Ladislao Rodríguez
Galán
Cincuenta
años no son nada cuando se comparte toda una vida junto a la persona amada.
Antonio Sanz y Conchi López han surcado la suya con una apasionante historia de
amor. Historia que se ha reflejado en el nacimiento de sus cuatro hijos: José
Claudio, Pilar, Sergio y Antonio, que a la vez han perpetuado la saga con el
nacimiento de dos nietos, Candela y Antonio y otro que nacerá en las próximas
semanas.
Antonio
y Conchi han sorteado los avatares de la vida con un entusiasmo sin igual,
constituyendo una familia muy unida en la que todos sus miembros forman una
sola persona, fuerte como una roca.
En
estos últimos cincuenta años han visto cumplidas todas sus ilusiones, ser
padres, abuelos y personas muy queridas y respetadas en nuestra ciudad. Por eso
han querido conmemorar el cincuenta aniversario de su matrimonio con una
cena-fiesta privada de muy alto voltaje.
El
acontecimiento, que reunió solo a familia y amigos íntimos, se celebró en la
Finca Cigarra Alta (Almodóvar del Río)
en la terraza anexa a la piscina de la casa.
Antonio
y Conchi se preocuparon de que todo el mundo estuviera bien atendido y para
ello se contó con un equipo profesional de cocineros y camareras, especialistas
en estos eventos, que estuvieron a la altura de lo que la feliz pareja deseaba.
La
cena fue exquisita, y tras cortar los novios las dos tartas ( que estaban coronadas por la figura que hace
50 años también remataba aquella tarta) comenzó un animadísimo baile, amenizado
por Alejandra y Chapi. El baile se
prolongó hasta que los primeros rayos del nuevo día indicaron a los invitados,
que aún "mantenían el tipo", que era momento de retirarse, no sin
antes saborear un rico chocolate con dulces, roscos y pestiños.
DETALLES CARIÑOSOS
CON LOS NOVIOS
Su
hija Pilar, bailaora de postín, tuvo unas palabras muy cariñosas hacia sus
padres, agradeciéndoles el esfuerzo que durante tantos años han realizado para
conseguir una familia ejemplar en todos los aspectos.
Lola Sanz (hermana y cuñada) proyectó un
entretenido documental, que ella misma montó, donde hizo un recorrido por la
vida de los dos protagonistas de la noche, mostrándonos imágenes muy simpáticas
de su juventud y del nacimiento de sus hijos y nietos.
Siempre
he dicho que cualquier fotografía, con el paso del tiempo, se convierte en un
preciado documento.
Igualmente
el afamado cantante Francisco Villafuerte, amigo personal de los novios, se
quiso sumar a la felicidad de la pareja y les dedicó un bolero que
estos bailaron encantados.
Como
es natural en el transcurso de la larga noche fueron varios los invitados que
se sintieron artistas y, micrófono en mano, canturrearon alguna canción dedicada a Antonio
y Conchi.
Un invitado que se entonó bastante bien fue Manuel Ibáñez que interpretó muy aceptablemente la veterana pieza "Por el camino verde".
En
resumen una noche muy agradable, con un buen ambiente y una temperatura ideal,
bajo un cielo deslumbrante de estrellas.
Antonio
y Conchi, ejemplo de pareja enamorada, recibid nuestra más cordial enhorabuena.
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