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jueves, 23 de abril de 2020


LAS PALOMAS A SUS ANCHAS

Ladislao Rodríguez Galán
De siempre me ha gustado fotografiar a las palomas. Mi safari ciudadano de "caza" a las ratas con alas, como las define mucha gente, no tiene fin. Hacer fotos de palomas es como coleccionar sellos, nunca acabas. El sello te sobrevive y la paloma también. He querido captarlas siempre  en diferentes espacios. La paloma es como el niño: no posa, es espontánea.
Aprovechando el confinamiento y pensando  que ahora las palomas estarán a sus anchas, he espigado en mi archivo, muy por encima, he rescatado estas fotos que quiero compartir.
Imagino que formaran grupos en los jardines donde habitualmente abundan en demasía (Los Patos y Colón). Cierro los ojos y las imagino trasteando por todos los rincones, sin que nadie las moleste. Nunca habrán estado más tranquilas sin sobresaltos de tráfico, perros y niños.
Todos cuando pequeños nos hemos sentido atraídos por este ave blanca y social cuando nuestra madre nos llevaba solícita a los jardines para que desfogáramos corriendo detrás de ellas. Y recuerdo que en el puesto de chuches de los Patos, para echarles de comer, vendían unas bolsitas con trigo y maíz y cuando mi madre las compraba era un ejército blanco el que nos seguía esperando que  le lanzara los puñados de grano.
Pues estas fotos de las palomas deambulando a sus anchas son las que les muestro a continuación. Siéntanse niños por un momento, y piensen lo a gusto que están ahora nuestras eternas compañeras, aunque echaran de menos la mano amiga que diariamente le lleva migas de pan.
A todos nos ha perjudicado el coronavirus de las narices.
LA CÁMARA VOLABA POR ALLÍ
























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