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sábado, 1 de junio de 2019

"FINITO" CON DESTELLOS DE BUEN TOREO MARCA LA DIFERENCIA



Plaza: (31-5-2019). Media plaza en tarde de temperatura calurosa..
Ganado: Toros de Juan Pedro Domecq, aceptables de presentación, faltos de raza y venidos abajo y parados en el último tercio. Los que más se movieron el tercero y el cuarto.
"Finito de Córdoba": Estocada trasera (Ovación) y estocada trasera ( y oreja con fuerte petición de la segunda, tras aviso).
"Morante de la Puebla": Media atravesada y descabello (silencio) y estocada desprendida (pitos).
"El Juli": Estocada trasera (oreja) y dos pinchazos y estocada (ovación).

Ladislao Rodríguez Galán
No respondió el público, en la medida deseada, a un cartel de tanta categoría como el de la segunda y última corrida de toros de la mini-feria de Ntra. Sra. de la Salud. Y es que no hay más cera que la que arde. Démosle las vueltas que le demos, el resultado, por esperado es este: el público ha perdido el hábito de acercarse a la plaza. Entre todos se ha conseguido desenganchar y desentender a la sociedad cordobesa de un espectáculo sin igual. La gente acude y se queda decepcionada, la mayoría de las veces, porque  la buena disposición de los toreros choca contra la mala respuesta ganadera. Y así no vamos a ningún sitio.

El público que ha acudido hoy venía con deseos de ver a un "Finito" renovado, que había dado toques de atención a principios de temporada en Castellón y Valencia y que esta tarde ha ratificado su buen momento y disposición. Salió con ganas a recibir al que abrió plaza y le enjaretó una docena de verónicas con mucho gusto, que el respetable agradeció y premió con una fuerte ovación. Luego en la muleta el toro no respondió a los toques del maestro, y aunque correcta, la faena no se pudo hilvanar. Pero donde "Finito" mostró su mejor versión fue en el cuarto. A este lo recibió con una larga de rodillas y después lo llevó enganchado a los vuelos del capote hasta el medio del ruedo. La plaza se venía abajo. Era el prólogo de una magnífica labor con la franela. Efectivamente, con una trincherilla comenzó el torero lo que sería lo mejor de la tarde ( y de la feria). "Finito" se sintió a gusto ante un toro que medio le dejó manifestar su torero excelso. Al animal le faltó continuidad y entrega. "Finito" le obligaba con la mano baja y el animal protestaba. Aún así los derechazos y los naturales pusieron a la plaza a hervir. La falta de continuidad, y los enganchones al final de los muletazos, los suplió el torero con destellos de torería sublime. El torero quería mas, relajado, entregado y con el ansia del triunfo en mente, pero el toro no colaboraba lo que era de esperar. Fue el toreo que "Finito" atesora y que cuando está a gusto regala en su mejor expresión. La plaza guardó un silencio absoluto cuando montó la espada y al quedar el estoque enterrado, aunque trasero, la plaza era un clamor. Se concedió una oreja y el graderío seguía insistiendo en la segunda, pero el presidente, analizando que la faena no había sido rotunda, aunque bella en sus detalles, ignoró la petición y se llevó la consabida bronca. "Finito", con veintiocho años de alternativa, sigue con las ilusiones renovadas. Y hoy lo ha demostrado.

Ni el toro que abrió plaza ni el que correspondió en primer lugar a "Morante" se mostraron dispuestos a colaborar para el disfrute de la parroquia. El sevillano no se dio coba y a las primeras de cambio, cuando el toro le había protestado en varias ocasiones, se fue a por la tizona. En el quinto, pareció que iba a mejorar su paso por Los Califas, pero un par de coladas y miradas, le hicieron desistir y aquí terminó todo. La gente le pitó con razón.
"El Juli" se encontró, en su primero, el toro con más movilidad de la tarde. Los dos anteriores habían dejado en las gradas una pobre impresión de este afamado hierro ganadero. Por esta acometividad el público se vino arriba tras el saludo capotero, garboso y torero del madrileño. Parecía que la tarde comenzaba a enmendarse. Fué un oasis en el desierto. La técnica y veteranía es un grado y de eso tiró "El Juli". Toreó a placer a un toro que se dejó. Fue una faena pulcra sin más que puso en sus manos la primera oreja. El que cerró plaza, que fue  por el mismo son, dejó a "El Juli" trazar una faena con muletazos por ambas manos sin sentimiento pero con habilidad. La espada hizo justicia y todo quedó en ovación.

ESTUVIERON EN LA PLAZA




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