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miércoles, 29 de noviembre de 2023

 

JOSÉ Mª NAVARRO CREÓ EN PRIEGO DE CÓRDOBA LA PRIMERA ESCUELA TAURINA QUE HUBO EN LA LOCALIDAD

DE ELLA SURGIERON VARIOS TOREROS DESTACANDO LOS MATADORES DE TOROS “EL FANDI” Y CURRO JIMÉNEZ

 

Ladislao Rodríguez Galán                  fotos: Ladis y M. Osuna

José María Navarro Reyes, natural de  Priego de Córdoba siempre se sintió atraído por la Fiesta de los Toros. Se da la feliz circunstancia que ya desde niño sentía gran atracción por este espectáculo sin igual y entre sus juegos infantiles destacaba el toreo de salón en la calle junto a otros niños del barrio de la Verónica (significativo nombre). De suministrarle los trebejos se encargaba su hermana pequeña Mª Dolores que con mantas y sábanas viejas le confeccionaba muletas y capotes y además  hacía de improvisado carretón.

Estamos, pues, ante un personaje enamorado de la tauromaquia que con el paso del tiempo fundó la primera y única Escuela Taurina que ha existido en esta bella localidad cordobesa, y de la que han salido notables toreros incluso de alternativa.

 - Como todo tiene un principio usted tuvo que cimentar su afición en una base fuerte ¿Recuerda el primer festejo taurino al que asistió?

 -Perfectamente. Fue en 1955, cuando contaba con 10 años,  mi padre me llevó a  ver una novillada cuyo cartel estaba compuesto por Jaime Ostos, Pepe Quesada y Manolo Segura. Aquella novillada me impresionó tanto que me enganché mucho más a la Fiesta. Y como yo comencé a trabajar muy pronto, alrededor de 12 años, con las propinas que me daban con el reparto de jabón y lejía , empecé a comprar las revistas taurinas de la época como El Ruedo y Dígame y posteriormente Aplausos, revista que aún sigo adquiriendo. En una de ellas me impresionó mucho la cogida del torero José Manuel Inchausti “Tinín”, y me prometí que tenía que probar a ser torero para de alguna manera justificar lo que había pasado.

Tanto es así que con 17 años, sin haberme puesto nunca delante de una becerra, salté como espontáneo en una novillada que se daba en Priego, allí me di cuenta que yo no había nacido para torero, pero sí para ser un buen aficionado.

 - Cómo se le ocurrió la idea de crear su personal “escuela taurina” para ayudar a los chavales que querían ser toreros?

 -Yo tenía mucha amistad con el hijo del que era conserje de la Plaza de Toros de Priego, por lo que muchas veces pasaba por allí a verlos, y un día vi que había dos o tres chavales entrenando solos, entre ellos el hijo de un amigo mío.

Me acerqué a ellos y les dije si querían que le ayudaba dentro de los conocimientos que yo tenía, no como torero, sino  como aficionado. Y comencé a compartir con ellos nuestras “particulares clases”. Al poco tiempo se sumó como ayudante mi gran amigo y excelente aficionado  Antonio Valdivia, que en paz descanse.  


 -Y solo acudían chavales de la localidad o la Escuela era abierta a otros aficionados de fuera?

-No sé cómo corrió la noticia de que en Priego se había creado una “escuela taurina”, y empezaron a venir chavales de las localidades cercanas  como , Cabra, Lucena, Alcalá la Real , Alcaudete incluso estuvo con nosotros David Fandila “ El Fandi” que vino  desde Granada con su padre porque también se enteró que aquí había una “ escuela” taurina. Llegó a haber unos 15 alumnos entre diez y quince años.
Incluso montamos una becerrada, donde los chavales más preparados pudieron demostrar su arte y aptitud ante los becerros.


 -Y cuajaron algunos toreros de categoría?

 - Naturalmente. Llegaron a ser matadores de toros  “ El Fandi” ( Granada) , Curro Jiménez (Priego de Córdoba) , Manuel Ocaña “ El Sombrerero” y Javier González (ambos de Alcalá la Real).

 -La Escuela contaba con todas las bendiciones legales?

 -Oficialmente no figuraba como escuela, intentamos legalizarla pero fueron muchos los requisitos que nos pedían para ello, y no lo pudimos hacer, por lo que con el tiempo los que quisieron seguir con sus aspiraciones taurinas se fueron para las escuelas de Córdoba y otros para la de Jaén.

 - Cuánto tiempo estuvo desarrollando esta labor?

 -La “escuela” estuvo funcionando cerca de seis años porque llegó un momento en que los alumnos aventajaban al maestro, y a partir de ese momento cada cual cogió su camino.

 - Se siente satisfecho de haber contribuido a que los chavales se sintieran orientados y corregidos en su labor?

 -Pienso que sí, porque todo lo que yo sabía intenté inculcárselo. Cada uno tenía su estilo propio y yo solo intentaba corregirles el manejo de los trastos, el saber moverse por la plaza, el hacerles ver que el toreo no es solo dar pases, si no sentir lo que se está haciendo ya que  de ahí nace el toreo.

Me siento muy orgulloso de todo lo que hicimos y para mí  fue una forma de dar y transmitir todo lo que yo siento por este maravilloso mundo del toreo.

 - Con su enseñanza demostró que sabía lo que se traía en sus manos.  ¿Llegó a torear alguna vez?

 -Mi primer contacto ante una res brava fue la tarde que me tiré de espontáneo, después de eso solo lo he hecho en capeas donde me he atrevido a dar unos pases.

 -De qué alumno se siente más orgulloso?

 -Es una pregunta difícil de contestar, pues de todos los chavales que pasaron por la “escuela” guardo un gran recuerdo y estoy orgulloso de ellos, pero quizá el que más me ha llegado ha sido  Curro Jiménez, que hoy forma parte de la cuadrilla de quién en su momento fue compañero en la  escuela, que no es otro que David Fandila “ El Fandi”.¿ Quién me lo iba a mí a decir?

 - Actualmente con qué torero se siente más identificado?

 -De entre todas las figuras del torero actuales, Finito de Córdoba es mi torero preferido por su arte y calidad. En 1990 se fundó en Priego la Peña “Finito de Córdoba”, de la cual me siento orgullo de haber sido su presidente durante el tiempo en que la peña estuvo en activo.

 -Tengo entendido que su esposa tuvo un papel fundamental en su Escuela Taurina?

 -Así es, yo iba al mercadillo donde compraba la tela para las muletas y con palos de fregona hacía los estaquilladores y mi mujer era la encargada de coserlas en el taller de confección que teníamos. Ella jugó un papel fundamental y un gran apoyo en esta iniciativa que empezaba a dar sus pasos.

 -Tendrá multitud de anécdotas de ese tiempo, cuénteme alguna.

 -La verdad es que tengo muchísimas, pero  una de las que más me acuerdo, fue cuando fuimos a torear a Pradollano (Sierra Nevada-Granada), cuando llegamos eran las 12:00 de la mañana y no había ni becerros y ni plaza de toros y  el festival empezaba a las 16:00 de la tarde.

Así que sin saber si íbamos a torear o no, nos fuimos al hotel a comer, y antes de que empezara la becerrada ya estaba la plaza montada, la hicieron con 4 vigas y 4 palés y los becerros los llevaron en un carromato. Todo gracias a Juan “Fandila” padre, que fue el que se encargó de que todo saliese bien.

 - Cambiando de tercio . ¿Cómo ve el momento actual de la Fiesta? ¿Le preocupa en algún sentido?

 -En la edad que tengo siempre he escuchado lo mismo, que está muy mal y que esto se acaba y yo creo que mientras haya un niño con ilusión de ser torero no se acabará jamás la Fiesta.



Si es verdad que parece que hay menos corridas de toros, pero cuando ves corridas en la televisión o vas a algunas corridas,  las plazas están llenas, señal de que no llevamos tanta razón para decir que la Fiesta está tan mal.


Sin embargo si hay algo que me preocupa, y es la seriedad en las Presidencias de las corridas. 

Debe haber mejor criterio a la hora de premiar al torero y no regalar los trofeos, ya que en algunas corridas se dan las orejas de cualquier manera y en otras en las que el torero ha estado para cortarlas y no se le han dado.

Otra cosa es la seriedad en el ganado por parte de los empresarios, sobre todo en los pueblos echan ganado de muy baja calidad, cosa que repercute muy negativamente en el espectáculo, lo que retira al público de las plazas porque se siente engañado.  Debía haber más seriedad.

 -Para terminar ¿Por qué cree que la gente joven está volviendo a las plazas de toros?

 -La gente joven no iba por desconocimiento. A la Fiesta no se le da la publicidad que merece. Ahora están descubriendo la verdad del toreo, cuando un torero se la está jugando y eso crea afición. Es una fiesta muy pura, donde el torero puede morir cualquier tarde. Así de grande es la fiesta.


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