TARDE SIN
REDONDEAR, PERO LLENA DE GRANDES MOMENTOS, LE
ABRIERON A MANUEL ROMÁN LA PUERTA DE LOS CALIFAS
Ladislao Rodríguez Galán fotos: Ladis
Gran expectación y confianza había
levantado el novillero Manuel Román apenas se anunció que se presentaría en
Córdoba con las plazas montadas. Hay que mencionar que su presencia en el ciclo
ferial ayudó mucho a la venta de abonos, pues es una esperanza taurina en una
Córdoba que languidece de toreros de postín (como ha sucedido en todas las
épocas) donde no ha faltado nunca un diestro paisano que marque la diferencia.
Por eso el joven novillero se vio arropado por media plaza deseosa de que fuera
tarde de éxito apoteósico.
Pero, ¡hay!, no fue así. A Román lo hemos visto infinidad de veces, en el campo y en la plaza y jamás nos ha defraudado. Lo hemos visto evolucionar, gracias a su cabeza de privilegio y a un toreo sublime, que ha levantado a los aficionados de sus asientos de todas las plazas donde ha toreado. Unido, eso sí, a un valor de vello de punta.
De siempre hemos creído en él, y seguimos creyendo, por eso esta tarde no entendemos que no haya levantado el vuelo en ninguna de sus cinco faenas. Que no haya pisado el acelerador con tantas gargantas ávidas de inundar la plaza de olés. Solo se nos ocurre pensar que quizás la responsabilidad le haya atenazado las ideas, pues hace años que un novillero (actuando solo además) haya sido capaz de atraer a tanta gente a los tendidos. Y eso pesa.
Pero tampoco entendemos como estando todo de cara para que la tarde fuera histórica, se difuminara ante una labor sin rotundidad pero salpimentada con momentos de muchísimo gusto, eso sí, marca de la casa.
Sumando a todo ello, negativamente, el eterno inconveniente de la espada, que una vez más se le atragantó.
Hubo momentos muy buenos. Con el capote, en
recibimiento y quites, con la muleta el toreo en redondo y con la zurda algunas
series llenas de plasticidad y belleza.
BRINDIS
Y también hubo y detalles como el de
brindar a Manuel Benítez "El Cordobés", que le animó con un beso, a
José María Montilla, a su madre que apretaba la montera en su regazo con el
cariño y la pasión de quien sufre y espera lo mejor, y al público el primer y quinto novillo.
Y el gran detalle, para completar la tarde, el regalo del sobrero, que a la postre fue quien le abrió la puerta grande ya que no había conseguido el número suficiente de orejas (una en el segundo y otra en el cuarto, era poco bajage) Y así, con la complicidad del público y la presidencia, paseó dos orejas (generosas) que eran la llave mágica para salir triunfante por la puerta de la gloria, dejando escrito en la historia de la plaza que la tarde de su presentación con caballos y encerrona triunfó.
¿Es que estuvo mal Manuel Román?, no. Ni muchísimo menos. Lo que no estuvo fue contundente y rotundo tal como nos tiene acostumbrados. Le vimos a medio gas y sin enfadarse consigo mismo. Pero una tarde incompleta la han ofrecido muchos toreros. Es joven y tiene un horizonte despejado ante sí. Y sobre todo la responsabilidad etiquetada de ser torero de Córdoba. Y eso obliga mucho. La tauromaquia necesita toreros como tú en estos tiempos convulsos que vivimos.
Después de todo, lo ocurrido fue insólito en un novillero acostumbrado a cautivar y a sorprender a todos los públicos, por su mente despejada y ser capaz de lo más grande.
NOTAS AL MARGEN
Se
lidiaron dos novillos de Jandilla y tres de Fuente Ymbro, el último como
sobrero y regalo del torero a la afición. Los cinco se dejaron. El más incómodo
el tercero.
Al concluir el paseíllo y tras el Himno de
España, se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento (en lo que va de
año) de varios toreros y personas vinculadas al mundo del toro. Por la
megafonía se anunció que era por Rafael Blancas (director que fue más de
treinta años de la Escuela Taurina de Córdoba), Rafael Sánchez González
(crítico taurino), Eliseo Morán Gómez (cirujano taurino y ganadero) y Joselito
Torres (novillero, profesor de la Escuela Taurina y mozo de espadas).
Sin embargo olvidaron mencionar al matador
de toros Manuel Rodríguez Requena (considerado cordobés por llevar más de
cincuenta años residiendo en nuestra ciudad) y Ángel Rodilla
"Angelín" novillero y subalterno ( igualmente considerado cordobés por vivir en Córdoba, donde nació su hija y sus nietos). Vaya para
todos ellos nuestro respeto, cariño y admiración.
LA
CÁMARA ESTABA ALLÍ
Estoy totalmente de acuerdo contigo. Aquí somos exigentes y no nos gustan las palmaditas en la espalda. Porque Manu va a ser un torerazo. Y no necesita de regalos. Y el presidente un auténtico desastre, deben cesarlo por su falta de criterio para una plaza de primera
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