FERIA DE POZOBLANCO
TODOS A HOMBROS EN UNA TARDE SIN
EXQUISITECES
Plaza: Los Llanos, Pozoblanco, casi lleno en tarde agradable.
Ganado: seis toros del Pilar (sustitutos de
los anunciados de Daniel Ruiz), desiguales de presentación y algunos
anovillados. Destacaron por su escasa presencia y nobleza.
José Mª Manzanares: estocada (oreja) y estocada (oreja).
Roca Rey: estocada (oreja) y dos pinchazos y
estocada (oreja).
Rocío Romero: media estocada (oreja tras aviso) y
pinchazo y media estocada (oreja).
Incidencias: tras el paseíllo se guardó un minuto
de silencio en memoria de Mateo Dueñas, aficionado taurino muy conocido en el
mundo del toro, fallecido hace unos meses. Los tres toreros salieron por la
Puerta del Gallo.
texto: I. Benítez fotos: Fidel Arroyo
Torear en cartel de figuras y en un pueblo, siempre es un
alivio para cualquier torero, pues sabes que va a imperar lo que se ha llamado
el medio toro. Se trata de entretener al personal y todo el mundo contento.
Visto lo visto esta tarde en Pozoblanco no es que se pida el toro de Madrid ni
Pamplona (ya dice el refrán que ni calvo ni con dos pelucas), pero…
Demostrado está que las figuras vienen a los pueblos a
relajarse ante un ganado tontorrón que no les acarrea más problemas que los
lógicos del ganado bravo. Sino que se lo pregunten a Roca Rey que sufrió una
fea voltereta ante un novillo impresentable. En fin esto es lo que prevalece y
hay que admitirlo. El público ( que no el aficionado) es poco exigente y para
una vez al año que hay toros no tienen ánimo ni intención de cabrearse y vienen a divertirse.
Hoy era la tarde de Rocío Romero, que salió ilusionada y con ganas pues la alternativa es la meta de todo aquel que quiere ser torero.
En el toro del doctorado no encontró enemigo suficiente por falta de fuerzas pero estuvo aseada y consiguió series aceptables por ambas manos. A su segundo lo recibió con largas cambiadas y toda la faena se caracterizó por su ambición en lograr redondear una tarde en la que no encontró los enemigos adecuados, pues ambos se caracterizaron por su flojedad. Y ante eso es imposible poder enhebrar faena de calado. Quedó de manifiesto, eso sí, su entrega y disposición.
Rocío, con el toro “Sospetillo”, se convirtió en la primera mujer que alcanza la alternativa en la provincia de Córdoba.
Abría cartel el diestro alicantino José María Manzanares, que
se nos antoja ha perdido enteros en su tauromaquia, y eso unido a la sosería de
sus enemigos esta tarde no dejó el regusto esperado. Lo intentó a base de
porfiar pero ni su veteranía ni su
personalísimo estilo fueron argumentos suficientes para que sus faenas
levantaran vuelo.
El tercero en liza fue el peruano Andrés Roca Rey que con el
mínimo esfuerzo firmó lo mejor de la tarde en el quinto (el que parecía un toro
de verdad). Muy bien con el capote, tanto en los lances de recibo como en
quites, con la muleta realizó una faena plena de concesiones a la galería,
entremezclando series con desplantes y arrimones que arrancaron ovaciones. A su
primero, un torete anovillado de poca presencia, que le propinó un susto
tremendo, aplicó su estilo personal y le dio al tendido todo lo que la
parroquia espera de este torero de enorme tirón que conecta enseguida con el
personal y nunca defrauda por que busca el triunfo por todos los caminos
posibles.
En resumen los tres toreros a hombros a pesar de que las exquisiteces se habían quedado en el hotel.
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