MAGISTRAL
MANO A MANO ENTRE JOSÉ MARÍA MONTILLA Y LUIS PARRA "JEREZANO"
texto: Rafael Comino fotos: Ladis y archivo
Días pasados se dieron cita en el
Ateneo literario, artístico y científico de Cádiz, los diestros José María Montilla y Luis Parra,
Jerezano, en un mano a mano, para debatir y rememorar la década de los años sesenta
en el toreo, época en que ellos estaban en el cenit de sus carreras como
toreros. El acto estuvo presidido por el presidente del Ateneo don Jose
Almenara Barrios, coordinado por quien esto escribe y moderado por don Luis
Rivas, informador taurino de Cádiz.
Hemos de destacar un momento de
gran emotividad cuando, en la "puerta de cuadrillas", ambos diestros
se encontraron, despues de casi sesenta años, pues no se habían visto desde la
última vez que torearon juntos, siendo aún novilleros los dos.
Con tres cuartos de entrada, es
decir con el salón casi lleno se celebró dicho acto, en el que ambos maestros
entusiasmaron a los asistentes recordando sus vivencias de aquellos años, tan
distintos para el toreo a los que ahora vivimos. Con nostalgia, y a veces con
emoción, nos recordaron los toreros más destacados de aquella época
Hemos de destacar un momento de gran emotividad cuando, en la “puerta de cuadrillas”, ambos diestros se encontraron, después de casi sesenta años, pues no se habían visto desde la última vez que torearon juntos, siendo aún novilleros los dos.
Con tres cuartos de entrada, es decir, con el salón casi lleno se celebró dicho acto, en el que ambos maestros entusiasmaron a los asistentes recordando sus vivencias de aquellos años, tan distintos para el toreo a los que ahora vivimos. Con nostalgia, y a veces con emoción, nos recordaron los toreros más destacados de aquella década, sus características y diferencias con las figuras de hoy en día, así como las diferencias, muy notables, entre los toros que salían entonces (con menos kilos pero más encastados) y los de ahora (con demasiados kilos, pero también con embestidas demasiado dulzonas a veces).
Ambos estuvieron de acuerdo en que la labor de los ganaderos seleccionando bravura, nobleza y calidad en la embestida ha sido ingente a lo largo de los tiempos, hasta el punto de que ahora sale el toro casi perfecto, pero salvo excepciones, trasmite poca emoción a los tendidos, precisamente por ser excesivamente pastueños y previsibles.
Si bien hay alguna ganadería, como Fuente Ymbro (cuyo propietario Ricardo Gallardo, nos honró con su presencia) que se sale de esa monotonía, y echa el toro más encastado, enrazado y enclasado, probablemente, de toda la cabaña brava en la actualidad.A la hora de hacer un cartel ideal de aquella
década, el maestro Montilla propuso a Antonio
Ordoñez, Paco Camino y Manuel Benítez "El Cordobés" y Jerezano a Antonio Ordoñez Paco Camino y
Rafael de Paula. Ciertamente hoy en día con ambos carteles se pondría el “no hay
billetes” en cualquier plaza.
Antes de finalizar el mano a mano se dio la palabra a los asistentes que formularon múltiples preguntas a los dos matadores, quienes, podemos decir, que salieron por la “puerta grande.
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