Tenis,
Toros, y Fútbol
Texto: Alfredo Asensi Díaz,
Radiofonista y Académico
La
tarde del pasado 8 de junio se presentaba apasionante para un aficionado al
tenis, a los toros y al fútbol. Domingo completo. A las tres y pico de la
tarde, comenzaba la final del torneo de tenis Roland Garros en París, entre
Jannik Sinner y Carlos Alcaraz. A las siete, Juan Antonio Morante de la
Puebla haría un nuevo paseíllo en Las Ventas de Madrid: Corrida de la
Beneficencia. Y a las nueve de la noche la selección española de fútbol se
enfrentaría a la de Portugal en la final de la Liga de Naciones. Según los
horarios, ver todo era posible.
París: Gana Sinner los dos primeros sets. El italiano, intratable. “Esto está
perdido”, me dije. A la espera de conectarme a Telemadrid para ver a Morante
—que faltaban cerca de dos horas—, bajo el volumen del televisor, dejo el tenis
en la pantalla y decido finalizar la lectura del Córdoba. Miro de vez en
cuando. Sinner dispone no de una sino de tres bolas de partido. Alcaraz
las supera. Empieza a interesarme aquello de nuevo. Contra todo pronóstico, el
español, haciendo un tenis de maravilla, consigue ganar el tercer y cuarto
set. ¡Empate en el marcador! Me enchufo de nuevo al partido. Alcaraz,
pletórico de fuerza y de tenis, llega al quinto set. Miro el reloj: ¡Las siete
de la tarde! No jodas. No me lo puedo creer. Ya está el paseíllo en Las Ventas.
Solución: un ojo en París y el otro en Madrid. Pantalla del ordenador y
de la tablet al máximo. Experiencia inolvidable, teniendo que digerir en
cuestión de segundos la cadencia de una verónica de Morante con un drive de
Carlos; un lento natural con una dejada; un derechazo con un globo; una
estocada con un smash. Arte y poder, sutileza y nervio, valor y fe. Puedo
asegurar que toros y tenis tenían tal intensidad que llegó un momento en que no
sabía si Morante cortó dos orejas en La Philippe-Chartrier o si Carlos Alcáraz
levantaba la copa de su quinto Grand Slam en la plaza de toros de Las Ventas.
Ayer, a eso de las nueve de la noche, creo que mezclé el agua con el aceite.
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