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sábado, 8 de junio de 2019

ANTONIO Y PAQUI CELEBRAN SUS BODAS DE ORO RODEADOS DE FAMILIA Y AMIGOS



Ladislao Rodríguez Galán
El día 1 de Junio de 1969, en la parroquia de San Bartolomé de Espejo, una joven y enamorada pareja compuesta por Antonio Gavilán Hueso y Paqui Villatoro Carpio se juraban amor eterno ante el altar. Ella era una guapa moza del pueblo y él un estilizado joven de la capital que había caído rendido a sus encantos. La ceremonia fue muy al estilo de la época. Todo el pueblo estaba invitado y  el personal se divirtió con la fiesta de celebración.
En los enlaces matrimoniales la felicidad de la pareja contagia a los invitados. Eso ha pasado siempre y cuando es  boda por amor seguirá pasando.
De esta breve nota de sociedad que les acabo de comentar han pasado cincuenta años. En ese medio siglo de unión nacieron tres hijos Antonio, Isabel y Eva que con el paso del tiempo han incrementado la familia con seis nietos (cuatro hembras y dos varones).
Para este día tan especial de aniversario pensaron en organizar algo para los abuelos.
La nuera, Vanessa, se confabuló con  sus dos cuñadas y entre las tres organizaron un tinglado enorme para sorprender a la pareja. Lo fundamental era que no descubrieran el pastel. Para eso se las ingeniaron así:
Como el nieto mayor de Antonio y de Paqui es David Gavilán "Fuentes Bocanegra" el aventajado alumno de la Escuela taurina de Córdoba, y el chico había cortado dos orejas en la becerrada de la Mujer Cordobesa, les dijeron que tenían que venir a la entrega de un premio que le daban al nieto.
Todo estaba preparado en los Jardines Cardador. Allí habían montado una boda americana al aire libre que resultó una ceremonia llena de encanto.
Pues bien los "novios", engatusados, llegaron al restaurante y nada más entrar en la zona ajardinada fueron recibidos con una salva de aplausos con la música de la marcha nupcial de fondo. Como pudieron contuvieron las lágrimas. La sorpresa fue morrocotuda. Ni sospechaban siquiera lo que le habían organizado tan en secreto.

Hasta el altar llegaron del brazo de sus nietos mayores David y Candela, y allí les esperaba Inmaculada Silas Márquez, Primer Teniente de Alcalde del 
 Ayuntamiento de Espejo que ofició la ceremonia, en la que no faltaron cariñosas lecturas de sus hijas, su nieto Guillermo y otros amigos reconociendo el enorme cariño que la pareja se ha demostrado en el transcurso de su matrimonio.
Se colocaron los anillos, se firmaron las actas y se hicieron las fotos familiares clásicas en estas ocasiones. 

Tampoco faltó el arroz, que les llovió en abundancia, cuando Antonio y Paqui recorrían la alfombra que les llevaría al amplio y bien decorado salón para compartir un almuerzo.
Antes de entrar brindaron con cava y,  ya dentro, las muestras de cariño se multiplicaron. 


La comida fue magnífica y tras cortar la tarta, y antes de iniciarse el baile que pondría colofón a la feliz jornada, el novio dirigió unas palabras de agradecimiento  por haberles acompañado en este día tan especial para ellos.
El baile lo abrieron con el pasodoble "Soy Cordobés", tatareado por todos, y la música continuó a un ritmo frenético hasta bien entrada la noche.


Antonio y Paqui son personas encantadoras y los considero amigos. Los conocí a través de su hijo Antonio y su esposa Vanessa, y me alegro mucho de que la felicidad les haya acompañado en estos cincuenta años. Parejas así son un claro ejemplo de que cuando hay amor, todo perdura. Felicidades queridos amigos. Admirada pareja.

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