LA CÓRDOBA TAURINA DE LUTO
HA FALLECIDO MANUEL DE LA HABA VARGAS “ZURITO”, SUBALTERNO DE LUJO
ES EL ÚLTIMO ESLABÓN DE UNA PRESTIGIOSA ZAGA TORERA CORDOBESA
Ladislao Rodríguez Galán foto: Ladis
Esta mañana (13-9-2024), a los 90 años, falleció en nuestra ciudad el prestigioso subalterno cordobés Manuel de la Haba Vargas “Zurito” el último eslabón de una zaga de toreros cordobeses de lujo.
Aunque comenzó su andadura taurina con la ilusión de hacerse figura del toreo, las circunstancias y el sentido común le abrieron la puerta del éxito vestido de plata.
Manuel era hijo del
matador de toros Antonio de la Haba “Zurito”, y de Dolores Vargas, y miembro de
una de las familias con mas raigambre torera de toda la historia del toreo.
Vivió el ambiente taurino desde la cuna.
Su etapa
novilleril, exitosa, pero muy sacrificada, abarcó desde los años 1952 a 1958. A
continuación optó por hacerse torero de plata y marcó la diferencia con los de
su época.
En el periodo
comprendido entre los años 1958 a 1979, su paso por el toreo está impreso con
letras de oro, por su capote poderoso y eficaz. Nunca un capotazo de mas, ni de menos. Los
precisos para no descomponer al toro.
Y digno con los palos. Por eso se lo rifaban los mejores matadores de toros. Entre otros toreó a las órdenes de Manuel Benítez “El Cordobés”, José Fuentes, El Niño de la Capea, Juan Antonio Ruiz “Espartaco” y Agustín Parra “Parrita” con el que se tuvo que jubilar por rotura de gemelos en la temporada 1979. Igualmente formo parte de la cuadrilla de su hermano “Gabriel” con el que viajó a Perú, México, Venezuela, Ecuador y Colombia en la varias temporadas.
Una vez retirado de
la práctica activa del toreo se dedicó a entrenar a aspirantes. En un llano
entre encinas, en los aledaños de la Cuesta el Reventón, cuando los chavales
bajaban de las Ermitas, Manuel los entrenaba en el manejo del capote y le
corregía defectos. Eran unas clases de lo más aprovechables, pues los muchachos
contaban con un maestro de categoría que sabía inculcarles sus conocimientos.
Manuel de la Haba
fue, al igual que lo fue su padre en la mitad del siglo pasado, asesor de la
plaza de toros de Córdoba durante cuatro temporadas.
Era un fervoroso
admirador de “Manolete”. Gustaba Manuel de hablar de toros. Asistía a cuantos
festejos se celebran en nuestra plaza y frecuentaba algunas tertulias taurinas,
que enriquecía con sus autorizadas opiniones. No en vano dejó el prestigioso
nombre de los “Zurito” a una altura dignísima.
En Córdoba se le
respetaba y se le admiraba, no solamente por su historial, si no por ser buena
gente. Daba gusto hablar con este hombre de carácter simpático y torero desde que nació. Descanse en paz.-
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