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viernes, 21 de febrero de 2020


 HIPOCRESÍA ANTITAURINA


 Antonio Portillo Peinado, escritor e investigador taurino.
Progresivamente en los últimos años una corriente de falsos luchadores contra la violencia ha inundado la comunicación mediática española, y muy especialmente las televisiones generalistas, sujetas al ideario "pseudoprogre" reinante.
Excepto cuando un torero resulta herido, sobre todo si las imágenes son especialmente dramáticas, pues así son más negativas, dichas televisiones han decidido negarle el pan y la sal a la Fiesta Nacional. Se considera que se trata de una fiesta violenta,  dándosele un tratamiento, como si de IMÁGENES QUE HIEREN LA SENSIBILIDAD, se tratara.
Llevo, que yo recuerde, 65 años viendo espectáculos taurinos, y jamás he visto lo que estoy harto de ver en esas televisiones negacionistas taurinas; imágenes violentas con seres humanos, que sin el más mínimo escrúpulo nos las sirven a la hora de comer, como si de un plato de comer se tratara. Y además con reiteración morosa. 
Alguien podría argumentar que como en muchos casos se trata de temas de gran trascendencia social, tal como guerras, siniestros, accidentes etc, el deber informativo prevalece. Pero qué ocurre cuando de otro espectáculo de masas se trata?. ¿Cuántas imágenes especialmente violentas vemos alrededor del fútbol?.
Hace algunas semanas desayunamos, almorzamos y cenamos, acompañados de menores, con las imágenes de individuos tratando de partirle la cabeza a otros a base de silletazos; al parecer no HERÍAN LA SENSIBILIDAD de nadie. Y eso ha pasado en "nuestra piel de toro", sí en España. En concreto en Valencia y Barcelona,  con especial protagonismo de "delicados" chicos barceloneses. Los de esa ciudad que a lo largo de los siglos XlX y XX fué principal referente en la organización de espectáculos taurinos sin que nadie agrediera a otro conciudadano, y que en los últimos años un puñado de políticos destructores de la convivencia han decidido prohibirlos.
Tenemos fútbol hasta en la sopa, con el beneplácito político y consecuentemente mediático, condenando hipócritamente las imágenes de violencia, racismo y xenofobia que se generan cada dos por tres en los estadios y sus entornos urbanos. Vuelven a repetirse permanentemente y cada vez televisan más partidos de fútbol. 
Desde aquí reto a cualquier político y/o periodista a que muestre una sola imagen violenta en una corrida de toros, similar a las que estamos hartos de ver en el fútbol.
Sin entrar en la valoración del contenido artístico, histórico, naturalístico ecológico, antropológico y económico de la tauromaquia y su entorno:
¿ACASO ES MÁS VIOLENTA LA AGRESIÓN A UN TORO QUE A UN SER HUMANO?. ¡¡YA ESTÁ BIEN DE TANTA HIPOCRESÍA ANTIAURINA POLÍTICA Y MEDIÁTICA!! 


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