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JULIO BENÍTEZ SE REENCUENTRA CON EL TORO

CORTÓ TRES OREJAS Y SALIÓ A HOMBROS DE LA PLAZA JUNTO A CARTAGENA Y SOTOS

Ficha de le festejo (8-9-2022)

Plaza: Casar de Cáceres, cerca de media plaza de aforo y temperatura agradable.

Ganado: Seis toros de Los Millares bien presentados, nobles pero sin chispa, vacíos de contenido.

Andy Cartagena: Rejón (dos orejas) y rejón (dos orejas y rabo).

Julio Benítez: estocada ( dos orejas) y estocada y descabello (oreja).

Mario Sotos: estocada( dos orejas) y estocada ( oreja).

Incidencias: Cartagena, Benítez y Sotos salieron de la plaza a hombros.

Ladislao Rodríguez Galán fotos: Ladis

Viendo el balance de la tarde con diez orejas cortadas y un rabo todo parece indicar que el ganado colaboró con los actuantes de manera fundamental. Pero nada más lejos de la realidad. El éxito se debió a la entrega y buena labor de los dos diestros y el caballero rejoneador.

Julio Benítez afrontaba esta tarde con muchísima ilusión ya que era su primera corrida de toros después de más de tres años en el dique seco por culpa de la pandemia y su accidente de moto.

Desde que "Chiquilín" tomó el rumbo de su carrera todo ha consistido en una profunda preparación en festivales por distintos lugares de nuestra geografía hasta que, considerado el momento, se ha creído oportuno su examen final en una corrida de toros. Momento que llegó en la localidad cacereña de Casar de Cáceres ante ganado de Los Millares.

Benítez hizo el paseíllo con una mentalidad diferente y una sola meta trazada: el triunfo por encima de todo.

Julio afrontó este compromiso con la convicción de que significaría muchísimo en su futuro inmediato. Era una puesta en escena de todo lo acumulado. Y a fe que el resultado satisfizo a todos, pues con un ganado a contra estilo, vacío de todo, su actitud ratificó el buen momento por el que atraviesa. La apuesta de "Chiquilín" dio los frutos deseados. Julio es un torero diferente, con personalidad y haciendo muy bien las cosas. Hasta el punto que desde el primer momento conectó con el público que estuvo a su lado animándole constantemente.

En ambos toros hubo series con torería por ambas manos arrancadas con el corazón puesto en el engaño. Los toros acabaron claudicando a la ambición de triunfo del torero. Hasta se permitió series de rodillas entre el clamor popular.

Sus dos certeras estocadas pusieron en sus manos los trofeos conquistados a base de pundonor, técnica y entrega.

Mario Sotos, por su parte, tuvo una actuación casi calcada del director de lidia, ya que sus antagonistas carecieron de todo menos de sosería.

Sus dos faenas ( la segunda con un animal algo más entonado) fueron una lucha contra la sin gracia de dos toros que al igual que sus hermanos dependieron de la voluntad y entrega de los matadores para levantar una tarde, que de haber estado en otras manos hubiera sido soporífera y habría pasado sin pena ni gloria.

Le tenemos anotados naturales y redondos de bella factura que calaron en los espectadores.

Abrió el festejo Andy Cartagena uno de los más completos rejoneadores del escalafón. En sus dos toros dio una lección de doma extraordinaria.

Clavó rejones y banderillas siempre al estribo, con gracia y gran dominio de sus cabalgaduras. Toreo de costadillo consintiendole mucho al astado. En las banderillas cortas y clavando al violín lo bordó.

Pero el culmen de su actuación fue el par a dos manos colocado en todo lo alto. Esta perfecta realización, sumada a su completa actuación, fue decisiva para poner en sus manos el rabo del animal.