Ladislao
Rodríguez Galán
En la historia del toreo se ha repetido en muchísimas
ocasiones que un torero se retire tras tomar la alternativa. Su única
pretensión era poner en su tarjeta de visita "Matador de toros".
No es el caso del torero manchego Félix Jesús Rodríguez que aceptó
tomar la alternativa, medio obligado, y puso broche de oro a una brillante
carrera taurina, primero como novillero y después como subalterno.
Efectivamente, este pundonoroso torero comenzó con la idea de
ser torero porque su padre, gran aficionado, presidía en Alamillo- su pueblo-
la peña local dedicada al torero local
Paco Alcalde. De tanto trato con el mundo del toro nació en él, primero
una gran curiosidad y posteriormente una irrefrenable vocación.
Félix Jesús toreó su primera becerra con ocho años, y de
luces ante el público en Pedernoso (Cuenca). Debuta con picadores en Ciudad
Real en Junio de 1988. Estuvo luchando por abrirse camino hasta 1995 que decide
engrosar la fila de toreros de plata. Su última novillada picada la torea en
Pozoblanco.
Félix Jesús era fácil en banderillas y manejaba perfectamente
la capa, por eso siempre fue reclamado por toreros de todos los estilos, estuvo
a las órdenes de Aníbal Ruiz, Juan Antonio Ruiz "Espartaco", José
Luis Moreno, José Pacheco "El Califa", Antón Cortés, Jesús Millán
siendo su último jefe de filas David Mora.
Félix Jesús se retira, obligado por una lesión en la zona
lumbar. En 2014, en Alcázar de San Juan,
se celebra una corrida de toros con Aníbal Ruiz, como único espada que
significaría su retirada del toreo activo. Félix Jesús decide aprovechar la
ocasión de torear junto a su jefe y amigo y retirarse el también.
Después de esa tarde estuvo un año esperando la llamada del
tribunal médico que tenía que valorar su estado de salud. Mientras tanto unos
amigos le ofrecen la idea de que tome la alternativa y se retire como matador
de toros.
Sus conocimientos del toro y su cualidades eran idóneas para salir
adelante en esta empresa. Félix Jesús se resiste pero recibe varias llamadas
del alcalde de Almadén para que reconsidere su postura y acepte el reto.
De nada le sirvió argumentar que estaba a la espera, en
cualquier momento, de la llamada del tribunal, además su esposa estaba esperando a
su primer hijo... de nada le sirvieron excusas. Cuando comprendió que no tenía
"escapatoria" se le ocurrió, como último recurso, pedir que la
corrida la organizaba él: compañeros de cartel, toros, etc... Le aceptaron la
propuesta y no tuvo más remedio que prepararse intensamente en el campo.
Sería un festejo mixto. Se anunciaron para el 25 de Julio de
2015, cuatro toros de Benjumea para Luis Miguel Vázquez, de Daimiel, amigo suyo
y padrino de la ceremonia y dos novillos del mismo hierro ganadero para Emilio
Bresó que debutaría con las plazas montadas.
Días antes de esta histórica fecha, siempre esperando la
llamada del tribunal, los especialistas anuncian a su esposa que en torno a ese
día puede dar a luz. Una papeleta. Pero no había más remedio que seguir para
adelante.
Llega el día soñado, sábado, y los tendidos se llenan
totalmente de un público ansioso de ver un buen festejo. Entre el público se
encontraban algunos matadores de toros con los que había ido de subalterno:
"Espartaco", José Luis Moreno, Aníbal Ruiz, Antón Cortés, Luis Miguel
Vázquez y David Mora...todos le animaron en el patio de cuadrillas deseándole
suerte.
Me reconoce Félix Jesús "que está tocado por la varita
mágica y que toda su vida ha tenido
mucha suerte. Estuve 20 años de banderillero y 10 de novillero", me dice.
"En total he participado- continúa - en cerca de 500 festejos y me han
televisado 24 corridas de toros". "
Incluso he tenido la oportunidad
de saludar al Rey Juan Carlos I porque he actuado en varias corridas de la
Beneficencia y al finalizar los toreros subíamos al palco a cumplimentar al
Jefe del Estado".
Volviendo a la tarde de la alternativa me dice que "tuve
que despejar la mente, porque mi mujer estaba cumplida desde el día 20 y yo
toreaba el 25. Este sería el último esfuerzo de mi vida y ya que di el paso me
dije: le voy a brindar a ellas ( mi esposa y mi hija)". Y una vez más tuve
toda la suerte del mundo, todo salió bordado.
Fue un recuerdo precioso,
imborrable. Brindé el toro de mi doctorado a los toreros presentes que fueron
mis jefes de filas. El balance de esa tarde, en la que toqué el cielo, fueron
tres orejas y rabo. Me despedí del toreo como nunca pensé que lo iba a hacer.
Las cosas vienen rodadas y una veces salen bien y otras no. Yo tuve la suerte
de cara y después de cerca de veinte años sin coger una muleta volví loco al
personal. Ese día fui inmensamente feliz. Toreé el sábado y el lunes siguiente
me cita el tribunal médico para que me presente con todos los papeles y el
martes nace mi hija. Todo seguido".
Esta conversación la tuvimos en el precioso y completo museo
taurino personal que Félix Jesús posee en su finca "Llanomojao" de
Alamillo. Aquí, entre sus recuerdos y su innumerable lista de trofeos, se
siente a gusto y relajado cuidando una punta de ganado que le llena de
satisfacciones. Igualmente ayuda a los chavales en su duro deseo de ser
toreros.
Y, cuando nos despedimos, me dice rotundamente" Mire
usted, si volviera a nacer sería otra vez torero. Se pasa mal y te llevas
disgustos, pero las satisfacciones, cuando llegan, no tienen comparación con
nada en la vida".
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