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jueves, 19 de septiembre de 2024

 NUEVOS VALORES DE LA TAUROMAQUIA

 ROCÍO CASTRO, DE TRECE AÑOS, APUNTA BUENAS MANERAS COMO HA DEMOSTRADO ANTE LAS BECERRAS QUE HA TOREADO 

Ladislao Rodríguez Galán                           fotos: Ladis

 Sabido es que el tesón y la constancia abren todas las puertas. No hay nada mejor que tener fe en uno mismo para alcanzar las metas propuestas. Y esa idea hay que inculcársela a los niños porque de ellos depende su propio futuro. Hay niños que desde muy pequeños tienen muy claro lo que quieren ser de mayores.

Uno de esos casos de vocación temprana es el de Rocío Castro López (hija de la crítica taurina Chila López) que con trece años de edad ya tiene muy claro cual es su meta en la vida: quiere ser torera.

Sus padres me dicen que en los estudios es un ejemplo y por tanto la apoyan en esta idea fija que tiene la chica.

Rocío comenzó en la Escuela Taurina de Córdoba, cuando tenía once años, pero por una serie de circunstancias ahora pertenece a la de Écija.

-Rocío ¿Por que quieres ser torera? ¿De donde te viene la afición?.

- Mis padres son aficionados y voy con ellos a los toros desde siempre y lo que comenzó por ser una curiosidad se ha convertido en el deseo de ser torera.

-Y ya te has puesto delante de una becerra?.

-Si, la primera vez cuando tenía once años en Astolfi (Cañada del Rosal) y algunos meses después en la finca de Antonio Doblas.

-Y que sensación  tuviste?.

-Me gustó y eso que la becerra me revolcó, pero me levanté y seguí con más ganas todavía.

Chila, la madre, que ejerció la crítica taurina para diferentes medios de comunicación y que está presente en esta charla, asiente con la cabeza y me indica que “cuando la vi en el suelo pensé aquí se acabó la historia. Creí que iba a desistir pero al verla incorporarse y ponerse delante otra vez, me di cuenta que esto va en serio”.

“Pero peor fue lo de Venta de Baños - dice- una becerra le dio una serie de revolcones hasta el punto de llegar a preocuparnos su padre y yo y  cuando la niña se acercó al burladero venía llorando, pero no era de dolor era de rabia por no haber podido evitar la serie de volteretas”

Eso en el mundo del toro se llama raza y amor propio, querida Chila.

-Cuantas becerras has toreado hasta la fecha?        

- Siete u ocho y cada vez me gusta más y me siento mas a gusto.

-Rocío con que te sientes más cómoda con el capote o con la muleta…

-Torear con el capote me gusta mucho pero es con la muleta con la que hay que hacer las faenas.

Rocío se interesa por todo lo relacionado con el mundo del toro hasta el punto que conoce la historia de los grandes toreros.

Esta pequeña conversación con ella la hemos tenido mientras visitaba la exposición de “El Pireo” en el museo taurino,  acompañada de sus padres.

Córdoba, como cuna del toreo, ve con buenos ojos que sigan surgiendo nuevos valores que perpetúen este arte sin igual y sigan escribiendo renglones de oro en el libro de nuestra historia.

Rocío, bienvenida a este mundo sin igual y suerte.



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