el testigo en Córdoba, que él dejó: "Camará". 



Hoy, tras el tiempo transcurrido, los aficionados que peinamos canas rememoramos, a través de historias contadas y la investigación literaria y gráfica (fotografías y películas) la honestidad y entrega de un torero cordobés del que como paisano me siento orgulloso, porque además puso en valor, como pocos, lo más importante en la tauromaquia, que lamentablemente en la actualidad la estamos perdiendo: LA EMOCIÓN.
              




















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