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miércoles, 15 de mayo de 2024

 

LA COMITIVA ROCIERA VUELVE A LA FINCA VAHÍLLO

EL SIMPECADO FUE RECIBIDO CON EL RESPETO Y LA VENERACIÓN QUE LE MUESTRA CADA AÑO LA FAMILIA AGUILAR

LA COMITIVA HIZO NOCHE DE DESCANSO EN SU  CAMINO HACIA LA ERMITA DE LA BLANCA PALOMA



Ladislao Rodríguez Galán                    fotos: Ladis

A los sones del tambor y la flauta rociera, la hilera de romeros fue entrando en la explanada del cortijo, repleta de peregrinos e invitados, hasta situar la carreta del simpecado en el centro para comenzar el rezo del Santo Rosario.

Un año más se respiraba un gran respeto y recogimiento  en la finca Vahillo, del término municipal de La Carlota, para recibir con fe y alegría la comitiva que portaba el Simpecado de la Hermandad de Córdoba.

El gesto cariñoso y altruista de la familia Aguilar (José y Carmen y sus hijos José y Carmen) que se viene repitiendo desde hace varias décadas, ha contado siempre con la aceptación de los romeros que saben que en estos lares encontrarán  paz y tranquilidad para pernoctar y recuperar fuerzas en su largo camino hacia la ermita del Rocío.

Ante  la carreta del Simpecado se rezó el Santo Rosario para posteriormente ofrecer una misa para que durante el camino no surjan inconvenientes.

Por parte de la Hermandad se entregó a José Aguilar  un presente como agradecimiento por tantísimos detalles.


 Y también junto al Simpecado se procedió a la imposición de Medallas de la Virgen del Rocío a nuevos hermanos.


Y con el guion previsto concluido, se compartió una suculenta y exquisita cena elaborada por un equipo de profesionales cualificados, que era gloria bendita.


Y, como es natural, en cuanto aparece una guitarra en nuestra tierra se cambia de rumbo rápidamente y se vive intensamente la camaradería,  el toque y el cante.


Cante  y guitarra  a cargo del montillano Domingo Morales “Dominguín” y Fernando Cantarero. Dos flamencos aficionados amigos de la familia, con un ritmo incansable que estuvieron mas de dos horas animando al personal. 

Y mientras la chiquillería andante bailaba sevillanas  el desfile de platos era incesante. José y Carmen y sus hijos estaban pendientes de que no faltara un detalle a los numerosos invitados.




Y, claro, en la compañía de una familia tan cariñosa y detallista quien da el primer paso para volver a Córdoba?. Con ese ambiente era difícil despedirse.

 Pero  había que volver. Y cuando el reloj señalaba las tres de la madrugada, iniciamos el regreso a Córdoba por un sendero dibujado entre olivos a los que plateaba la luz de la luna.

LA CÁMARA ESTABA ALLÍ





















































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