ENTREVISTA: RAFAEL JIMÉNEZ BARRA "BARRITA"
"
HARÍAN FALTA UN PAR DE TOREROS COMO MANUEL BENÍTEZ PARA LEVANTAR
LA FIESTA DE LA MONOTONÍA EN QUE ESTÁ INMERSA"
Ladislao Rodríguez Galán fotos: Ladis
El torero
Rafael Jiménez Barra, nació en la localidad sevillana de Osuna y durante más de
treinta años vivió en Córdoba, etapa que recuerda con cariño, pues aquí fue el
representante y asesor de su amigo el ganadero Antonio Doblas Alcalá
(Hornachuelos), que confiaba plenamente en él y sus amplios conocimientos sobre
el toro en el campo. Ahora reside en Dos Hermanas, ceca de sus hija y sus
nietos.
Y
hasta allí nos hemos acercado para dialogar con este hombre polifacético, en el
umbral de los noventa años, que conserva una lucidez extraordinaria y da gusto
escuchar sus reflexiones, siempre atinadas y certeras.
-
Rafael, tuvo que ser un orgullo compartir cartel con tanta figura...
- Por supuesto, un orgullo y un honor,
pero sobre todo me siento satisfecho de haber toreado con ellos y no haber
desmerecido. Supe estar a la altura de las circunstancias. Toreé con Luis
Miguel Dominguín, Julio Aparicio, Jaime Ostos, César y Curro Girón y mi última
novillada en la que compartí cartel con Manuel Benítez "El Cordobés".
-
Pero hasta llegar ahí, tuvo que recorrer un angosto camino..
- Claro. En mi casa no había
antecedentes taurinos. A mi se me despierta la afición siendo muy pequeño, a
raíz de echarme los Reyes Magos una muleta y un capote. Entonces mientras los
demás niños del colegio jugaban en la plaza del Duque al futbol, yo con otros
pocos jugaba al toro. Comienzo a interesarme por el mundo del toro y ojeo
revistas que tenía el barbero del barrio que se apodaba "Litri". Con
este personaje, cuando tengo 14 años, acudo por primera vez a un tentadero. En la finca soltaron una vaca muy gorda y
ellos no se deciden a salir. Entonces yo con un saco abierto le doy varios
pases y eso me vuelve loco de satisfacción. A partir de ese momento solo pienso
en torear y dedico más horas a torear de salón al salir del cole, siempre con
la oposición de mi familia que no aceptaba que yo me sintiera tan atraído por
el mundo del toro. Pero ante la evidencia de mi firme propósito de ser torero
mi padre permite que me anuncien en Osuna, pero cuando ve las vacas tan enormes
que iban a soltar, me encierra en un cuarto para que no toree.
-
Pasaría mal rato...
- Peor que eso, me dio tanta vergüenza
ante mis paisanos que con un capote y una manta me fui de casa. Cogí un
mercancías de noche (yo tenía 16 años) y llegué a las marismas de Huelva. Allí
trabajé en las plantaciones de caucho hasta que se orientan en casa y me
detiene la Guardia Civil. Cuando me regresan a casa yo llevaba en el bolsillo
5.000 pts. fruto de mi trabajo y entonces mi padre comprende que lo mío es
imposible, que estaba decidido a ser torero por encima de todo, y opta, sino a
ayudarme, por lo menos a no obstaculizarme.
-
¿Cuando debuta en público?.
- El 15 de mayo de 1950 en un festival
en Osuna, compartiendo cartel con Luis Álvarez "El Andaluz", Manuel
Torres Cansinos y Alfonso Acuña. Gracias a "El Vito", pude incluirme
en este cartel y también gracias a él pude matar el novillo, ya que nunca había
utilizado un estoque. El me dijo como tenía que cogerlo y como tirarme y cobré
un estoconazo que me valió cortar las dos orejas y el rabo.
- Ese
triunfo afianzaría más todavía su decisión de ser torero...
- Si, por supuesto significó mucho.
Pero yo tenía que seguir estudiando. En casa éramos nueve hermanos y mi padre
que era ingeniero agrícola, quería que todos cursáramos carrera. Así que no
toreo nuevamente hasta el 15 de mayo de 1952 con "El Trianero" y
"Parra" en una novillada que además fue mi debut vestido de luces,
con ganado de Javier Molina. Esa tarde también fue mi bautizo de sangre, pues
recibí una cornada grave. Reaparecí el día del Corpus en Ubrique, aún
convaleciente con los puntos y las gasas, y corté las dos orejas y el rabo a un
novillo de Concha y Sierra.
- Y
de ahí para adelante...
- Efectivamente, esos triunfos me
abrieron las puertas de otras actuaciones, que resultaron exitosas, en diversas
plazas de Andalucía: Cádiz, El Puerto de Santa María, Écija, Osuna..
-
¿Y cuando debuta con caballos?
- Tuvo lugar en Osuna el 10 de abril de
1954, con Pepe Ordóñez y Jaime Ostos y ganado de Sánchez Ibargüen y Enrique
Valdenebro, que luego pasó a ser propiedad de Antonio Doblas Alcalá. Esa tarde
corté tres orejas y salí a hombros junto a mis compañeros de cartel.
-
¿Y ese triunfo no le sirve para despegar?.
-
No porque yo ando solo. No tengo ni padrino ni apoderado y eso en el
mundo del toro, como en casi todo en la vida, es muy difícil, siempre hay que
andar "arropado". Así que hasta el 21 de septiembre de 1955 en Écija,
no vuelvo a torear de luces. De esa novillada de Isaías y Tulio Vázquez guardo
un imborrable recuerdo, pues en el tercer toro corto las dos orejas, el rabo y
una pata y el público se echó al ruedo y la vuelta al ruedo la di a hombros.
- Curioso y triste. Me aburrí de no
encontrar sitio ni apoyo. El detonante que colmó mi ilusión y paciencia fue la
tarde que toreé con Manuel Benítez "El Cordobés", 14 mayo 1962. A la
hora de liquidar el cobró 150.000 pts. y yo 9.000. Ahí dije adiós y no volví a
torear.
-
Y la idea de la alternativa se esfumó... ¿No deseaba doctorarse?
- Claro, que torero no piensa en
hacerse matador de toros. Francisco
Casado "Fatigón" me propuso que eligiera para padrino de
ceremonia entre Curro Romero, Paco Camino y Antonio Ordóñez en una corrida
montada por él. Yo le contesté que me tenía que firmar, además de la tarde de
la alternativa, cuatro corridas de toros más. Y al negarse me voy. Yo no quería
tomar la alternativa e irme a casa como hacen infinidad de toreros.
-
¿Se arrepiente de esa decisión?.
- En absoluto. Yo toreé cerca de 40
novilladas y saboreé el éxito en la inmensa mayoría. No soy vanidoso y creo que
lo único que necesité fue ayuda. Pienso, sinceramente que me quedé sin
descubrir.
-
¿Cómo se definiría como torero?.
- Artista. Yo realizaba el toreo en su
más pura ortodoxia y toreaba muy bien con el capote y fui contundente con la
espada. En toda mi carrera no escuché ni un aviso.
- Aparte del de mi debut de luces, una
vaca de Sánchez Covaleda, en el campo, me partió la safena. También sufrí
rotura de costillas y un brazo por las volteretas.
-
¿Cual es su mejor recuerdo?.
- Todas las tardes me parecieron
maravillosas, pero en Logroño toreé un festival con Luis Miguel Dominguín,
Julio Aparicio, César y Curro Girón e Isidoro Marín. En los corrales cinco
erales de Villarroel y un toro del Marqués de Domecq. Al sortear me dieron
preferencia por joven y me correspondió el novillo más bonito y a Luis Miguel
el toro. Me pidió que se lo cambiara y accedí. Ningún novillo sirvió y al toro
le corté las dos orejas y el rabo. Otro recuerdo entrañable fue el conseguir,
dos veces, el Trofeo en Arles a la mejor faena de la temporada.
-
Para Vd. ¿qué es torear?
- Tener sentimiento delante del toro,
mandarlo y que no te coja los avíos nunca
-
¿Hoy se torea con sentimiento?.
- Rotundamente no. Salvo honrosas
excepciones, claro está. El torero desde que se está vistiendo tiene que sentir
y eso le pasa al que lo pare su mare para esto. Hoy hay toreros valientes que
torean con sentimiento como Morante, Pablo Aguado, Juan ortega, Ginés Marín,
Emilio de Justo...un puñado de toreros que están renovando el escalafón. El
toreo es como el cante hay quien tiene buena voz pero le falta sentimiento y
ese duende que hay que tener y lo que hacen es pegar gritos. Pues en el toreo
pasa igual hay quien da muchos pases y torear no es dar pases, es sentimiento, y
si no lo tienes no pasas de ser un torero vulgar que acaba aburriendo y lo que
es peor, aburriéndose.
- ¿Quedan buenos aficionados hoy?.
- Pocos, hoy lo que hay es público. el
buen aficionado no consiente muchas de las barbaridades que se hacen hoy. Antes
en Sevilla había buenos aficionados y hoy cuando voy a la Maestranza y oigo
hablar a la gente me pregunto a mi mismo ¿estaré yo equivocado?.
-
¿Hoy hay otro concepto del toreo?
- Totalmente porque lo que predomina en
las plazas de toros es el público sobre el aficionado, y el público es menos
exigente. Yo tengo un concepto del toreo que es el que aprendí y mamé de niño y
esa pureza se está perdiendo...si no está perdida ya. Es verdad que en el toreo
tiene que haber de todo, toreros de arte
y tremendistas que tienen igualmente su mérito. Por ejemplo "El
Cordobés", un grandísimo torero que aglutinaba a las masas por su valor y
su manera diferente de ejecutar el toreo. Yo lo he visto infinidad de tardes
porque me une una gran amistad con él y cuando decía de torear por derecho
había que descubrirse. Menudo torero era Benítez...
- ¿Donde aprendió Vd. a conocer al toro?
- Yo he tenido dos aficiones que han
condicionado mi vida: los toros y los canarios. De los canarios he sido tres
veces campeón del mundo y de España se me olvida las veces que he sido campeón.
Así que cuando estuve de responsable de la ganadería de Antonio
Doblas puse al servicio del toro lo que aprendí con los canarios y salió bien.
La genética es una ciencia y se puede aplicar. Esa ganadería estaba perdida y
cuando me vine le dejé cien vacas del 10. Esa ganadería, encaste Domecq, tenía
calidad y bravura, yo le abrí las puertas de Francia, que no había ido nunca, y
a partir de ahí siempre estaba anunciado en las ferias.
- Me parecen un acierto, si no fuera por
las escuelas muchos chavales no se probarían siquiera y no sabrían si valen o
no. Me parece bien que les corrijan los defectos y les enseñen, pero siempre
dejando la impronta y la personalidad y el estilo de cada chaval. Que cada cual
interprete el toreo como lo siente y en eso se diferencian unos toreros de
otros. Aparte de Diego Bastos, que esta temporada ha quedado campeón y me gustó
mucho porque tiene buen corte, hay un chaval que es el Moli de Ronda que me
encanta. Si fuera más joven lo apoderaba porque conozco a muchos ganaderos, lo
que pasa es que me canso mucho cuando voy al campo y ya no estoy para bregar.
Cuando eran chavales disfruté mucho con "Zurito" y "El
Puri", la pareja de niños cordobeses.
-
¿Usted como aprendió?.
- Aprendí a torear solo y viendo corridas
de toros, me ayudo en eso Pepe Luis Vázquez. He visto muchas corridas de toros.
De subalterno, en una temporada con César Girón toreé 90 corridas de toros, se
quedó el primero del escalafón
-
Y de todas las que ha visto en su vida ¿de cual guarda mejor recuerdo?.
- Sin duda la alternativa de Litri y
Aparicio en Valencia. Cagancho dio cuatro verónicas que todavía las recuerdo.
Eso era torear.
-
Vd. conoce el toro bravo muy bien. ¿Con cuál
se queda? con el de antes o con el de ahora.
- La diferencia es abismal. El toro de
antes era más fiero y tenía más movilidad. El que salía bueno tenía más pases
pero el que salía "alimaña" tenía guasa. También eran más fuertes.
Cuando se picaban se les daba fuerte y no perdían la fuerza, sin embargo hoy con
poco se quedan inútiles. Mi afición al toreo me hizo valorar al toro bravo, yo
pasé muchas temporadas en la finca de mi compadre Fermín Diaz Tres Gallos y él
me enseñó a ver al toro bravo, sobre todo desde el caballo que le ves
perfectamente su anatomía, es un paisaje en medio de la naturaleza, el toro en
el campo es una visión única, porque es un animal bellísimo.
-
¿Y los toreros de hoy?
- Hoy se torea mejor que nunca. Todo ha
evolucionado, el torero, el toro y el ganadero. El toro de hoy permite al torero
relajarse y antes no. Antes no te dejaba ni ponerte bien para el próximo pase.
Cada época ha tenido sus toreros, pero ahora sería necesario que salieran dos
Manuel Benítez" El Cordobés" para que levanten a la Fiesta de la
monotonía en la que está inmersa.
-
¿Cual es su mayor satisfacción ahora?
- Hablar de toros, pero no tipo
conferencia si no en coloquios. Me gusta hablar con la gente, me encanta el
dialogo. es más enriquecedor un coloquio que una conferencia. Lo que digas en
una conferencia lo ha leído la gente pero lo que uno dice de su manera de ver
los temas sale de dentro y es más comunicativo.
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